ENTREVISTA SOBRE SU 2019

Curro Díaz: “Mi propósito de este año ha sido torear más despacio”

“Tengo la sensación de que hay una cierta tendencia cada vez más clara de volver a torear bien; de no montarse tanto encima de los toros”, subraya el de Linares
Julio César Sánchez
viernes 20 de diciembre de 2019

-¿Qué sensaciones le ha dejado la temporada 2019?

-Pues el principio de temporada no pintaba demasiado bien. Nos iban dejando ganaderías, a priori, un poco a contraestilo. Pero como lo cierto es que durante las últimas temporadas he matado corridas de todo tipo, no me preocupaba demasiado. Es bonito enfrentarte a retos, y sobre todo superarlos, como me ha pasado durante toda mi vida. O al menos esa es la sensación que me queda; que también este año he logrado superar las dificultades que he encontrado.

-Este año, una vez más, tuvo que enfrentarse a una situación realmente dura, con la tremenda cogida a Román en Madrid, y teniéndose que poner delante a continuación sin saber si el desenlace de su compañero dentro de la enfermería iba a concluir bien o no.

-El toreo es algo maravilloso. Es un arte que tiene grandes dosis de tragedia y mucho sufrimiento. Sin embargo, uno de los cometidos de los toreros es, precisamente, no exhibir ni mostrar ese sufrimiento ni esa tragedia sino al contrario; intentamos emocionarnos y emocionar al público con un toro que puede hacerte sentir esas sensaciones que he mencionado antes, pero también que puede quitarte de en medio. ¿Puede haber algo más sublime? Esa es una de las grandezas del toreo, no mostrar lo menos agradable y, de alguna manera, hacer olvidar que hay tragedia. Sin dejar de lado que, afortunadamente, hoy día contamos con equipos médicos que son auténticos ángeles, y que evitan que ocurran más desgracias de las que pasan.

-¿Le sirvió la oreja de Madrid al toro de Baltasar Ibán para afrontar el grueso de la temporada de otra forma?

-Sin duda. Este año volví a sentir el cariño de Madrid. La exigencia igualmente, no lo olvidemos, pero cuando Madrid te ve entregado ellos también te dan todo. Las Ventas ha sido la plaza que me ha sacado de la oscuridad varias veces, desde aquella primera vez con una corrida del Cura de Valverde y también en el triunfo de 2016. La oreja de este año me ha permitido respirar de otra manera, y que el comienzo nada claro que se me planteaba a principios de temporada se abriera un poco.

-Aun así, si echamos un vistazo al elenco de ganaderías a las que se ha enfrentado, vemos que hay vacadas de todo tipo.

-Esa ha sido una constante en mis últimas temporadas. Además, no me importa. Me enriquece como torero, como artista. Aunque absolutamente nada es fácil en el toreo, es cierto que dependiendo de la ganadería con la que estés anunciado, la tarde se afronta de una manera algo distinta. En mi caso, aunque a nadie amarga un dulce, lo que me resulta “fácil” no me reporta luego una satisfacción tan grande como la que sientes cuando consigues algo que te ha resultado más duro. Por eso no me importa matar de todo, dentro de un orden. En Madrid, por ejemplo, he matado Zalduendo, Baltasar Ibán y Adolfo Martín. Y fuera de Madrid me las he visto con encierros de Victorino, La Palmosilla, La Quinta, Samuel Flores, Las Monjas… y ¿sabe qué?

-¿Qué?

-Con todas, este año, mi propósito ha sido torear más despacio. Incluso al entrar a matar. No ha sido algo premeditado, sino que me ha salido de dentro. Ese sentir pasar las embestidas por la barriga e intentar que aquello durara lo más posible… Al principio de mi carrera no sabía desarrollar esa capacidad técnica que luego sí adquieres, a veces casi sin darte cuenta. Pero las temporadas pasan y he adquirido un oficio que me sale sin pensar, por lo que se nota menos, y que me permite hacer eso que le he comentado de torear más despacio, y tratar de que aquello no acabe, o al menos intentarlo -risas-.

Nuevo rumbo

“Después de cuatro años muy bonitos junto a Joxin Iriarte, mi rumbo ha tomado una nueva dirección –afirma el torero de Linares-, aunque en realidad se trata de algo así como un reencuentro. Desde mis comienzos tuve una relación muy buena con la familia Ruiz Palomares, entre otras cosas por cercanía física, ya que tanto ellos como mi familia vivimos en la zona de influencia de Linares. De hecho -continúa- Juan (Ruiz Palomares) fue el que me puso en Madrid en mi confirmación de alternativa en 2003 con la corrida del Cura de Valverde en la que conseguí mi primera salida a hombros en Las Ventas. Y creo que es bonito que nuestros caminos se hayan encontrado después de todos estos años en los que han pasado tantas cosas. Eso es señal de que seguimos caminando”.

-¿Cómo ve el toreo Curro Díaz hoy día?

-Vivimos un buen momento. Creo que actualmente hay magníficos profesionales, tanto banderilleros como picadores. Los ganaderos están haciendo una labor extraordinaria, criando toros que tienen un volumen descomunal pero que con frecuencia embisten permitiéndote expresar tus sentimientos como artista. Y por otro lado lo veo casi como un milagro. Que haya gente como los toreros que arriesguen su integridad física y, en último término, su vida, para emocionarse y emocionar a quienes se sientan en los tendidos es algo de difícil explicación. Y más en un tiempo como en el que vivimos, en el que la falta de valores en nuestra sociedad es preocupante. El toreo es un arte efímero que busca crear sensaciones, emociones, en el que el lienzo es la memoria del aficionado; un espectáculo de profundas raíces artísticas en el que cabe de todo y en el que el aficionado, generalmente, se identifica con una de las varias vertientes que se ofrecen, siendo todas ellas perfectamente legítimas.

-¿Y en cuanto a los toreros?

-Tengo la sensación de que hay una cierta tendencia cada vez más clara de volver a torear bien; de no montarse tanto encima de los toros. Hay toreros de todo tipo, desde luego, pero se está volviendo a buscar esa pureza, aunque esa es una palabra que no me gusta demasiado, quizá porque se abusa un poco de ella.

-Usted, de momento, a prepararse para el 2020, ¿no es así?

-Yo, de momento, a disfrutar de mi familia, y a seguir intentando que algo tan difícil y tan maravilloso como el toreo me siga enamorando como hasta ahora.

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