Valencia levanta el telón taurino de la Feria de Fallas a todo tren. Tras el previo de dos novilladas ¡imprescindibles, no perdérselas!, las tres corridas de toros primeras tienen rango de máximo acontecimiento. La vuelta de Roca Rey; la reaparición de Morante en Valencia nada menos que con Ferrera -ya reconvertido en un torero de culto- y Manzanares, y la conmemoración del trigésimo aniversario de la alternativa del maestro Ponce en un mano a mano con el joven Pablo Aguado son tres citas de mucho nivel.
La vuelta a los ruedos de Roca Rey en Europa tiene pendiente al toreo entero e implica muy directamente a la clase empresarial. La temporada pasada una lesión de espalda le obligó a parar en el mes de julio, lo que supuso dejar las ferias colgadas y las taquillas temblando, por lo que este regreso adquiere rango de deseado acontecimiento. Tiene sus motivos más allá de los factores estrictamente artísticos. En un panorama en el que hay grandes toreros, algunos muy buenos o directamente extraordinarios, se detecta en los públicos una evidente ansia de nuevas sensaciones, de personajes que más allá de su categoría artística despierten la curiosidad y lleven a las plazas a los aficionados y a los menos aficionados, lo que siempre se ha dicho un torero taquillero. Ese rol lo estaba asumiendo el peruano con gran eficacia. Así que su vuelta, en tiempos tan convulsos para la tauromaquia como los actuales en los que hace falta público, mucho público, se antoja vital, en realidad tiene rango de plan económico general. Se diría que el destino le ha convertido en el hombre que debe cuadrar presupuestos y en Valencia la palanca que debe lanzar la feria.
Naturalmente los valores de Roca no se acaban en su imán taquillero, en realidad éste se debe a su actitud en los ruedos. Su arrojo, su espectacularidad y sus formas de asumir el riesgo frente a los toros que aseguran emociones fuertes están en el secreto de su éxito y le han ganado el favor del gran público. En Valencia ha salido en hombros tantas veces como ha actuado como matador, seis nada menos, y es por eso que el peruano la ha elegido como escenario de su vuelta. Y no sería justo pensar por todo ello que su toreo, como suele ocurrir con los diestros más populares, es desordenado o chabacano. Roca en no pocas ocasiones, cuando el toro lo ha permitido, se le ha visto torear como mandan los cánones, y cuando no ha sido posible ha hecho sonar los tambores de guerra sin empacho ni límite. Le acompañarán en el cartel Castella y Cayetano, que también tienen mucho que decir.
Que Enrique Ponce celebre su trigésimo aniversario de alternativa en uno de sus momentos artísticos más interesantes además de un orgullo para Valencia explica claramente la grandeza del valenciano. Ni el desgaste popular que pueda acarrear carrera tan larga, ni su condición física que sigue siendo envidiable ni su ambición que no mengua le han bajado del pedestal. Ello por no hablar de su celo y sentido de la competencia. ¿Quién dice la crítica que viene pidiendo paso, envidando a la mayor?… ¿Pablo Aguado?… Pues que me lo pongan mano a mano ha pedido el maestro de Chiva tal y como cuenta la historia que hacían los más grandes. Y ese va a ser el cartel de su aniversario, Ponce y Aguado, mano a mano. A propósito del sevillano, que estos días ha mantenido una pugna con Roca en la contratación de Sevilla: ¿será tanto como se ha escrito, tendrá cuajo para resistir la exigencia que supone una temporada de figura, podrá justificar sus exigencias en los despachos?… Son algunas de las incógnitas que el sevillano tendrá que comenzar a despejar en Valencia.
Los otros nombres de la feria tienen también muchos atractivos. De Morante cabe esperar lo mejor, un Morante inspirado no admite comparación; la mutación artística de Ferrera es tal que cabría hablar de debut en Valencia y, sin desmerecer su etapa anterior, hay que apresurarse a dejar claro que este Ferrera vuela mucho más alto; de Manzanares, que también vuelve a Valencia tras un año ausente por sus lesiones, siempre cabe esperar lo mejor. Estos tres forman lo que seguramente sea el cartel más completo del abono.
En las tres últimas tardes vuelve a aparecer Ponce, único doblete del abono, Ureña, del que no hay que olvidar que es el último gran triunfador de Valencia, Román, que siempre responde en su tierra, Emilio de Justo, Perera, Fandi, Jesús Duque y los debutantes Juan Leal y David de Miranda. Suerte a todos.
