TEMPORADA GRANDE

Puerta grande a la inspiración y el embrujo de Ferrera en La México

Una oreja paseó Luis David del noble astado que cerró plaza, en una tarde en la que Arturo Macías no tuvo suerte en su reaparición
Redacción APLAUSOS
lunes 27 de enero de 2020

Antonio Ferrera brindó la muerte del primero a Arturo Macías, que reaparece en los ruedos tras la grave cornada sufrida el pasado mes de septiembre en Madrid. El extremeño, variado con la capa, lanceó con entrega de salida -rematando con medio capote- y sacó al toro del caballo quitándolo por caleserinas. Luego, con la muleta, trató de extraer agua del pozo seco que resultó ser el toro de Villa Carmela, flojo y sin emoción.

Frente al cuarto, Ferrera evocó la figura de El Pana al realizar algunas suertes del repertorio del llorado torero, y lo hizo precisamente con un capote del propio Pana, en el que se podían leer sus iniciales en el reverso. Salió Ferrera con ganas de sentir el toreo en la Monumental, pero se estrelló con un toro descastado, al que tuvo que llegarle mucho, meterse en sus terrenos y ligar de uno en uno. La faena rompió al final. Se entregó el torero y respondió el público, con un Ferrera inspirado, como en trance, improvisando los muletazos llenos de embrujo y magia. Toreó para él, disfrutando del toreo desgarrado a flor de piel, gozando de las cercanías en las que se dejó tocar la taleguilla por los pitones del de Villa Carmela. Saboreó las despaciosas embestidas el torero, ensimismado, embrujado por esa admiración al Pana en una tarde de homenaje al Brujo. Se colocó lejos para entrar a matar y fue andando hasta su jurisdicción y ejecutar un volapié magistral. Le saltaron las lágrimas al extremeño, que no podía creerse lo vivido. Cortó dos orejas.

Arturo Macías reapareció de la cornada sufrida en Madrid, sin más secuelas que las visibles en forma de férula que se adivinaba debajo de la media rosa de la pierna derecha y unas manoletinas ortopédicas. El de Aguascalientes estuvo muy firme con un astado descompuesto y sin entrega, muy parado y duro de roer. Quiso justificarse en todo momento pero no pudo lograr mayor lucimiento. Mató de estocada entera y descabello.

Se desmonteró Cristian Sánchez frente al quinto de la tarde, al que pareó con solvencia, saliendo con algún apuro del segundo encuentro y, el quite de Ferrera providencial, fue clave para evitar un susto mayor. Bien presentado el toro, se agarró al piso y se negó a tomar los engaños con verdad. Arturo Macías no se dio por vencido en una labor de largo metraje, en la que buscó el método de poder lucirse. Una quimera. Se arrimó con decisión pero su reaparición no fue, ni de lejos, la soñada. Mató de buena estocada al segundo intento.

El tercero de la tarde se vino arriba tras su encuentro con el caballo. Luis David dejó un vistoso quite. Tuvo el animal la virtud de humillar y perseguir los engaños con entrega y clase, aunque se vino pronto abajo. Faena muy centrada y lúcida de Luis David, que tuvo que superar además el fuerte viente, pero algo intermitente. Intentó matar sin éxito en la suerte de recibir. Mal con la espada.

Firmeza, naturalidad y encaje tuvo el quite por gaooneras de Luis David al que cerró plaza. Fue este último un animal de almibarada embestida, que permitió a Luis David torear con mucha cadencia y templanza. Caído de hombros, corrió la mano sin brusquedades y despaciosidad. Logró calentar al público con varios doblones ya en el epílogo de su labor, antes de amarrar una media lagartijera que resultó efectiva y que le valió la oreja.

Ciudad de México (México), domingo 26 de enero de 2020. Temporada Grande. Toros de Villa Carmela, bien presentados; nobles y con calidad aunque justos de raza. Antonio Ferrera, silencio y dos orejas; Arturo Macías -que reaparece-, silencio y silencio tras dos avisos; y Luis David, silencio tras aviso y oreja. Entrada: Menos de un cuarto. Macías fue obligado a saludar tras el paseíllo, compartiendo la ovación con sus compañeros de cartel. Se desmonteró Cristian Sánchez tras parear al quinto.

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