Era consciente de que no iba a ser una temporada fácil y de que las oportunidades no se prodigarían este año en las plazas de primera, pero Manuel Escribano ha sabido aprovechar cada tarde para marcar desde un principio una línea ascendente y ganarse nuevamente la credibilidad del aficionado y de las empresas. Su paso por Valdemorillo, su doble comparecencia en Las Ventas –donde fue cogido gravemente por un toro de Adolfo Martín-, el indulto del primer miura de la historia en Utrera y sus importantes tardes en Soria, Beziers, Bilbao y Zaragoza son muestra de ello. – “He tenido actuaciones súper importantes. No han sido fáciles porque el tipo de toro ha sido duro y exigente pero representan esos aldabonazos que se tienen que hacer cada temporada y en los que uno da la dimensión del torero que quiere ser”
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