REPORTAJE CAMPERO

Santiago Domecq, una aparición deslumbrante

Carlos Crivell
lunes 17 de febrero de 2020

La ganadería de Santiago Domecq ha sido la gran revelación en 2019. Las corridas de Sevilla y Madrid colocaron a la divisa en el primer plano de la actualidad. Ha lidiado solo seis corridas, pero el nivel ha sido muy alto. La reválida llegará en 2020 porque se ha convertido en una ganadería apreciada por todos, tanto por los que les gusta el toro bravo y encastado, como por los que quieren presenciar grandes faenas de los toreros. Tras la explosión de la pasada temporada, ahora llega el momento de la confirmación.

Fotos: ARJONA

El ganadero vive días de felicidad por lo que ha conseguido, aunque como hombre experto en estas lides mantiene los pies sobre la tierra. En la conversación desde Garcisobaco frena la euforia con la sensatez de quien sabe que en asuntos de ganado bravo no conviene nunca sacar mucho pecho. Su balance general del año es terminante: “Ha sido un buen año porque la camada ha tenido movilidad, fuerza y, en muchos casos, casta. Luego ha habido toros mejores que otros, pero el término medio ha sido satisfactorio, tanto para nosotros, como para los aficionados que han podido presenciar buenas faenas por parte de los toreros, que es algo fundamental. Se pueden lidiar toros bravos, pero es muy importante que se les pueda torear bien”.

Después de un festival muy lucido en Murcia, la temporada de la ganadería de Santiago Domecq comenzó en Sevilla. Era su presentación como ganadero en la Real Maestranza. “Suponía un compromiso para nosotros, pero creo que hubo intercesión divina y rociera para que nos ayudara. Sevilla significa mucho para nosotros, además de que soy un aficionado forjado en su plaza. Era un gran reto y el gran miedo”. De la corrida sevillana habla como si la estuviera presenciando. Le gustó mucho en conjunto, pero destaca al segundo de la tarde, primero del lote de Miguel Ángel Perera, de nombre Aperador, “que tuvo muchas virtudes, porque tuvo casta, pero además tuvo entrega, que es algo que me encanta, porque es un signo de verdadera bravura. Esa forma de seguir los engaños hasta el final fue maravillosa. A veces hay casta, pero falta entrega. El toro cuarto llamado Humorista, segundo de El Cid, fue también encastado, pero no tuvo tanta entrega, a veces fue reservón. Por eso me gustó mucho más el de Perera”.

Habla de la corrida de Sevilla y la califica como “bastante completa en conjunto, aunque es verdad que hubo de todo, desde ese segundo hasta algún otro que no me gustó tanto como el quinto, que tenía dentro un punto de mansedumbre y acabó rajado cuando el matador le pudo con la muleta”. En esas buenas sensaciones de la presentación, el ganadero manifiesta su satisfacción porque “fue una corrida bien presentada. No podía ser de otra forma. Si con el miedo y el respeto que teníamos a lidiar en Sevilla me presento con una corrida sin presentación, hubiera sido algo imperdonable”.

El otro aldabonazo de la temporada fue la corrida de Madrid, el 16 de junio, en el cierre de San Isidro. Para el ganadero fue “una buena corrida en conjunto; al menos, a mí me gustó. Me encantó el comportamiento de algunos toros, sobre todo del sexto, Zahareño, que fue muy bravo en el caballo, aunque se apagó algo al final porque fue muy castigado”. Habla el criador de toros con entusiasmo y recuerda que “la gente a la salida de la plaza estaba como loca. Se había llenado la plaza en una corrida fuera de abono, es verdad que el máximo tirón era Pablo Aguado, y el público fue el mejor barómetro de cómo había sido la corrida en conjunto”. Y todo ello, le recordamos a Santiago Domecq, sin que se cortaran orejas.

La siguiente cita del año llegó en la Feria de Algeciras a finales de junio. “Esa corrida tuvo virtudes, pero sobre todo un sexto llamado Dormilón que me pareció muy bueno, porque no fue simplemente noble, sino que tenía eso que decía antes de la entrega, aparte de que duró mucho tiempo en la muleta de Aguado, que estuvo muy bien. Fue un toro que tuvo virtudes; se acercó mucho al toro que busco”. De la misma corrida recuerda los toros de Perera y uno de Cayetano.

Ausente de Madrid

Para la temporada de 2020, la ganadería de Santiago Domecq volverá a algunas de sus plazas de triunfo, aunque “este año no vamos a Madrid, ya que no tengo una corrida apropiada para la plaza. Hay algunos toros que podrían lidiarse, pero no es suficiente. No quiero meter la pata en Las Ventas. He aprendido de errores del pasado y debemos acudir a cada plaza con arreglo a su categoría. Antes de equivocarme, mejor lo dejamos para el año próximo”.

Esta ausencia de Madrid, aunque puede ser considerada como muy significativa, “no debe marcar el año. Es una plaza que da y quita mucho, pero la realidad es tozuda. Si no tengo toros dignos, no me anuncio”.

La temporada taurina de este año incipiente ya tiene fijadas las plazas en las que se lidiarán sus toros: “Vamos a Sevilla, Dax, Beziers, Sanlúcar de Barrameda, Roquetas de Mar y Abarán”. Le hablo de la plaza de Jerez y salta: “Ahí me da pánico, porque soy jerezano y no me apetece lidiar en la feria. Quizás alguna vez cambie, pero, aunque me han pedido algunos años una corrida, de momento estoy mejor como espectador sin el compromiso de lidiar”.

En agosto lidió una corrida en la plaza de Dax y acabó el año en la localidad murciana de Abarán. “Son dos plazas en las que hemos triunfado los últimos años y nos repiten por lo mismo. A la de Dax le han dado el premio a la mejor del año en el suroeste francés. Salieron reses muy encastadas, se movieron con generosidad, y al sexto, llamado Hablaclaro, al que Ginés Marín le hizo un faenón, le dieron la vuelta al ruedo. Ese toro tiene su historia, porque no era muy bonito y estuve a punto de quitarlo, pero tenía muy buena nota. Los toreros confiaron en nosotros y se cumplieron las previsiones. A pesar de que no era el de mejores hechuras, fue muy bravo. Nos dejó en buen lugar”.

“La camada ha tenido movilidad, fuerza y casta. Se han podido ver buenas faenas. Los toros pueden ser bravos, pero es muy importante que se les pueda torear bien”

En la corrida de Abarán, la terna formada por Enrique Ponce, Miguel Ángel Perera y Paco Ureña salió a hombros, “que es siempre una alegría para un ganadero”. Abarán es plaza muy de la casa. Hubo indultos en 2018 de dos toros y este año, uno de vuelta al ruedo. “Fue una corrida muy buena y todo el mundo disfrutó mucho”.

Al ganadero se le plantea la pregunta sobre los matadores de sus corridas. ¿Piden las primeras figuras el ganado de Santiago Domecq? “Llevo muchos años como ganadero. Ha habido años que las han lidiado todas las figuras, para luego pasar a otra situación en la que no la solicita. Son altibajos propios de la cría del toro bravo. Las figuras son muy exquisitas a la hora de elegir sus ganaderías, al menos ocurre ahora más que antes, y en cuanto alguna corrida no funciona o da problemas, la quitan de sus peticiones. No debe un ganadero obsesionarse. Lo que importa es que las empresas te llamen porque tus toros han dado buen juego. Luego, ya no me meto en quién se anuncia. Los que lo hagan tienen mi admiración y mi respeto. Los que una tarde se ponen delante de mis toros son los mejores. Y hay que respetar lo que quiere el público; si un año hay triunfo, quiere ver de nuevo a tu ganadería. Eso es sagrado”.

Acabado el repaso a un año de tantas alegrías, llega el momento del análisis sobre cómo esta ganadería ha llegado a un punto tan excelente, después de algunos años en segundo plano. “Es un trabajo muy tenaz en el que ya puedo decir que me acompañan mis hijos, Jaime, Santiago y Carlos, además de los hombres del campo como el mayoral, Rubén Orellana, que formamos un equipo unido”.

La ganadería está en torno a las seis corridas de toros. Recuerda Santiago que lidió un festival en Murcia que era otra corrida de toros. Se le plantea si es un número bajo, aunque aclara que “es ahora mismo el número de corridas ideal para nosotros. Si aumentamos, por ejemplo, a diez corridas, es posible que pierda la demanda que tengo ahora. Con el buen juego de este año, podría lidiar más, pero qué ocurre si un año las cosas no salen y no me las piden”. Se mantiene en seis y explica que “no se debe olvidar que las figuras se han cerrado en unas ganaderías muy específicas que lidian muchísimo. Es muy difícil que nosotros podamos meter la cabeza en ese grupo, formado por ganaderías muy buenas. Tendrían que cambiar de gusto las figuras, lo que sucede muy pocas veces”. En definitiva, apostillamos nosotros, las figuras de ahora salen poco de sus corridas de siempre, a diferencia de lo que pasaba hace años, cuando además de sus ganaderías se ponían delante de todo tipo de toros. “Así es”, confirma Santiago Domecq.

Con estas premisas, de momento, el número de cabezas en la finca gaditana de Garcisobaco se mantiene estable. No tiene intención de subir ni de bajar, “porque para tener la ganadería en su punto ideal hay que tener un número aceptable de vacas; con pocas, es difícil”. Así se trabaja para poner a un toro en la plaza. ¿Cuál es la satisfacción mayor de un ganadero? “Lo que me satisface es ver en la plaza embestir como a mí me gusta. Todo lo demás, que el torero la exija o no, eso no me preocupa tanto. Si el toro embiste como me gusta, me da igual quién lo haya toreado. Por eso estamos en un número bueno. Ahora no se contempla crecer en cantidad, solo en calidad”. En Garcisobaco pastan trescientas vacas y disponen de unos treinta sementales. Ahí pretende mantenerse el ganadero. En otro apartado, habla de sanidad y alimentación, pero no hay que olvidar la selección, “en la que cada casa ganadera imprime su huella”.

Habla de la forma de embestir de sus toros y surge la pregunta del momento actual de los mismos y si es posible mejorar con el tiempo. “Todo puede mejorar. La ganadería está bien, muy viva digo siempre, pero no nos abandonamos y pensamos que está todo hecho, sino que hay que trabajar y perfeccionar muchas cosas. Si nos dormimos y creemos que todo es maravilloso podemos sufrir un desencanto. Así de exigente es la crianza del toro bravo”.

Dice que en la actualidad “hay muy buenos ganaderos, en contra de lo que muchos piensan. Me gusta aprender de ellos, aunque lo cierto es que en mi caso escucho a todo el mundo. Toda mi vida he estado rodeado de familiares que han criado el toro, he tratado a los toreros, a las figuras y a los más jóvenes, he hablado mucho con los hombres del campo, mayorales y vaqueros, y de todos se aprende algo, solo hace falta saber escuchar”.

“Las figuras son muy exquisitas a la hora de elegir sus ganaderías, en cuanto alguna corrida no funciona o da problemas, la quitan de sus peticiones. Un ganadero no debe obsesionarse”

Más de treinta años con su ganadería lleva Santiago Domecq, un tiempo que le ha permitido fijar las características de sus toros. No es muy partidario de hablar de encaste, pero se reafirma en que, al final, las ganaderías son obras de autor, algo que en la suya es más que perceptible. “Hay una amalgama de procedencias que le dan al toro una personalidad, aunque luego cada uno puede desarrollar algo de su origen. Tenemos Marqués de Domecq, Torrestrella, Jandilla, El Torero, Juan Pedro, incluso hay algo de Osborne… Todo está muy mezclado y el cóctel final es nuestro ganado”.

Para este próximo año, ya con las corridas asignadas, se muestra agradecido por el grado de aceptación que ha tenido su camada de 2019, “aunque ello me aporta una preocupación, porque hay una gran expectación y podría llegar la decepción. No es fácil la permanencia. Es difícil llegar, pero lo es más mantenerse”. Es su reto, a su ganadería la van esperar los aficionados, y ello le produce cierto desasosiego.

Sanidad y alimentación

Santiago Domecq tiene claros los motivos del renacimiento de su ganadería. Lo explica de esta forma: “Habíamos llevado una política desacertada en algunos aspectos de la ganadería. Se movía poco a los toros, el manejo general era algo anticuado. En un momento dado, con gente nueva, la incorporación de mis hijos y con mi propio convencimiento de que era preciso cambiar, nos dispusimos a ello. No solo fue el tema de la movilidad, sino que cambiamos y cuidamos muchos más aspectos como la alimentación y la sanidad. En este tema de la sanidad, ya se cumplía con lo exigido, pero comencé a trabajar con un veterinario que le dio un vuelco completo al tema sanitario. Fue un trabajo arduo de varios años. Se detectaron y se trataron muchas enfermedades del ganado que no trascienden de forma habitual, además de la tuberculosis o la brucelosis, que son más corrientes y conocidas. Se hacen analíticas frecuentes a todo el ganado. Y se nota mucho en todo, en los tentaderos, la lustrosidad del ganado, las pariciones… en todo. Ello tiene un coste añadido, porque se detectaron enfermedades que obligaron a retirar muchas cabezas. La alimentación ha sido otro factor. Va de la mano del tema sanitario. En esta finca el ganado come del campo unos nueve meses al año, de forma que tratamos de ponerles suplementos vitamínicos en su comida habitual de la dehesa”.

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