EN LA REAL MAESTRANZA

El toreo sevillano rinde homenaje a Paco Dorado

Redacción APLAUSOS
jueves 05 de marzo de 2020

La cuarta Lección Magistral de Aula Taurina, celebrada en el Salón de Carteles de la Real Maestranza de Sevilla, rindió homenaje al empresario Paco Dorado, actualmente retirado de sus actividades en el mundo de los toros. En un acto muy concurrido, conducido por el periodista Santiago Sánchez-Tráver, Dorado recordó su vida como apoderado y empresario durante cuarenta años. Asistieron toreros como Espartaco, Tomás Campuzano, José Luis Parada, Eduardo Dávila Miura, José Luis Peralta y José Luis Capillé.

Dorado habló de sus comienzos como empresario en la plaza de El Castillo de las Guardas, de Tomás Campuzano, el primer torero que apoderó, hasta desembocar en su etapa más florida cuando llegó a gestionar hasta 27 plazas de toros, entre ellas las de Córdoba, Antequera y Algeciras.

Sánchez-Trávez lo definió como “el último romántico del toreo”. El empresario, que se excusó de su mala memoria, recordó cómo había llegado a organizar nueve festejos en la feria de Algeciras y ocho en Córdoba. También comentó su etapa de apoderado de Manuel Díaz “El Cordobés” y de sus experiencias en América.

Desgranó recuerdos como el de la contratación de Manuel Benítez “El Cordobés” para que toreara con Manuel Díaz en Palma de Mallorca. “Le contraté por 111 millones de pesetas, pero al final no toreó”. También fue deliciosa la anécdota del día que en Algeciras el taquillero vendió las entradas de la música en una corrida de José Tomás y se celebró el festejo sin la banda. O el día que en Valencia (Venezuela) se retrasó el comienzo de una corrida para que llegara Espartaco. Al final, confesó que “estoy satisfecho de mi vida, pero cuando me fui después de cuarenta años trabajando en el toro no tenía ni para tabaco”.

Ante la pregunta sobre si ahora había algún Paco Dorado, dijo que “no es posible”. Intervinieron Tomás Campuzano y Espartaco para relatar anécdotas de su relación con el empresario, se habló de aquellas corridas con Antoñete, Curro y Paula en los años 1998 y 1999 en Antequera, como el mejor ejemplo de un tipo de gestor que ya no existe en el negocio taurino.

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