TEMPORADA GRANDE

Oreja a la maestría de Ventura y a la ilusión de Hermosillo en La México

Ferrera no tuvo suerte con su lote en un maratoniano festejo de nueve toros
Redacción APLAUSOS
domingo 03 de noviembre de 2019

Diego Ventura y José María Hermosillo cortaron las dos únicas orejas en el festejo inaugural de la Temporada Grande. Una corrida de nueve toros y tres horas y media de duración en la que destacó la maestría del sevillano y la ilusionante alternativa del hidrocálido.

Hermosillo se convertió en el trigésimo tercer espada que se doctoraba en la Plaza México y el toro de la alternativa no pudo ser más idóneo. Tuvo fijeza, calidad y nobleza el de Julián Hamdan, aunque le faltó un punto de empuje para romper hacia adelante. El toricantano anduvo asentado, muy solvente, templado por momentos, más arrebatado en otros, pero siempre con el denominador común de la disposición. Se lo pasó siempre cerca el espada hidrocálido, que pulseó con suavidad la humillada embestida del toro. La estocada le puso en sus manos la primera oreja como matador de toros. Su segundo puso a prueba al toricantano. Un toro complicado que se puso a la defensiva, embistiendo a arreones y al pecho del torero. Nada pudo hacer el joven espada.

Tras el toreo a pie, llegó el turno de Diego Ventura a caballo. El sevillano sorteó por delante un toro de Fernando de la Mora, con movilidad pero de justo fondo y raza. Acabó apagándose. Ventura supo encelarlo con maestría desde el comienzo, a lomos de Joselito, gobernando con suma facilidad los arreones del astado. El de La Puebla del Río brilló con Bronce, con quien cuajó los momentos de mayor temple, llevando cosida la embestida del toro, a apenas centímetros. Si con Bronce apareció el toreo puro, con Dólar consiguió instantes vibrantes, como un par sin cabezada, y adornos de alta escuela. El rejón de muerte le dejó sin premio.

En quinto lugar, Diego Ventura lidió un toro con el hierro de Marrón, manso, parado y muy deslucido. El sevillano, que clavó dos rejones de castigo con Joselito, le buscó las vueltas con desigual fortuna. Trató de provocar la embestida, no siempre con éxito, ante un astado de nulas opciones de triunfo. Durante la faena, Ventura solicitó regalar un sobrero, hecho que el palco concedió.

Ventura brindó el toro de regalo, del hierro de San Isidro, a sus hijos. El sevillano se fue a la puerta de chiqueros garrocha en mano en una bella estampa campera montando a Bombón. Con Fino trató de fijar a un toro distraído que cuando se encelaba con el caballo lo hacía con buen son. La faena ganó en plasticidad con Bronce, que ofreció los pechos y toreó con mucha verdad. El espectáculo creció con Dólar, con un par a dos manos sin cabezada que puso la plaza en pie. Vibrante también fue el final con Prestigio. Mató de un rejón de muerte que necesitó del descabello. Al dejar el acero bajó del caballo y el toro, herido de muerte, se arrancó al torero, viviéndose momentos de peligro. Finalmente paseó una merecida oreja.

ANTONIO FERRERA, SIN TOROS

Abrevió Antonio Ferrera frente al tercero de la tarde, un animal que manseó en los primeros tercios y nunca se entregó en la muleta. Imposible el lucimiento con un astado que se defendió de manera violenta y con un peligro sordo. La labor de aliño sobre las piernas tuvo sabor añejo. El sexto fue devuelto tras lesionarse una mano de salida y salió en su lugar un sobrero del mismo hierro, altón y embastecido, que no le regaló ninguna embestida al extremeño, que abrevió.

Notable esfuerzo de Leo Valadez ante el cuarto, un toro que salió muy parado y que acabó agarrado al piso, incierto y con una embestida descompuesta. Bien en los primeros tercios, variado con el capote y efectivo en banderillas, el mexicano robó algunos muletazos de mérito a base de mucha determinación, pero la labor fue menguando y se alargó sin tomar el vuelo deseado. Mató de buena estocada. Frente a su segundo, Leo Valadez volvió a no escatimar oportunidad para mostrar su variedad con el capote y sus facultades en banderillas, tercio éste que puso al público en pie. Se atemperó cuando cogió la muleta y aprovechó la buena calidad del toro para dejar naturales largos y pulseados, tirando con suavidad. Dejó siempre la muleta adelantada y llevó al toro donde quiso. Mejor al natural que sobre la diestra. Salió trompicado de sendos encuentros al entrar a matar, dejando una estocada al tercer intento y perdiendo una merecida oreja.

Ciudad de México (México), domingo 3 de noviembre de 2019. Toros de Julián Hamdan (el 6º lidiado como sobrero), Fernando de la Mora (2º), Marrón (5º) y San Isidro (9º, como sobrero de regalo). El rejoneador Diego Ventura, ovación con saludos, palmas y oreja; Antonio Ferrera, silencio y silencio; Leo Valadez, palmas y ovación con saludos; José María Hermosillo, que tomó la alternativa, oreja y silencio tras aviso. Entrada: Casi lleno en el numerado. Saludó en banderillas Cristian Sánchez en el primero de la tarde. José María Hermosillo se doctoró – la suya es la trigésima tercera alternativa que se concede en la historia de la Plaza México- con el toro De todo corazón, número 37, de 483 kilos de peso, de la ganadería de Julián Hamdan.

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