ENTREVISTA

Urdiales: “En el toreo hay mucho sufrimiento detrás que no se ve”

El matador de toros riojano vuelve esta tarde a Bilbao, donde cumplirá su segundo paseíllo en la feria tras la gran actuación que cuajó el pasado martes con la corrida de Zalduendo
Gonzalo I. Bienvenida
viernes 23 de agosto de 2019

Diego Urdiales recoge este 2019 los frutos que sembró la eternidad de su toreo el año pasado. Anunciado en las grandes ferias, vuelve a la plaza que nunca dejó de creer en él. Bilbao es fundamental en su trayectoria. El año pasado logró su tercera puerta grande con los toros de Alcurrucén. Supuso su resurrección después de haberse quedado fuera del circuito -era su tercera corrida del año-. Más tarde haría historia en Madrid por Otoño ante la gran corrida de Fuente Ymbro. El torero de Arnedo acaba de cumplir 20 años de alternativa. La madurez ha ido macerando la pureza de su toreo a través del arte: cada vez más natural, cada vez más templado. La naturalidad conquistada desde el clasicismo más puro.

-Siempre se ha dicho que Bilbao es uno de los puertos de montaña más duros de la temporada. En su caso, es como volver a casa por su idílica relación. ¿Qué significa para usted torear allí?

-Tiene un significado muy especial para mí, es una de mis plazas. He vivido muchas sensaciones en Vista Alegre, primero como espectador soñando con torear en ella algún día, ahora llevo once años ininterrumpidamente haciendo el paseíllo allí. Todo un sueño. Después he tenido la suerte de cuajar tardes importantes, de sentir cosas maravillosas delante del toro de Bilbao, con lo que ello implica.

-El año pasado mantuvimos esta conversación previa a la Aste Nagusia y solo sumaba dos paseíllos. ¿Lo recuerda? ¿Cómo logró dar una tarde tan importante en esas circuntancias?

-La temporada fue muy complicada, Bilbao era mi tercera corrida. Fue una situación dura pero confié en mi toreo, en lo que tengo dentro y salió todo a relucir. Los toros de Alcurrucén colaboraron, me sentí inspirado y el escenario era perfecto por la sensibilidad y la paciencia que tiene el aficionado de Bilbao.

“Bilbao tiene un significado muy especial para mí, es una de mis plazas. He vivido muchas sensaciones en Vista Alegre, ahora llevo once años ininterrumpidamente haciendo el paseíllo allí. Todo un sueño. Después he tenido la suerte de cuajar tardes importantes, de sentir cosas maravillosas”

-En sus faenas de Bilbao y Madrid se vio a un Diego Urdiales en plenitud: su forma de torear parecía no conocer el tiempo. Su capote voló al compás de los elegidos. Su muleta se volvió seda. El temple surgió en el trazo y en los desplantes. ¿Sueña con repetirlo?

-Es muy complicado tener tardes como la del año pasado. El toreo no sería tan maravilloso si eso se pudiera repetir fácilmente. Fueron tardes para el recuerdo, días en los que se tienen que juntar muchas circunstancias. Ganas no me faltan, pero no solo vale con eso.

-¿Le presiona?

-Claro. Es una presión añadida. La gente va con la ilusión de poder volver a ver tardes tan especiales donde ha sentido tantas sensaciones. Tengo la tranquilidad interior que da saber que si lo has hecho una vez lo puedes hacer más veces.

“En el toreo hay mucho sufrimiento detrás que no se ve. Cuando soñaba con ser torero lo vivía con mayor felicidad de la que a veces tengo ahora porque lo tenía idealizado”

-Esta temporada no ha habido triunfos con la rotundidad de los mencionados pero se le ha visto disfrutando en la cara del toro. ¿Cómo la está viviendo?

-Estoy en el mejor momento de mi carrera. Suena a tópico pero es verdad, es el año que mejor me estoy encontrando delante de la cara del toro. Con mayor regularidad de sensaciones. En Sevilla fue la mejor tarde hasta ahora de las que he podido torear en la Maestranza. Creo que el de este año ha sido el San Isidro más completo de mi carrera, más allá de los trofeos. Así como otras tardes como en Pamplona o en Santander, además de otras corridas donde no he cortado orejas pero me he sentido muy bien.

-Ha cumplido veinte años como matador de toros. En este tiempo lo ha vivido todo en esta dura y bella forma de vida que es el toreo. ¿Qué le ha dado la tauromaquia a nivel personal?

-Me ha dado muchas cosas buenas, otras no tanto. En el toreo hay mucho sufrimiento detrás que no se ve. Cuando soñaba con ser torero lo vivía con mayor felicidad de la que a veces tengo ahora porque lo tenía idealizado. He sido capaz de haber luchado por un sueño, lo he hecho realidad, he descubierto de lo que soy capaz, me he marcado metas y las he conseguido alcanzar. El toreo me ha dado amigos, buenas personas, y vivo de lo que más me gusta, que es un privilegio.

“Mi apoderado tiene una frase cumbre: “Cuando pierdes la ilusión nace el miedo”. En ese momento me retiraré, ahora todavía tengo mucha ilusión por ser mejor torero. Mientras eso dure…”

-Después de tanto tiempo en el toreo y pese a la plenitud que atraviesa es inevitable preguntárselo: ¿Pasa por su mente la idea de la retirada?

-Mi apoderado, Luis Miguel Villalpando, tiene una frase cumbre: “Cuando pierdes la ilusión nace el miedo”. En ese momento me retiraré, ahora te puedo decir que todavía tengo mucha ilusión por querer ser mejor torero. Mientras eso dure y el cuerpo aguante…

-Ha dicho antes que en los peores momentos ha confiado en su toreo. ¿Qué es lo que busca delante del toro?

-Lo más importante para mí es sentir todo lo que haga delante de los toros. Lo que se aleja de eso a veces te lleva a triunfar pero es algo que no tiene el fondo que yo siempre he buscado en el toreo. Siempre he estado convencido de que la única manera en la que yo podía funcionar era siguiendo ese camino. Me refiero a ese concepto de sentir las cosas, de buscar ser el torero que quiero ser. En esa ilusión está mi fuerza para seguir, para seguir ahondando en ese toreo que cada día siento que es mejor. El tiempo juega a mi favor.

“Lo más importante para mí es sentir todo lo que haga delante de los toros. Lo que se aleja de eso a veces te lleva a triunfar pero es algo que no tiene el fondo que yo siempre he buscado en el toreo. La única manera en la que yo podía funcionar era siguiendo ese camino”

-Otro de sus bastiones es la plaza de toros de Las Ventas. Ha toreado tres tardes esta temporada, incluida la Corrida de Beneficencia. ¿Qué ha significado para usted?

-Es la corrida más importante del año, con tanto significado en la historia. El toreo es así. De un año en el que no estás en San Isidro, a torear la Beneficencia en la siguiente temporada. Siempre he tenido la fe de tener cosas dentro y poderlas expresar. Se dieron las circunstancias y las pude mostrar en Otoño. A partir de ahí ha venido todo. Torear en la Beneficencia fue muy bonito. Tengo un recuerdo especial del momento en el que sonó el Himno Nacional. Estaba ya liado con el capote de paseo y me sentí, más si cabe, muy español.

-¿Se plantea volver a Madrid en la Feria de Otoño?

-Me gustaría ir. Vamos a ver qué pasa. Creo que sí que iré.

Villalpando: “No es fácil hacerle una temporada de categoría”

Le apodera Luis Miguel Villalpando, torero de plata que tantos años estuvo a sus órdenes. Juntos forman un tándem que ha sabido defender la dignidad de la carrera de Urdiales allá donde ha toreado. La independencia es otro de los rasgos que le lleva a ser admirado por la afición y por sus propios compañeros. Villalpando explica la satisfacción y responsabilidad que supone dirigir la carrera del torero de Arnedo: “Siempre es una responsabilidad. Son toreros que no se pueden contratar para cualquier sitio, hay que medir bastante las condiciones. No es fácil hacer una temporada con la categoría que merece”. Además de la parte administrativa, a Villalpando se le dibuja una sonrisa hablando de su torero: “Es muy ilusionante por su toreo: clásico, de arte… Está en un momento impresionante, cualquier día cuajará un toro con el capote que dará mucho que hablar. En el campo veo su evolución constante. Da gusto”. Hace un año, en plena sequía de contratos, Diego Urdiales hablaba así de su apoderado: “Me entiende, me comprende, sabe cómo quiero que se hagan las cosas y siempre coincidimos cuando hay que tomar alguna decisión. Estoy muy tranquilo teniéndole a mi lado. Me permite refugiarme en el toreo. Confío plenamente en él. Sólo me preocupo por torear”. El triunfo no ha cambiado la plena confianza que les une.

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