Valencia. Feria de Fallas
(Foto: Moratalla Barba)(Foto: Moratalla Barba)

Ni la oreja de Castella salvó una tarde de la cremà

Juan Mora y Enrique Ponce se fueron de vacío al estrellarse con sendos lotes sin opción
Jorge Casals
lunes 21 de marzo de 2011

La fea y mala corrida de Las Ramblas dio al traste con la expectación del día más importante de las Fallas.

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Juan Mora: “Soy torero, no mago…”

Enrique Ponce: “Ha sido como estrellarme contra un muro”

Sebastián Castella: “Siempre quiero más”

La ganadería de Las Ramblas dio al traste con el día grande de Fallas. Y eso que estaba todo preparado para que el día de San José fuese triunfal, con un hierro de reconocido prestigio, la segunda tarde de Ponce, el regreso de Juan Mora a Valencia, la reaparición de Castella, expectación en la afición y ambiente de glamour en los tendidos. Pero nada, todo fue un fiasco. Nunca debieron salir esos seis toros a la plaza de Valencia. Desigual encierro. Mal presentados, feos, muy terciados algunos… y la tarde se fue quemando poco a poco como una falla dejando las cenizas de los sinsabores en el ruedo. Ni la oreja en el sexto de Castella pudo salvar de la cremà el día del patrón.

Ese trofeo fue todo un ejemplo de la predisposición y las ganas con las que el amable público de Valencia fue a los toros. La primera ovación de la tarde llegó con un sensacional tercio de banderillas protagonizado por Javier Ambel ante el sexto, que calentó el ambiente para la faena de muleta de su matador, que se fue a los medios y con los cambiados por la espalda subió el termómetro de la pasión. Se dejó el toro sin ser cosa de otro mundo y Castella le dio fiesta primero con el toreo fundamental y posteriormente con los circulares que tanto gustan en esta plaza. No fue faena redonda, incluso mató mal el francés, pero la áfición, ávida de toreo y embriagada por aquellas únicas pinceladas de la tarde, pidió con gran mayoría y fuerza las dos orejas. Se le concedió una.

Enrique Ponce se fue de su tierra y su feria de vacío. Tuvo un lote vacío de contenido con el que no pudo ni su hechicera muleta. Tapó las carencias de su primero, al que quiso meter en el canasto. Y nada pudo sacarle al quinto, que se paró sin más. Juan Mora se estrelló también con dos toros imposibles. El primero sacó genio y aspereza, regalando gañafones a diestro y siniestro que engancharon siempre las telas del torero. No se desplazó el cuarto en ningún momento y más de lo mismo, la tarde iba ya de capa caída.

Plaza de toros de Valencia. Sábado 19 de marzo. Toros de Las Ramblas, el tercero como sobrero; mal presentados, feos de hechuras, sin remate ni cuajo y de pobre juego en general. JUAN MORA: Silencio y silencio; ENRIQUE PONCE: Ovación tras aviso y silencio; SEBASTIÁN CASTELLA: Silencio y oreja. Entrada: Lleno

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