La revolera

Se nos fue un hombre cabal

Paco Mora
domingo 22 de diciembre de 2019

Luis Natalio Cuesta se llamaba. Y su nombre será recordado siempre por quienes tuvimos la suerte de conocerlo. En el palco de la plaza de toros sentó cátedra de ecuanimidad y buen criterio, y en el Club Rotary fue modelo de bonhomía y amor al prójimo, sobre todo haciendo todo lo que pudo por los más desfavorecidos. Todo marcado por una sonrisa bondadosa que le daba a su rostro esa luz singular que solo irradian los hombres buenos. Sus restos mortales recibieron sepultura en Albacete el pasado jueves, pero su recuerdo permanecerá eternamente en todos quienes le conocimos y tratamos con mayor o menos intensidad. Había desarrollado parte importante de su vida profesional en Barcelona, donde también dejo rastro de su ecuanimidad y carácter bondadoso. Allí tuvimos amigos comunes, por lo que enseguida conectamos en la capital manchega.

Poco antes de comenzar la pasada Feria me encontré a Luis Natalio y, sabedor de que había sufrido una cruel y larga enfermedad, le pregunté por la salud y me dijo que aquello ya era agua pasada. Hasta el punto de que se disponía a volver al palco presidencial de la plaza de toros, en las corridas feriadas de este año que finaliza. Me alegré porque su presencia podría ser un factor de ecuanimidad muy positivo para el buen desarrollo de la Fiesta en Albacete. Pero cuando comenzaron los festejos nos enteramos de que Luis Natalio no subiría al palco; la enfermedad había vuelto a adueñarse de él. Fue un disgusto para toda la aficion sensata. Como lo ha sido ahora el conocimiento de su deceso. Se le echara de menos, porque ha sido un hombre de los que dejan estela…

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