ENTREVISTA

Juan Bautista: el final de un sueño

El francés, que anunció su retirada hace ahora un año, dice adiós a los ruedos este sábado en la corrida Goyesca de Arles
José Ignacio Galcerá
miércoles 04 de septiembre de 2019

Dice que es la última, asegura que el 7 de septiembre pondrá el punto final a su trayectoria como matador de toros. Cuando se cumplen veinte años de su alternativa, Juan Bautista lo deja. Lo hará en su tierra, Arles, en la corrida Goyesca, aquella que ideó su padre y que ahora él ha impulsado y consolidado dentro del calendario. Su adiós, anunciado desde hace un año, no ha tenido temporada de despedida. No la ha querido hacer sin la presencia de la persona que ha marcado su vida. Tras el toro llegarán los despachos y el campo. El empresariado taurino, la ganadería, la familiar y la suya, el apoderamiento… nuevos retos, nuevas ilusiones y la misma pasión por seguir ligado a un mundo que le fascina desde niño.

-¿Qué se lleva del mundo del toro?

-Me llevo mucho, la mayoría positivo. Es una vida exigente pero también hay disfrute. En más de 700 corridas ha habido momentos de dudas, este es un mundo muy pasional y cuando no logras los objetivos, afecta, de ahí los momentos de tristeza, pero cuando consigues cuajar un toro, las sensaciones son únicas.

-¿Pensaba que su carrera iba a ser como ha sido?

-Los toreros estamos obligados a soñar y en mi caso yo he soñado mucho y a lo grande, de ahí que no haya alcanzado todos los sueños pero sí la mayoría de ellos. Algunos se han quedado en el camino.

-¿Cuáles?

-Triunfar en Sevilla, por ejemplo, que no lo he conseguido nunca. O haber estado mejor con algún toro…, son detalles dentro de una carrera larga. También me han sorprendido los triunfos, como las tres puertas grandes de Madrid o mi trayectoria en América. He estado vivo durante dos décadas y aunque soñaba con más, estoy feliz y orgulloso de lo conseguido.

-Defina en pocas palabras su trayectoria.

-He decepcionado en ocasiones y en otras he hecho feliz a muchas personas. Sobre todo ha sido una carrera sincera.

-¿La gran equivocación que ha cometido?

-Me he arrepentido muchas veces del cambio que hice de apoderado, de Santiago López a José Luis Marca. La cercanía y la confianza que tenía y me daba Santiago no la tuve después con el cambio. Aquello me afectó. A toro pasado es fácil analizar las situaciones pero las decisiones se toman en el momento. En ocasiones te llegan propuestas que son difíciles de rechazar.

-¿Y el gran acierto?

-No sé si es un acierto, pero estoy muy orgulloso de haber sido capaz de torear todo tipo de ganaderías, desde Palha, Miura, Cuadri, Adolfo Martín, Victorino Martín, bien en terna o en solitario, y, por supuesto, La Quinta, una ganadería con la que he triunfado muchas veces.

“Los toreros estamos obligados a soñar y en mi caso yo he soñado mucho y a lo grande, de ahí que no haya alcanzado todos los sueños que tenía pero sí la mayoría de ellos. Algunos se han quedado en el camino”

-¿Es una retirada definitiva? Con los toreros sobrevuela siempre la duda, además, usted ya sabe lo que es irse y volver…

-En mis comienzos me retiré durante un año y medio, pero fueron otras circunstancias. Ahora he decidido yo el momento. Tenía claro que del toro no me iba a echar nadie. En los artistas existe el miedo de que el público, o en el caso de los toreros, el toro, te diga: “Ya está bien”. Yo podía haber seguido toreando porque tenía crédito y cartel para estar en las ferias, pero he creído que era el momento ideal para dejarlo. Mi decisión es clara y definitiva aunque entiendo que quede la duda. Además, estos cuatro meses de preparación no están siendo fáciles y no me imagino haciendo este esfuerzo dentro de unos años para volver.

-¿Ha habido un motivo en especial que le haya hecho llegar a este punto final?

-Tengo otras actividades entre manos y manejar tantos frentes es muy complicado. En temporadas anteriores lo he compaginado pero no voy a negar que ha sido complejo. Luego, la pérdida de mi padre ha cambiado la vida a mi familia, ahora me tengo que implicar a todos los niveles y proteger lo que han conseguido mis antecesores.

ARLES, ÚLTIMA ESTACIÓN

El 7 de septiembre está a la vuelta de la esquina. Se acerca un día especial para Juan Bautista. La fecha está elegida y anunciada desde hace un año. Es la última. La corrida ha despertado una expectación tremenda, acabándose el papel doce días antes, algo que no había ocurrido. Acabarse el papel, sí, pero nunca con tanta antelación. El Anfiteatro lucirá sus mejores galas, no cabrá un alfiler. La ilusión es máxima. Se esperan aficionados de América, de España, del suroeste francés y, por supuesto, de la Camarga. La pena es que no estarán todos. Faltará Luc Jalabert.

-El adiós tenía que ser en Arles. Era una obligación.

-No tenía ninguna duda de que tenía que ser así. No cabía otro lugar. Era la elección natural.

-La baja de Roca Rey le forzó a recomponer el cartel. En este caso, Enrique Ponce. Una figura por otra figura.

-Mi ilusión era que fuera Roca Rey, así estaba anunciado desde enero. Yo fui testigo de su alternativa y él me transmitió la ilusión de estar a mi lado este día, pero las circunstancias lo han impedido. Que se haya propuesto el maestro Ponce es muy bonito porque el cartel sigue siendo precioso. Como empresario tengo que decir que Ponce estaba anunciado en Arles para la Feria de Pascua, pero no pudo venir por la lesión de rodilla, así que contar con su presencia ahora es muy bonito.

“Mi aventura como torero ha sido también la de mi padre. La empecé con él y no me apetecía seguirla solo este año, de ahí el hecho de torear una corrida. El día 7 le recordaré como le recuerdo cada día”

-¿Fue Ponce quien le propuso estar en su despedida?

-Él me dio la señal de que estaba libre y de que le hacía ilusión participar en esta corrida. Pero como él, ha habido otras figuras que me lo propusieron. La Goyesca de Arles es muy apetecible y ha habido varias ofertas para sustituir a Roca Rey.

-La corrida, por cierto, fue una creación de su padre allá por 2005.

-La primera la hizo junto a Christian Lacroix, amigo personal de él. Ambos imaginaron esta corrida tal y como se conoce ahora. En aquel momento era un desafío, se trataba de reinventarse y sorprender, hacer un evento nuevo y distinto. Aquello gustó mucho.

-La decoración de la plaza, el acompañamiento musical más allá del pasodoble y el homenaje a un artista, que este año será Van Gogh, son las señas de identidad del festejo.

-Es el primer año que se homenajea a un artista desaparecido. Van Gogh tuvo una historia bonita con esta ciudad, en la que vivió muchos años, aquí pintó algunos de sus cuadros más conocidos. Existe además una fundación que lleva su nombre y de común acuerdo, decidimos que la decoración de la plaza tuviera la personalidad y los colores de Van Gogh. El trabajo de adecuación lo harán conjuntamente el equipo de la Fundación Vincent van Gogh de Arles y el de la plaza de toros, que se han implicado más que nunca. Esta es una corrida especial y distinta, pero le digo más…

-Dígame.

-Últimamente, y soy claro en este sentido, está siendo muy copiada, aunque hay alguna copia buena y otras no tan buenas. Entiendo que la Goyesca de Arles suponga una inspiración para otras plazas, de lo cual nos sentimos orgullosos, pero ésta sigue siendo única.

-¿Le molesta?

-Al principio molesta un poco, las dos o tres primeras veces que lo ves, pero ahora son tantas que estaría molesto a cada rato. Es bonito servir de inspiración a otros lugares, pero esta Goyesca siempre será distinta a las demás porque se celebra en un Anfiteatro romano milenario que es único y eso sí que no se puede imitar. Por ello siempre será especial.

“He estado siete meses sin torear. He seguido la temporada pero la sensación de torear no la he echado de menos. Mi vida va a seguir ligada al toro como lo ha estado desde niño. Me apasiona este mundo pero lo viviré desde otras facetas”

-El recuerdo de su padre estará muy presente.

-Me acuerdo todos los días de él y varias veces al día, además. La relación con él ha sido muy fuerte. Mi aventura como torero ha sido también la suya. En alguna etapa ha sido mi apoderado y siempre ha sido mi consejero. Tenía hablado con él terminar mi carrera cuando cumpliera veinte años de alternativa, pero su pérdida ha acelerado el final. Esta aventura la empecé con él y no me apetecía seguirla solo este año, de ahí el hecho de torear solamente una corrida. Ahora me voy a dar el gusto de tener un día especial con los míos, con mis amigos, mi familia, mi cuadrilla, en mi plaza y en mi ciudad, pero faltará la persona más importante de mi vida. El día 7 me acordaré de él como me acuerdo todos los días.

La Golosina, su ilusión ganadera

Juan Bautista va a seguir la tradición ganadera de su familia. Iniciada por su bisabuelo, que ejerció de mayoral, su abuelo fue el primer ganadero, al que le siguieron su padre Luc y su tío Marc. “Siempre he estado cerca de la ganadería familiar -con los hierros de Hermanos Jalabert y Laget, de procedencia Daniel Ruiz y sementales de Garcigrande-, pero tenía en mente la creación de una ganadería propia de un encaste que me identificara. He tenido, especialmente los últimos años, una historia de amor con la divisa de La Quinta, la conexión con la familia Conradi es muy bonita y gracias a la amistad de ambos, han accedido a mi demanda. Hace unos meses llegó un lote de quince vacas y en seis meses vendrá otro de quince más junto al semental Golosino, indultado en Istres”.

El torero francés, de este modo, inicia una aventura con reses de origen Santa Coloma, que une a la rama familiar de Domecq. “Tengo mucha ilusión, aunque soy consciente de que tardaré muchos años en ver los frutos, y más con un lote de vacas tan corto. Traer a mi país un encaste que apenas existe en Francia me emociona”. Las reses adquiridas por Bautista pastarán en la ganadería que la familia Jalabert tiene en plena marisma de La Camarga, muy cerca de Arles. “Yo tengo una finca personal entre Arles y Nimes, donde tengo una ganadería de Angus, que es el único bovino al que no le crecen los cuernos, cosa que para un torero es fenomenal”, confiesa entre risas. “Alguna vez llevo a amigos toristas a ver la ganadería. Pesan 800 kilos, son enmorrillados, preciosos, pero no les crecen los cuernos, es una raza que está seleccionada así, es increíble. En esta finca personal solo tengo Angus, así que todo lo bravo, aunque por separado, irá a la finca familiar”.

Juan Bautista no tiene que imaginarse cómo será a partir de ahora la vida sin torear. Ya lo experimentó en una etapa anterior, aunque el contexto de aquellos tiempos fuera diferente al actual. Ahora, cuando ha estado todo 2019 sin hacer un paseíllo antes del próximo compromiso en Arles para decir adiós, ya sabe cómo será su día a día sin la presión del toro, del triunfo y de los públicos.

-¿Cómo es vivir sin torear?

-No lo he echado de menos. Tras la tarde de Zaragoza de 2018, estuve siete meses sin tocar un capote ni una muleta. Tampoco hice ningún tentadero. He seguido la temporada, he ido a alguna plaza, por la televisión he visto muchos toros, pero la sensación de torear no la he echado de menos. Mi vida va a seguir ligada al toro como lo ha estado desde niño. Me apasiona este mundo pero lo viviré desde otras facetas.

Una de ellas es la de empresario, labor que está ejerciendo en el Anfiteatro de Arles desde hace cuatro años junto a su hermana Lola. “Soy ambicioso en este sentido, no me he escondido. Además de Arles, se sabe también que he depositado una candidatura al concurso de la plaza de Nimes. A día de hoy no tengo más proyectos, pero puede haber alguna sorpresa dentro de poco”.

-¿Dónde?, ¿España es una posibilidad?

-Mi campo de trabajo es Francia, eso lo tengo claro. Un buen empresario tiene que conocer y estar en el terreno que desarrolla su actividad. No puedes llegar el día antes de la feria e irte al día siguiente de que termine. En Francia, además, eso no lo aceptan ni las comisiones, ni los aficionados, ni los ayuntamientos. Dentro de algunos años quizá cambie de idea, pero ahora mismo no tengo otros proyectos empresariales que no sean en mi país.

Esos proyectos a los que hace referencia pasan por Arles, principalmente, donde el concurso de adjudicación está en vigor tras un proceso complejo en el que llegó a ser incluso recurrido y anulado en primera instancia. Y desde hace unos días, Mont de Marsan, plaza que gestionará el próximo año junto a Alain Lartigue. “El plazo del concurso de Arles termina el 9 de septiembre. Nos hemos vuelto a presentar. El futuro de este espectáculo exige dar lo máximo y con competencia uno se motiva más sea en el campo que sea”. Juan Bautista comienza a sumar experiencia empresarial con cuatro años al frente de la plaza de Arles. “Para gestionar una plaza se necesita visión, contactos, trabajo, experiencia…, pero también juventud. Estos años atrás, por Arles han pasado los mejores toreros y las mejores ganaderías. He conseguido carteles bonitos como la reaparición por un día de Esplá y de Chamaco, este año tenía contratado sin bombo ni sorteo a Roca Rey con un toro de Adolfo Martín y en su lugar entra Ponce, que toreará ese toro. Mi empresa está consiguiendo objetivos para estar orgullosos”.

-Suerte para el futuro.

-Gracias.

Marco Pérez, la fe puesta en un niño

El pasado mes de mayo, Juan Bautista anunció el apoderamiento de Marco Pérez. Pese a contar con apenas doce años, su nombre ya es de sobra conocido por todo el mundo del toro. Sus vídeos en el campo se hicieron pronto virales, corriendo como la pólvora por las redes con la sensación de estar viendo a un torero adulto metido en el cuerpo de un niño. “Para mí es un privilegio y una suerte acompañar a Marco en esta etapa de aprendizaje y ser su persona de confianza. Todo el mundo reconoce las cualidades innatas que tiene. Es un superdotado, la palabra no es bonita ni es muy torera, pero es así, es un genio, un fuera de serie. Técnicamente tiene una ventaja de muchos años, un nivel de matador de toros. Pero no hay que olvidarse de que es un niño todavía, y no tiene la fuerza ni la altura de un adulto. Hay que dejarlo crecer y desarrollarse con normalidad y tranquilidad. Él sigue en la Escuela Taurina de Salamanca, entrenando con sus profesores de siempre, yo lo visito en ocasiones, él viene otras a Francia y verle a menudo es increíble por su evolución”, confiesa. La ilusión se palpa en las palabras de Bautista con el proyecto de torero que tiene entre manos. “Dentro de dos años podremos organizar su presentación en América aunque para verlo por aquí habrá que tener algo más de paciencia. Por las cualidades que posee, se intuye que puede tener un futuro de estrella en el mundo del toro”.

El acuerdo llegó después del interés mostrado por varios apoderados. Los padres de Marco quisieron zanjar el asunto con la mayor celeridad posible. “No fue difícil convencerle, había ganas por las dos partes”, reconoce antes de añadir: “Ahora mismo lo tenemos escondido pero dentro de poco se podrán ver nuevas imágenes para ver su nivel artístico y técnico con vacas de mayor tamaño. He estado con él estos meses de preparación en alguna ocasión y me ha pegado unos cuantos repasos. Sigue impresionando más de lo que se ha podido ver hasta ahora”.

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