Fotos: JAVIER ARROYO
Bien hecho, colocado de cara, entipado fue el de Parlaré que inauguró la tarde. Antonio Ferrera quiso componer desde el saludo. En banderillas saludaron Javier Valdeoro y Fernando Sánchez tras dos grandes pares. Brindó su labor a Carlos Zúñiga y empezó la faena de rodillas. A la postre sería lo más destacado. En el inicio intercaló pases por alto con derechazos muy sentidos. El toro no rompió hacia delante, sin poder ni maldad se fue quedando corto. Abrevió con buen tino. El metisaca cayó muy bajo. Silencio.
El cuarto fue serio, acodado, hondo y cuajado. Se venció en los primeros lances y tuvo cierta brusquedad. No descompuso el saludo de Ferrera, que trató de llevarlo largo. La faena de muleta fue una lección por la cantidad de matices. El extremeño lo fue rompiendo hacia delante, empujando mucho la embestida. El toro no terminó de romper pero Ferrera fue metiéndolo en el canasto hasta extraer una tanda importante por el pitón derecho. Laboriosa obra del extremeño al deslucido toro de Parladé. La estocada habilidosa necesitó varios descabellos. Silencio.
El segundo, abrochado de cara, de magníficas hechuras, tardó en calentarse. El Juli lo trató con suavidad desde las verónicas iniciales. El toro tuvo humillación aunque mostró debilidad de los cuartos traseros. El Juli lo hizo todo para el toro, ayudándole, dándole sus tiempos. Cuando lo tocó fuerte perdió las manos pero cuando no lo fijó el toro se venía incierto. Terminó rajándose el de Parladé. Silencio.
El melocotón que hizo quinto lució el hierro de Juan Pedro Domecq. Redondo, muy atacado de kilos (más de 600) y de poca cara. A punto estuvo de derribar en el caballo y no se definió en los primeros tercios. Aun así El Juli lo brindó al público. En dos tandas vio la parada y avisada condición del toro y decidió abreviar ante el enfado general. Con un sartenazo acabó con el toro. División de opiniones.
Muy fino, bajo, con cuello… El tercero fue un dije. Sin embargo no fue tan bonito por dentro. Las verónicas del saludo de Paco Ureña provocaron la primera gran ovación de la tarde. Templadas, asentadas, enfrontiladas como la media final. Ureña brindó el toro de su presentación en Colmenar al empresario automovilístico Ginés Bartolomé. El toro fue desarrollando sentido dentro de su genio. Cada embroque era un examen. Aguantó el torero de Lorca las tarascadas del de Parladé sin aburrirse. A base de sinceridad pudo con el peligro sordo del toro. Hubo naturales limpios y hondos. La estocada cayó trasera. Saludos.
Cerró la tarde otro fino toro de Parladé. La corrida no pudo estar mejor escogida de hechuras aunque por dentro fue más bien deslucida. El sexto salvó los muebles de Juan Pedro. También puso mucho Paco Ureña, que estuvo sensacional desde el saludo capotero. El toro obedeció con humillación. En el tercio final mantuvo esa condición aunque se lo pensó más de la cuenta. El murciano logró que rompiera hacia delante a base de tragar en momentos ásperos, en los que el toro midió. Después encontró la media distancia para cuajarlo al natural y, sobre todo, en los derechazos. Todos los muletazos tuvieron la verticalidad, la profundidad y la pureza que caracterizan la mejor versión de este torero. Rugió la plaza en muchos de ellos pese a la falta de continuidad de la embestida. Se fue detrás de la espada tras un pinchazo al que se agarraría el presidente para no conceder la segunda oreja solicitada.
Colmenar Viejo (Madrid), lunes 26 de agosto de 2019. Feria de la Virgen de los Remedios. Toros de Parladé y uno (5º) de Juan Pedro Domecq. Bien presentados, de inmejorables hechuras aunque de deslucido juego en líneas generales. El sexto salvó los muebles del conjunto. Antonio Ferrera, silencio en su lote; El Juli, silencio y división de opiniones; y Paco Ureña, saludos y oreja con petición de la segunda. Entrada: Dos tercios. Saludaron tras parear al 1º Javier Valdeoro y Fernando Sánchez. La lluvia que cayó antes del inicio de la corrida no impidió la celebración de la corrida.
