CONFIDENCIAS DE INVIERNO Y CHIMENEA, POR J.L.BENLLOCH (II)

Justo Hernández: “Más que mejorar el reglamento yo lo quitaría, tenemos la madurez necesaria para no precisar tutelaje”

Joaquín Núñez del Cuvillo, Justo Hernández y Adolfo Martín abren la cocina simbólica de sus casas a Aplausos
José Luis Benlloch
miércoles 18 de diciembre de 2019

Seguimos en modo invierno. Confidencias, chimenea, recuerdos, balances, Andalucía, Salamanca, Extremadura, las lluvias que siempre llegan, las apreturas que tampoco faltan, menos aún las ilusiones, la impronta de ganaderos marcada en el alma, cada uno con su libreto, su estilo, confianza con el amigo, recelo con el periodista… hombres de campo con preparación universitaria los tres, Joaquín Núñez del Cuvillo, Justo Hernández y Adolfo Martín abren la cocina simbólica de sus casas a Aplausos.

No ha habido otoñada y las máquinas de hacer pienso en El Grullo trabajan a destajo, e incluso en turnos dobles, para que no les falte de nada a los ganados de Joaquín Núñez del Cuvillo, que lo asume como hombre de campo –“Hay que aguantar el tirón”– sabiendo de los inconvenientes que tiene un negocio a la intemperie y confiado en su experiencia, díganle sabiduría. Lo bueno es que ya llueve y todo volverá a lo deseado. Noventa años de vitalidad le contemplan, el discurso suelto y enérgico, pragmatismo en sus razonamientos e ideas claras. Me cuenta que por El Grullo han comenzado ya a pasar los veedores y, aunque todavía es muy pronto, ni siquiera están hechos los lotes, tiene señaladas en firme unas cuantas corridas, detalle que aunque no haya nada definitivo le arranca una sonrisa de satisfacción.

-Por lo menos no es como el comienzo del año pasado en el que fueron a por mí y anularon nueve corridas de las que ya teníamos comprometidas. Este año va bien, la nave sigue a flote porque además no hay tantos toros como demanda.

De su respuesta cabe entender que aquel desencuentro se resolvió en bien aunque no se olvidó y el ganadero lo sigue considerando como “un impacto dirigido a la línea de flotación de la ganadería. Espero que me dejen más tranquilo”.

Don Joaquín habla desde su despacho, habitáculo bien amueblado, muy vivido, diría que rodeado de un banco de información de incalculable valor aunque su auténtica sapiencia la tiene en su cabeza. A los pies de la casa arrancan las mil ochocientas hectáreas en un todo longitudinal de más de ocho kilómetros que une al Grullo las fincas de Gallarín, El Lanchar, El Machorro y Los Arenalejos, perfectamente comunicadas entre sí porque, como dijo en uno de los primeros días que le visité, “tanto para un país como para una finca las comunicaciones son fundamentales” y digo yo que no conviene que falten.

Joaquín Núñez del Cuvillo: “Este año va bien, la nave sigue a flote porque además no hay tantos toros como demanda. Por lo menos no es el comienzo del pasado en el que fueron a por mí y anularon nueve corridas de las que ya teníamos comprometidas”

Pese a ese armisticio empresarial que normalizó las relaciones no echa las campanas al vuelo cuando habla de la temporada.

-Hubo de todo, José Luis. Todos los años son parecidos. Hubo corridas buenas, malas y regulares, aquí no se salva nadie y nadie se puede considerar triunfador, yo no lo hago pero sostengo el crédito de mis toros y los toreros demandan nuestras corridas. Esa es la mayor satisfacción que tenemos. Los toreros son los que nos mantienen.

Se le ve poco por las plazas porque no le gusta ir al callejón, porque se está volviendo perezoso, o al menos eso dice, y porque asegura que por la tele se ve fenomenal y si un toro no le está gustando “en ese caso apagas el televisor y listo”, bromea. La camada del año que viene será muy semejante a la última, veintiuna o veintidós corridas. Se resiste a hablar de novedades o sementales nuevos. Es evidente que no le gusta. En esas cuestiones tiene una elegante forma de desviar la conversación hacia la inconcreción. Diría que es un buen maestro de la esgrima dialéctica.

-Aquí, José Luis, andamos muy sobrados de sementales, tenemos muchos y alquilamos. Quemamos mucha pólvora. Si te digo la cantidad de sementales que tenemos te asustas.

-Dígamelo.

-Más de cincuenta. De esos, siete, ocho, diez… muy buenos, tanto que esos están todo el año cubriendo. Otros están de prueba.

-Hábleme de la prueba.

-A cada uno le hacemos dos fichas, una para machos y otra para hembras, y les vamos poniendo notas a los hijos. Luego sacamos la media aritmética. Cuando dan una media de siete es un semental muy bueno. Algunos incluso llegan al ocho. Esto es muy difícil, muy complicado, tiene muchos matices y variables, por eso es tan apasionante.

“He alquilado y he comprado, siempre he estado atento a donde había un toro excepcional y he ido a por él. He progresado mucho a base de toros de otras ganaderías que son mejores que las mías y lo seguirán siendo porque contento, contento, con la mía no estoy…”

Y en consecuencia habla apasionadamente.

-Eso que dicen algunos de tengo un toro que no falla, es mentira porque de setenta te salen siete toros buenos, date cuenta cuántos han de salir de los otros. Lo que tienes que procurar es que salgan pocos de los malos y poco malos.

-Viendo la situación de los cuvillos en las ferias y la demanda que tienen no parece tan difícil.

-Es difícil, es difícil pero a base de paciencia y mucha dedicación después de treinta y ocho años es cierto que se ve progreso y eso te anima a seguir dándole palos a la burra. Pero no se puede cantar victoria nunca.

Lo de alquilar sementales en las dos direcciones es algo muy propio de usted, aunque no sé si fue el primero.

-No lo sé. Yo alquilo, es verdad, pero a algunos amigos se los alquilo muy barato, incluso a alguno le cobro un euro al año solo para que conste que me paga el alquiler.

-Eso es como alquilar sin alquilar.

-Eso.

-Y en la dirección contraria.

-También. He alquilado, he comprado, siempre he estado atento a donde había un toro excepcional y he ido a por él. He progresado mucho a base de toros de otras ganaderías que son mejores que las mías y lo seguirán siendo porque contento, contento, con la mía no lo estoy, está mejor, eso sí, progresa, pero es que llevo treinta y ocho años viviendo por y para la ganadería.

“Nunca he vendido nada que no sea menos bueno de lo que yo tengo. Lo bueno, bueno, no ha salido de aquí nunca. Por muy buenas ofertas que haya tenido no he claudicado. Me honra decirlo, lo bueno está aquí”

-¿Cuáles fueron las adquisiciones o los alquileres más destacados?

-Yo tuve un toro de Daniel Ruiz muy bueno, que mejoró mucho mi ganadería. Y también tuve otro muy bueno de Garcigrande. En realidad, además es lo natural, he montado la ganadería a base de otros ganaderos. Me he equivocado muchas veces, he comprado cosas que luego no me han servido y otras que sí me sirvieron. Ahí está la batalla.

-Dígame los nombres de los sementales más estrella de la casa, sus favoritos.

-No, no. Es que he perdido mucha memoria.

-No me lo creo. Discúlpeme, no le creo.

-Ese sexto toro de Sevilla debieron darle la vuelta al ruedo. Y el de Perera de Madrid también me gustó mucho, pero Perera tuvo tanto mérito como el toro.

-No me va a decir los nombres de lo sementales.

-En Málaga le han dado el premio a un toro, Jinete se llamaba, fue muy bueno. Lo toreó Manzanares.

-El de los sementales, don Joaquín.

-Vamos a procurar no dar nombres de sementales porque es hacerle una propaganda que después… mejor no.

-Luego los toreros preguntan por los sementales.

-Eso.

“Si alguna vez se indulta uno que no se lo merezca no pasa nada, porque normalmente son toros buenos. Qué daño hace que se extralimiten en alguna ocasión frente a la cantidad de toros que se desaprovechan”

-Tras la salida de la gestión diaria de su hijo y de posteriormente su nieto, ahora el peso de la ganadería recae sobre usted.

-Ahora no, los últimos treinta y ocho años. El que no sale de aquí soy yo. Llevo veinticinco años viviendo en el campo, esto es algo muy personal. Lo que pasa es que estoy rodeado de un equipo muy bueno de mayorales y vaqueros y todo se hace más fácil.

-¿Se puede decir que no se hace nada que no lo sepa usted?

-Totalmente. En lo fundamental así es. Aquí no se echa un toro a las vacas que no haya aprobado yo, ni una vaca que no haya aprobado yo. Ni ahora ni nunca. Además te voy a decir una cosa, nunca he vendido nada que no sea menos bueno de lo que yo tengo. Lo bueno, bueno, no ha salido de aquí nunca. Por muy buenas ofertas que haya tenido no he claudicado nunca. Me honra decirlo, lo bueno está aquí.

-Todos sus compañeros coinciden en que la economía de este negocio está muy mal. ¿Usted participa de esa idea?

-Por supuesto. A mí me ayuda mucho que las figuras del toreo pidan mis toros porque hay otros ganaderos que son tan buenos o mejores que yo pero no se los piden las figuras y se les quedan muchos toros por vender. Esa es mi suerte.

-¿Todo es suerte?

-Sí, es suerte y cuestión de gusto, de tener el mismo gusto que las figuras. Otros pueden ser mejores ganaderos que yo y no tener ese gusto.

-Hay más como usted, no muchos, pero hay más que también cuentan con el favor de las figuras.

-Juan Pedro, Victoriano del Río, Garcigrande, Jandilla… Tengo que reconocer que el mercado está muy mal repartido porque hay otras ganaderías igual de buenas que estas que te he nombrado y sin embargo hasta que estos seis o siete ganaderos no lo venden todo los otros tienen que esperar. No es justo, pero es así. Cuando yo empecé estaba más repartido. Ante esa situación muchos se aburren y se van y lo comprendo.

-Negocio no es ¿o sí?…

-No es negocio, pero yo vivo de esto. Para qué te voy a decir otra cosa, aunque tampoco gasto mucho.

-¿Con la puya actual está de acuerdo?

-Te voy a decir una cosa. La puya o el caballo, el tercio de varas o como queramos decirle, era la medida que tenían los antiguos para medir la bravura, pero hoy en día se ha llegado a un nivel de selección increíble que la hace innecesaria. Hay que ver la cantidad de toros buenos que salen y que antes no salían y la cantidad de toros que se estropean en varas o por no hacer la suerte como debe hacerse.

“Verse arrancar un toro de lejos es hermoso pero la bravura es más que eso. El tercio de varas es una manera de medir la bravura de otro tiempo”

-La suerte de varas a muchos nos gusta.

-Y a mí. Es espectacular y bonita. Verse arrancar un toro de lejos es hermoso, pero la bravura es más que eso. Hay una cultura sobre ese tema que irá cambiando con el tiempo.

-La queja más frecuente de sus compañeros, más que sobre la suerte en sí, es sobre el daño que hace la puya actual.

-Por eso las plazas de segunda donde se les da solo un puyazo salen beneficiadas sobre las de primera. Ya hay mucha gente que pide que no se les pegue más.

-¿Esa situación cómo se maneja en el campo?

-Antiguamente a una vaca se le daban seis o siete puyazos y después resultaba que no tenía un pase. ¿Qué se conseguía con eso?… pues nada, porque a lo peor luego no se veía lo que realmente era, o era mansa y equivocaba. Pero en este tema se va mejorando mucho, la cultura del público va mejorando, va en otra dirección, quieren ver grandes faenas y que no se las frustren con teorías que son de otro tiempo.

-Los caídas de los toros son historia pasada.

-Es verdad y lo que nos ha costado lograrlo y nos cuesta.

En el campo de las ventas entre ganaderías Cuvillo es también marca con mucho mercado. Los próximos días saldrán con destino a Perú dos sementales que con un lote de cincuenta vacas, parte de las cuales ya tomaron el avión, es la noticia que me da el ganadero para cerrar la charla… “Y además semen, le he vendido semen también. Es para un ganadero muy bueno que también tiene mucho cartel en la cría de caballos”.

JUSTO HERNÁNDEZ

Por el campo charro este año iba la cosa bien, en realidad muy bien, lo que se debe traducir por buen tiempo y mucha agua, hasta que han llegado los fríos, en realidad lo que corresponde a Salamanca, así que no cabe ni quejarse ni sorprenderse. Justo Hernández, ganadero de Garcigrande, lo lleva con la máxima naturalidad, lo que corresponde a un hombre de campo que asume y sabe del albur de la naturaleza. Joven veterano, en realidad un clásico que le cogió el hilo conductor a su señor padre de tal manera que no cabe hablar de sucesión ganadera ni mucho menos de interregnos, solo de una ascendente continuidad. Me habla pausado, con el acento castellano que le es propio, con argumento claro y sin estridencias. Sin callarse nada y sin dar pie a la ofensa y si alguien se ofende será por afición.

-Esto es Salamanca. Aunque quizás ahora tarde un poco más que antes en llegar los fríos, o eso me parece a mí, al final es lo de siempre. Puede llover más o menos, hacer más frío o menos, pero no nos escapamos de los resfriados y los problemas.

-¿Eso con las Fallas a la vuelta de la esquina como quien dice, cómo se combate, supongo que con bolsillo?

-Con anticipación. Empezando antes, hay que estar preparados y con calma se consigue.

-No hace tanto ver corridas de Salamanca en Fallas era poco menos que un imposible.

-Es que ha mejorado la alimentación, han mejorado las previsiones, nos hemos ido profesionalizando todos y a lo mejor, digo yo, que no lo sé, se han suavizado los inviernos, pero sí es verdad que no había ganaderos, eso he oído, que pudiesen lidiar en un año en Valencia, Sevilla y Madrid y hoy afortunadamente hay varias ganaderías que lo consiguen.

Veintidós, veintitrés corridas en los cercados en Garcigrande auguran otra temporada intensa. ¿Qué tiene de novedad, qué anunciamos, cuál es el estreno…?

-Vamos a volver a plazas de Francia, que el año pasado no fuimos. Por otra parte te diré que en todas las plazas donde fuimos el año pasado cuentan con nosotros, que es la mejor señal, aunque a alguna de ellas no podremos volver porque la camada es la que es y no hay más… Intentaremos cumplir con todo el mundo, para nosotros es importante corresponder a su confianza.

-Las plazas francesas a las que vuelven los garcigrandes son Dax y Bayona…

-Y repetiremos en Arles y Nimes, que son plazas que siempre apostaron por la casa y nosotros queremos corresponder.

Justo Hernández: “A mí me gusta apostar. Incluso a los toros nuevos que me gustan por reata no los paro. He tenido toros nuevos que han estado cuatro años seguidos padreando. Hasta ahora he acertado más que he fracasado, aunque también las he liado gordas”

-¿Entre las novedades hay sementales de estreno?

-Siempre hay estrenos, todos los años, porque nos gusta y porque hay que mantener viva la ganadería y hay que apostar. Son toros que están aprobados en vacas, que traen buenas notas de atrás pero será el tiempo, este año mismo, el que diga si hay que seguir con ellos o hay que quitarlos. Es algo apasionante. En estos casos siempre hay sorpresas, nunca se puede estar seguro de un resultado. Así que hay que averiguarlo pronto para apostar más o apostar menos por cada uno de ellos. Esa es una de las grandes motivaciones que tenemos los ganaderos, la ilusión por lo nuevo, por lo menos en mi caso.

-A los sementales nuevos le lidias directamente cuatreños o tratas de verles antes los resultados de utreros o erales.

-Vamos directamente a los cuatreños. A mí me gusta apostar. Incluso los toros nuevos que me gustan por reata no los paro. He tenido toros nuevos que han estado cuatro años seguidos padreando. La fórmula me puede preparar una ruina pero en caso de que den lo que yo creo que puedan dar sería una pena no haber disfrutado de esos productos durante esos años que los tuve parados. Así que apuesto y hasta ahora he acertado más que he fracasado, aunque también las he liado gordas.

“Más que mejorar el reglamento yo lo quitaría. Tenemos la madurez necesaria para no precisar de ese tutelaje. Somos gente seria y responsable y el reglamento coarta la libertad para hacer cosas”

-¿La norma viene de tu padre o es que tú eres especialmente valiente?

-Es consecuencia de una experiencia con uno de los grandes toros nuestros. Se nos ocurrió tirar del libro del ganadero y lo retiramos de las vacas a la espera de ver los productos que daba y cuando vimos que daba extraordinario tuvimos que esperar unos años hasta volver a tener hijos de él. Quiere decir que nos perdimos unos años magníficos. En aquel mismo momento decidimos que cuando un toro nos gustase mucho, apostar de verdad por él y si salía bien pues bien y si nos habíamos equivocado con la razón y con la lógica pues mala suerte.

-¿El toro se llamaba?

-El 21 Pitero.

-¿Cuántos sementales tienes?

-No te sabría decir exactamente, pero alrededor de ochenta y cinco, ochenta y siete…

-Cuvillo me dice en estas mismas páginas que tiene en torno a cincuenta y a todos nos parece mucho.

-Cincuenta es un gran número y seguramente lo que hace él sea más sensato y yo esté más loco.

-Habla muy bien del toro que tuvo tuyo en las vacas y de tu ganadería.

-Reconocer eso públicamente en realidad habla mejor de él que de nosotros.

-¿Cuesta que los ganaderos hablen bien de los compañeros, prima la picardía?

-No es eso, pero la competividad pesa y bastante tiene uno con lo suyo para preocuparse de los demás. Les reconocemos pero en público cuesta decirlo.

“Me gustaría que la economía del toro estuviese mejor pero es lo que hay. Da para sobrevivir en el mejor de los casos y en el peor cuesta un dinero que hay quitárselo a la familia. Lo sabemos, estamos dispuestos y no cabe la queja”

-¿En qué se podría mejorar el reglamento?

-Yo más que mejorarlo lo quitaría. Tenemos la madurez necesaria para no precisar de ese tutelaje. Somos gente seria y responsable y el reglamento coarta la libertad para hacer cosas que en ocasiones consideramos que deben hacerse. A mí me gustaría demostrar lo que soy y muchas veces el reglamento me lo impide. Me gustaría tener un poco más de libertad.

-Libertad supone asumir responsabilidades.

-Naturalmente. Y si no estás a la altura es tu responsabilidad.

-Y el trato oficial.

-El trato de la autoridad al que no es autoridad en algunos casos es buenísimo porque entienden que somos gente de bien y en otros casos ya se sabe… He de decir que cada día hay más educación y mejora el trato. Depende mucho de la plaza, del individuo. Es algo personal. El que tiene la autoridad la puede utilizar, la puede interpretar de muchas maneras distintas y se nota, esa es la cuestión. Estamos sometidos, a expensas de que se nos trate de una forma u otra.

-Hay plazas malditas o señaladas.

-Hay plazas que se te dan bien, plazas de triunfo y otras en las que te cuesta más trabajo triunfar. En esas tratamos de modificar cosas, las horas de embarque, las formas de preparar el toro, buscar soluciones… Uno no se puede conformar. Y sí, hay plazas en las que todavía nos cuesta el triunfo y otras en las que has triunfado y miras con más agrado. En cualquier caso unas y otras se convierten en un reto. En unas para repetir el triunfo que te da la vida y en las otras para invertir la realidad y conseguirlo. Te he de decir que cuando lo consigues en esas últimas te da la plena satisfacción.

Justo me habla de plazas especiales. De las de difícil satisfacción, en las que los vaivenes de la fortuna le llevaron al disgusto y del disgusto a la gloria.

-Ha habido plazas donde hemos tenido grandes fracasos sobre todo las primeras veces que fuimos. Sevilla, por ejemplo. Hace quince años fue un fiasco apoteósico. La satisfacción ha sido darle la vuelta a la tortilla y convertirla en una de las plazas talismán para nosotros en la actualidad. Eso es bonito. En Bilbao también fracasamos el primer día. En Jerez, en Nimes… frecuentemente los debuts no han sido los soñados. La satisfacción que lo compensaba todo ha sido volver cinco o seis años después, porque lógicamente los años siguientes no nos contrataban, y ya con otra madurez conseguir las metas soñadas.

La charla deriva hacia las plazas de disgustos mañaneros. Valencia por ejemplo, donde el último año anunció que daba un paso al lado, que no quería desazones de ese calibre y no se anunciaba.

-Valencia es una plaza importante donde sabes que vas a tener problemas y enfados pero eres ganadero y es bonito intentar convencer a los presidentes y a los veterinarios de que tú no eres lo que piensan que eres. Hay que encontrar una armonía por el bien de Valencia y el bien de la Fiesta y por el bien nuestro. Ese es nuestro objetivo, entrar en los corrales, porque en el ruedo creo que se nos ha dado siempre bastante bien.

“Frecuentemente nuestros debuts no han sido los soñados. Sevilla, por ejemplo. La satisfacción ha sido darle la vuelta a la tortilla y convertirla en una de nuestras plazas talismán. Eso es bonito. En Bilbao también fracasamos el primer día. En Jerez, en Nimes… La satisfacción que lo compensaba todo ha sido volver y ya con otra madurez conseguir las metas soñadas”

-¿Tienes alguna explicación?

-Entiendo que ellos tienen unas expectativas en cuanto a lo que tiene que ser el toro de Valencia y cuando le presentas lo que tú consideras que debe ser, no coincide. Es una plaza complicada, para mí es un reto conquistarla en todos los aspectos, como te digo.

-La economía del toro es otro caballo de batalla difícil de evitar en una charla de invierno.

-Me gustaría que estuviese mejor pero es lo que hay. Lo sabemos, también se sabe lo bonito que es esto, y cuando valoro una cosa y otra veo que merece la pena seguir en esta profesión. En cualquier caso es duro, a mí me gustaría que fuese como el fútbol, pero no es el caso. Te resumo, da para sobrevivir en el mejor de los casos y en el peor cuesta un dinero que hay quitárselo a la familia. Lo sabemos, estamos dispuestos y no cabe la queja.

-Tú que eres un estudioso del tema seguro que lo has valorado. Hasta que llegasteis la última generación de ganaderos pocos o nadie eran capaces de lidiar un año en todas las plazas de primera e incluso repetir en varias ocasiones.

-Es verdad… Cada momento del toreo ha sido distinto. A primeros del siglo pasado las ganaderías eran de más de mil vacas, incluso de muchas más, luego llegó otra época en la que esos ganaderos tuvieron muchos hijos y todos ellos quisieron y pudieron ser ganaderos y vivir de la ganadería, lo que supuso que hubiese muchas ganaderías y que todas funcionasen… y hoy por los avatares de la Fiesta, porque no están las cosas tan boyantes como entonces, no hay cabida para todas y las ganaderías cortas, que son las más difíciles de mantener, lamentablemente han desparecido. Sí, las cortas lo están pasando peor…

ADOLFO MARTÍN

De muy completa califica Adolfo Martín la temporada de su ganadería en 2019, año que arrancó en Castellón con una corrida importante que gustó al criador y a los jurados que le concedieron los premios de la feria. Fue la previa del gran trago de Madrid, aquella tarde célebre del bombo, en la que la suerte había decidido que sus toros fuesen lidiados por Roca Rey, el gran fenómeno del momento, en lo que era una combinación por infrecuente apasionante. Fue el cartel de la feria: expectación máxima, responsabilidad máxima y final feliz.

-Llegar a Madrid, con lo que supone Madrid en una tarde así, con esa responsabilidad… y que saliesen tres toros de los que me gustan fue muy importante para nosotros. Date cuenta que nos dieron alguno de los trofeos de una feria en la que hubo toros extraordinarios, recuerda que embistieron catorce o quince toros y eso en Madrid es mucho. La única pena ese día fueron las cornadas de Escribano y de Román.

-Supongo que esas corridas con las figuras te generaran una buena ración de miedo.

-Todo el del mundo. Imagina. Todo el toreo y la afición preguntándose a ver qué trae este, a ver qué pasa… Me decían que si no estaba contento de que me hubiese tocado Roca en el sorteo y contento no estaba, estaba asustado. Conociendo la expectación que había y sabiendo que en corridas así las cosas no salen o no es fácil que salgan como deseas, imagina el trago.

-Tendrías metido en la cabeza el fiasco de aquella otra tarde en la que anunciaron tus toros con José Tomás.

-Aquello está muy lejos pero sí me acordaba. Era una cosa parecida de expectación, había reventa por todos lados, quedé mal con los amigos que me pedían unas entradas que yo no tenía, los periódicos hablaban y hablaban… era lo mismo. Y claro que tengo clavado aquello, lo tendré presente toda mi vida, pero esta vez afortunadamente salió bien. Fue una corrida para mí muy importante.

Adolfo Martín: “Me decían que si no estaba contento de que me hubiese tocado Roca en el sorteo y contento no estaba, estaba asustado. Conociendo la expectación que había y sabiendo que en corridas así las cosas no es fácil que salgan como deseas, imagina el trago”

Luego, siguiendo el análisis del año recuerda otra corrida que funcionó menos en Íscar, y a continuación otra que el ganadero puntúa como importante en Huesca, televisada, con la que triunfaron Castella y De Justo… Me lo va desgranando de manera apasionada, como si lo fuese reviviendo paso a paso.

-También echamos una corrida muy buena en Colmenar -continúa-, con un toro al que le dieron la vuelta al ruedo que le tocó a El Cid, que estuvo como en sus mejores tiempos. Fue un toro de vacas, Baratero se llamaba.

-Eso de Baratero suena bien.

-En esta casa suena a gloria. Hace ya cincuenta años que saltó el primer Baratero en Madrid, fíjate si tienen importancia las reatas. Algunos ganaderos cambian los nombres porque cuando llegan toros de alguna de esas reatas famosas todo el mundo los espera.

-Tú también has cambiado nombres.

-No exactamente, pero algo sí. He hecho cambios por ejemplo entre los Aviadores porque había una cantidad enorme, recuerda que en una tarde en Valencia había cinco Aviadores y eso era excesivo, la gente se preguntaba, no entendía. Y lo que he hecho es ponerles nombres que se pudiesen asociar, en este caso podía ser que a la hija de una Aviadora le pusiese Azafata. Te voy a decir algo que te he dicho muchas veces, las reatas no fallan.

“De la tarde de Roca en Madrid solo tengo un pero, me hubiese gustado que se tradujese en un dinero importante. Si vas a ganar lo mismo con esa presión tan grande no me apetece o me apetece menos porque si salen las cosas mal me revientan y si se salen bien es lo que todo el mundo espera”

-¿Tú le das más importancia a la vaca que al toro?

-El toro homogeniza las ganaderías. Da la cara, el trapío, toros que humillen, la clase… pero hay vacas que no fallan. Te lo digo porque ha habido vacas concretas que han dado productos de nota alta con los toros que han ligado y también con toros que no han ligado. Por eso te digo que las reatas son definitivas. Yo le echo antes a las vacas un toro con una nota de seis de una reata buena que un toro de diez de mala reata. Las reatas siempre están ahí, para salvar las ganaderías en los baches, para todo.

Me habla desde Almohadín, un descanso en la jornada de campo, a la vuelta de Los Alijares, donde ha ido a enseñarle una corrida de toros para Mont de Marsan que define de muy buena y que podría matar una figura. Me cuenta que este año las cosas, la demanda en el campo, va despacio. “Todavía hay poco movimiento por aquí”. Pueden salir hasta diez corridas, el conjunto es una buena camada, tiene toros muy bajos, como es ahora la ganadería y el trapío propio de la casa. Llaman la atención los cinqueños que tan de moda se han puesto en los hierros importantes, fundamentalmente porque el trapío que se exige en muchos casos llega con la edad y porque las empresas para comprometerse piden que haya toros por detrás para asegurarse ante las bajas o los problemas de última hora, así que si todo va bien al final de la temporada sobran toros para la siguiente.

-Son los cinqueños y no pasa nada, al contrario, mejoran las camadas. Ese es mi caso. En otras ganaderías de las que las figuras piden sus toros es diferente y puede que al final de la campaña hasta tengan que sacar toros de debajo de las piedras.

-Tú estás en guerra con lo domecq, entiéndelo como genérico.

-¡Yo! Yo no estoy en guerra con nadie.

-Entiéndeme. Me refiero a estar enfrentado con lo que significa un toro del gusto de las figuras y tan diferente a los tuyos.

-No, no. Cada ganadero defiende lo suyo porque piensa que su ganadería es la mejor. Yo lo pienso de la mía. Y tengo saltillo porque es lo que me gusta. No hay más. En otra idea de toro también saltan muy buenos, pero para mí los míos. Y en cuanto a las figuras tengo que decir que son figuras por algo. Yo les estoy agradecido porque esta vez aceptaron anunciarse con el bombo y otras veces directamente. Lo hacen porque la ganadería está humillando y está embistiendo. De que se anunciase Roca en Madrid con mis toros solo me quedó un pero y no con él.

“Hay que cambiar la puya, hay que buscar soluciones. Estas cortan como estiletes y los desangran. Con dos puyazos de verdad, si meten los riñones, se acabó. Esas puyas valdrían para los mansos de hace dos siglos, cuando no se dejaba picar”

-¿Qué pero?

-Que me hubiese gustado que se hubiese traducido al final en un dinero importante. Si vas a ganar lo mismo con esa presión tan grande… no me apetece o me apetece menos porque si salen las cosas mal me revientan y si se salen bien es lo que todo el mundo espera.

-Entendido y además puede que en esos casos tengas competencia a la hora de reseñar la corrida.

-No lo hicieron. En mi casa la corrida que va es la que yo reseño y siempre reseño los mejores porque lo que sea mejor para mí lo será para el espectáculo y para los toreros.

-Nombrarte domecq ha sido por simplificar a la hora de hablar de otro modelo de toro, lo decimos así y todos nos entendemos.

-Pero te insisto: yo no tengo ninguna guerra con nadie. En la Fiesta tiene que haber de todo. Lo entiendo así. Ellos lo que sí tienen es más facilidad para lidiar porque se los piden las figuras. Yo para volver a una feria, yo u otro que tenga una ganadería como la mía, tengo que pegar un pelotazo y aun así a lo peor no vuelvo. Del grupo de ganaderías que matan las figuras a lo mejor una no funciona y la siguen matando. Si en mi caso no sale bien, igual tardo cuatro o cinco años en volver.

“Las reatas no fallan. Yo le echo antes a las vacas un toro con una nota de seis de una reata buena que un toro de diez de mala reata. Las reatas siempre están ahí, para salvar las ganaderías en los baches”

A tus compañeros les he preguntado por las novedades que preparan para la temporada que viene y todos tienen expectativas sobre sementales nuevos en los que tienen puestas grandes esperanzas.

-Yo te hablaría de un toro 48 Hocicudo, padre del toro de Colmenar, que fue su primer producto cuatreño aunque ya le habíamos visto utreros muy buenos, uno en Calasparra, hace dos años, fue cumbre. Da mucha humillación. Hay también un toro 17 Comadrón del que espero mucho. Además saldrán bastantes toros hermanos de los de Madrid, del toro Español y del toro Madroñito. Y hoy mismo hemos tentado becerras del Madroñito indultado en Santander, cumbres, me han dejado impresionado. Te tengo que decir que en cuanto a sementales la camada la tengo muy bien. Es lo que creo, porque luego hay veces que las cosas no salen como esperas.

-¿Los sementales los metes en la plaza o van directamente a las vacas por la reata que tanto valoras?

-Ese 48 está sin tentar y sin torear, virgen completamente. El 17 lo mismo. No me importa decirlo. Son nietos del toro Malagueño que me indultaron en Añover de Tajo y los escogí directamente de cuatreños. Estoy contento y muy esperanzado con ellos.

Y no es que desprecie la tienta, pero tiene sus preferencias y las razona.

-En ocasiones he toreado toros y a lo mejor han resultado menos que cuando los he cogido por reata directamente. Ahora todos los toros que tengo echados están por torear.

-La costumbre de tu tío y de tu padre de echar toros a las vacas y luego lidiarlos ya no lo haces.

-Lo he hecho, lo he hecho. Lo que ha ocurrido es que últimamente me han gustado tanto que me he querido quedar con ellos. Mira, los toros se definen de cuatreños, antes no es lo mismo. Los ves y puedes que te digas vaya pedazo de toro, miras la familia y ves que es extraordinaria, así que lo dejas cubrir un año y luego lo lidias de cinqueño. De esa manera se suele acertar mucho.

-Sí, pero si ha ligado y lo lidias la hemos jodido, con perdón, lo desaprovechamos.

-No, porque tenemos los hijos y porque las ganaderías no se pueden cerrar sobre pocos toros, hay que estar abriéndolas continuamente. Toros que dan cumbre llega un momento en que hay que quitarlos, para refrescar.

“¿Novedades para este año?… Te hablaría de los hijos de un toro 48 Hocicudo, padre del toro de Colmenar, que fue su primer producto cuatreño aunque ya le habíamos visto utreros muy buenos. También los hijos de un toro 17 Comadrón del que espero mucho. Además saldrán bastantes hermanos de los de Madrid, del toro Español y de Madroñito…”

-Tu primo y muchos compañeros más se quejan de las puyas actuales.

-Y yo también. No pueden sangrar los toros como están sangrando. Eso nunca pasó. ¿A quién ayuda ese espectáculo?… A nadie. Además, no se pueden pegar esos puyazos traseros que pegan ahora y no rectificar. No digo que no haya buenos profesionales, pero a muchos les importa nada lo que estamos hablando aquí.

-¿Cambiarías la puya?

-Claro. Hay que buscar soluciones. Es que cortan como estiletes. Los desangran. Con dos puyazos de verdad, si meten los riñones, se acabó. Teniendo en cuenta que hemos hecho el toro para que se emplee, imagina. Esas puyas valdrían para los mansos de hace dos siglos, cuando no se dejaban picar. Otra cosa…

-Dime.

-Mira a ver lo que pican las figuras los toros, ¡si no les rompen la piel para que se muevan! Si les pegasen a esos lo que a los nuestros veríamos si había tantos indultos y tanta euforia como hay. Ahí tenemos una descompensación con nosotros.

-La economía también ha sido tema de estos encuentros invernales.

-Yo la veo difícil y quien no lo diga se está equivocando. Aquí empezó a llover antes de ayer, en ese aspecto ha sido un año agrícola muy malo, fatal, luego resulta que hay mucho toro y que todo el mundo te aprieta las tabas. Esa es la realidad. Salvo que presione una figura pidiendo tus toros, te tienes que adaptar a lo que digan.

-Resistir es la fórmula.

-Hay que aplicarla. Qué remedio.

Fotos: Viard, Arjona e Isma Sánchez

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