La revolera

¡Dejen de utilizarnos!

Paco Mora
domingo 01 de marzo de 2020

No me gusta que los políticos utilicen el toreo como arma arrojadiza en su lucha por el poder. Me da igual que el paqueo venga de la derecha o de la izquierda. En ambos casos me parece malo para la Fiesta y su significación en el ámbito cultural de España. Nadie se sirve de la música, la pintura, la escultura o la danza como instrumento de combate para intentar ganar votos. Quienes echan su papeleta en las urnas no piensan en Gallito, Belmonte, Domingo Ortega, Manolete, El Cordobés, José Tomas, Morante o Enrique Ponce, ni por supuesto en la Quinta Sinfonía de Beethoven ni en las operas de Verdi.

No les hagamos el caldo gordo a los espabilados que intentan utilizar la Fiesta más nacional de todas nuestras fiestas, para sus fines políticos. Si tanto les gusta a los partidos de derechas el arte del toreo, y tan importante para el país creen que es, que cuando están en el poder actúen para mejorar sus condiciones económicas, que aprueben ayudas para los campos en los que se cría el toro de lidia, que dejen de subir los impuestos de su puesta en escena, que legislen para su supervivencia y a favor del respeto que merece y no permitan que se nos insulte y vitupere, tratándonos de cenutrios a los que nos gusta un buen natural más que comer con los dedos. Que se dejen ver en tendidos y barreras con el mismo orgullo que cuando asisten a representaciones operísticas o a conciertos de música clásica. Porque el toreo, no me cansaré de repetirlo, no es de derechas de izquierdas ni de centro.

Me aburre caer una vez más en la cantinela de recordar que Pepe Díaz, secretario general del Partido Comunista de España en los años treinta, en plena guerra civil, fue un gran aficionado y defensor del toreo. Que poetas como Alberti, hasta hizo el paseíllo vestido de luces con la cuadrilla de Ignacio Sánchez Mejías, lo que no le impidió ser el autor de aquel “General si mi pluma valiera tu pistola” dedicado a Lister. Que Luis Miguel y El Cordobés iban de cacería con Franco. Que durante la incivil contienda fueron varios los paseíllos con los hombres vestidos de luces con el puño en alto, lo que no les impidió hacerlo en la corrida celebrada en Madrid -ya con Franco en El Pardo- en honor del nazi Himler, con el brazo extendido en el saludo romano. En fin, una manera muy poco ortodoxa de utilizar la popularidad de la Fiesta en beneficio propio por parte de los políticos de la situación.

Por eso siento repugnancia cuando oigo a los políticos desgañitarse defendiendo el arte del toreo simplemente porque sus adversarios lo vituperan. La Fiesta de los Toros no debe servir de munición para contiendas políticas. El toreo es algo mucho más serio que los modos de hacer política que esgrimen los politiquillos de vía estrecha que usufructúan la triste realidad de nuestro país actualmente. Señoras y señores políticos; respeten el arte del toreo que es tan nuestro como el aire que respiramos… Y respeten a los aficionados, que en virtud de muestro libre albedrio tenemos el derecho a sentirnos atraídos por el arte o el deporte que nos venga en gana, o nuestros sentimientos nos dicten. Ya tienen ustedes otras cosas con las que chalanear y cambiar cromos para afianzarse en el poder, que son más sustanciales para la buena marcha del país. Y bien que las están utilizando, dando ejemplo diario de carencia de seriedad…

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