Si la memoria no me anda deteriorada, la plaza de Las Ventas tenía una especial dureza hace unas décadas. Torear en ella, sobre todo una figura del toreo, era exponerse muchas veces más que a las exigencias, a las intransigencias. Y, sin embargo, en esa misma época, los toreros figuras se anunciaban en festivales cuando la causa así lo requería.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2209
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2209 para iPad
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2209 para Android