EL MONTECILLO.- CAMADA 2020

“Intento mantener idéntico el concepto de mi abuelo Paco Medina”

“Me gustaría volver a Madrid. Es mi ilusión para homenajear a mi abuelo en la plaza que tanto ha significado para él. Para él lo más importante era estar en la guerra y con esta corrida me gustaría estar en ella”, asegura el ganadero David Sánchez
Gonzalo I. Bienvenida
martes 07 de abril de 2020

Fotos: ARANDA

Paco Medina pudo ver parte del resultado de su meticulosa selección pero ahora es su nieto David quien lleva el timón de la ganadería con todas sus consecuencias. Cada día visita los toros que espera lidiar pronto en Las Ventas. Su abuelo puso su ganadería (El Ventorrillo) en lo alto a base de grandes triunfos en Madrid. David no quiere volver la cara a esa apuesta que tanto quema y que tanto da al mismo tiempo.

-¿Desde cuándo está usted vinculado a la ganadería?

-De forma muy activa desde hace diez años, llevándolo directamente unos cinco. Mi abuelo ya no podía ocuparse por un tema físico, la enfermedad fue avanzando y estaba limitado. La camada actual es un producto tanto mío como suyo. Estoy al frente al 100 % de la ganadería, me dedico exclusivamente al campo.

-¿Se nota la ausencia de su abuelo en el día a día de la ganadería?

-Sí. Hay muchas diferencias, claro, aunque intento mantener idéntico el concepto. Comercialmente, la ganadería ha perdido porque Paco Medina cogía el teléfono y era Paco Medina… la reacción de los empresarios no es la misma que cuando llamo yo. Por eso hay que buscar nuevas ideas.

“Sólo me quedo con 25 para lidiar como toro, lo que considero mejor. Lo demás lo vendo de eral, de utrero y en las calles. Esa selección afinada me permite confiar en lo que lidio”

-¿Qué ha aportado usted a la ganadería desde que lleva las riendas?

-La gestión en la actualidad es más profesional. Hay que tener en cuenta que lo que para mi abuelo era un capricho, para mí es una forma de vida. Teníamos gastos en los que mi abuelo no reparaba, como es lógico, y yo lo mido todo muchísimo porque esto no deja de ser una empresa y hace falta que vaya bien.

-¿En qué ha mejorado?

-La alimentación, la metodología a la hora de hacer las cosas, el funcionamiento general de la finca… Poco a poco fui metiendo mano a la ganadería, respetando lo primordial: que los animales estén sanos y que estén bien. A partir de ahí, he aprendido casi todo porque una ganadería abarca mucho y hay que hacer de todo… he tratado de ajustar costes y optimizar los recursos que tenemos.

Visitamos la finca días antes de la declaración del Estado de Alarma. Estamos en el cercado de los toros más fuertes de la camada. David apaga el motor al parar en medio de la camada. Se detiene en cada toro, se retuerce en el asiento de la pasión que siente al ver un toro serio y al mismo tiempo con la hechura perseguida tanto tiempo.

-¿Dónde irá esta corrida?

-Hay diez toros preparados para Madrid, no sé si lidiaremos, no lo tengo confirmado. Es mi ilusión para homenajear a mi abuelo en la plaza que tanto ha significado para él. No guardaron un minuto de silencio cuando murió, no me importa, sé que para él lo más importante era estar en la guerra y con esta corrida me gustaría estar en ella.

“Lucho porque mi ganadería vuelva a las ferias, que la maten las figuras. Si vieran cómo está embistiendo se darían cuenta de que podría competir con cualquiera”

-Lidiar en Las Ventas es una responsabilidad grande.

-Totalmente. Entiendo ir a Las Ventas como una apuesta. Mi abuelo siempre apostó por Madrid. Esa filosofía también la quiero llevar a cabo estando al frente de la ganadería.

-¿Cuántos toros tiene la camada de este año?

-Sólo me quedo con 25 para lidiar como toro, lo que considero mejor. Lo demás lo vendo de eral, de utrero y en las calles. Esa selección tan afinada me permite confiar totalmente en lo que lidio.

-El mercado de las calles es fundamental para muchos ganaderos.

-Gracias a las calles no quedan toros en el campo. No es lo ideal pero es un mundo que tenemos que defender porque al final del año tienen que salir los números. Prefiero lidiar toros en las calles que lidiar corridas a bajo coste. Si dejas que te malpaguen una corrida, te pasan por encima. Por eso somos muy estrictos en ese sentido.

ILUSTRADO, CASI PERFECTO

-Muchas personas del mundo del toro le conocen por su afición a torear. Ha llegado a torear festivales en público, ¿Cómo lo vive en la actualidad?

-Estoy más centrado en la labor ganadera. Me encanta torear pero desde que dirijo los tentaderos lo único que hago es picar. En esta ganadería les exigimos mucho en el caballo, se les da fuerte y varias veces. Lo consideramos fundamental.

“El ganadero no debe buscar la comodidad del torero, debe buscar la bravura que despierte interés en el aficionado y que responda cuando un torero apuesta”

-¿Torear le ha ayudado a saber seleccionar mejor?

-El concepto es el concepto. El ganadero debe estar enfrentado al torero. Me refiero a que el ganadero no debe buscar la comodidad del torero, debe buscar la bravura que despierte interés en el aficionado y que responda cuando un torero apuesta. Que me guste torear no significa que seleccione en base a mi comodidad cuando me pongo delante, es algo que tengo muy claro.

-Cada vez que habla de Paco Medina, sus palabras desprenden nostalgia y pasión.

-Mi abuelo tenía una intuición increíble. Si metíamos un novillo en la plaza para tentarlo en el caballo y peleaba con bravura, mi abuelo veía en su comportamiento lo que llevaba dentro y lo aprobaba sin torearlo. El resultado era extraordinario. No llego a esos parámetros.

-¿Continúa metiendo muchos novillos a la plaza?

-Nos gusta ver todo, quemamos mucho en la plaza. En cuanto hay un semental nuevo metemos en la plaza tanto machos como hembras para ver su descendencia. Fue otra lección de mi abuelo.

-El corredero (o tauródromo) vertebra la preciosa finca de 350 hectáreas. Los toros son atletas preparados para la lidia. Para usted, ¿influye la genética?

-En la fuerza influye la genética pero también otras variantes como la tierra donde se críen los toros y la capacidad física que tengan, por eso les hacemos correr. No hay que entrenarlos de más porque abusan de esa fuerza extra, hemos tenido mala experiencia en algunas corridas lidiadas. Lo que está claro es que el bravo se muere embistiendo porque se entrega hasta el final.

-¿Cuántos sementales tiene la ganadería?

-Tenemos doce sementales. Murieron dos sementales al poco tiempo de morir mi abuelo. Era como si quisiera llevárselos para su nueva ganadería, fue increíble. Fue una gran pérdida para la ganadería.

-¿Y vacas?

-Tenemos seis lotes, de unas 35 vacas cada uno y un total de 170.

“Estaba muy unido a mi abuelo. Ha sido todo para mí y yo para él. Hablábamos a todas horas. No paraba de enseñarme. Su pérdida fue muy triste”

-¿Cuál es la mayor satisfacción que ha tenido en el tiempo que lleva al frente?

-La mayor satisfacción es que, sin mi abuelo, la ganadería siga adelante. Continuar con la pasión de mi abuelo, con la misma línea que estableció, con su mismo concepto.

-La relación con su abuelo debió ser muy especial.

-Estaba muy unido a mi abuelo. Nos pelábamos mil veces a lo largo del día pero también tengo que decir que ha sido todo para mí y yo para él. Hablábamos a todas horas. No paraba de enseñarme. Su pérdida fue muy triste pero al mismo tiempo era lógico que pasara.

-La gran obra de su abuelo fue El Ventorrillo.

-Hablar de El Ventorrilo es tocar mi fibra sensible. Fue la obra de mi abuelo. En este momento, considero que ya no tiene nada que ver con lo que hizo mi abuelo. En El Montecillo veo la evolución de la obra de mi abuelo.

-¿Cómo ve la vida siendo ganadero?

-Dicen que de la ganadería no se puede vivir. Es verdad que la situación es difícil pero pienso que la frase es que del trabajo sí se puede vivir. No paro de darle vueltas a la rentabilidad de la ganadería, aquí hacemos visitas y eventos además de buscar los ingresos lidiando en la calle como antes he dicho. Estoy dedicado plenamente a la ganadería, aquí estoy desarrollando mi proyecto de vida. Vivir exclusivamente de vender toros sólo lo pueden conseguir los ganaderos de la élite.

-¿Cuál es la meta que se ha marcado?

-Lucho porque mi ganadería vuelva a las ferias, que la maten las figuras. Mentiría si dijera que simplemente quiero darle continuidad, mi idea es ponerla donde se merece porque tenemos una base genética muy buena. Si vieran cómo está embistiendo se darían cuenta de que podría competir con cualquiera.

-¿Cuál es el toro perfecto para usted?

-Perfecto no existe, pero hemos lidiado uno que se acercaba mucho a lo que buscamos: Ilustrado. Fue un novillo que me encantó.

-Aquel novillo dio a conocer a Francisco José Espada como novillero en Las Ventas en 2015. ¿Qué destacaría de ese novillo?

-Lo primero, sus hechuras. Después, su forma de embestir: cogía la muleta delante, la seguía hasta el final, se entregaba cada vez que le hacían las cosas bien… Humilló muchísimo. Fue muy bravo.

-Si tuviera que refrescar, ¿dónde acudiría para comprar vacas o sementales?

-Juan Pedro Domecq es la ganadería que más me gusta. Si algún día tengo que refrescar acudiría a Juan Pedro, mi abuelo me lo inculcó, porque tienen registros que nos pueden faltar en algunos momentos. Es una ganadería muy completa, madre de muchas como la nuestra.

-¿Cuál es la lección que tiene más presente de su abuelo?

-Mi abuelo era muy exigente en todo. En el campo, mucho. Si nos quedamos con diez vacas de sesenta es mucho. Eso lo tengo muy presente. Sobre todo, porque nosotros siempre tenemos la mentalidad de Madrid. Tratamos de trasladar lo que vemos en las vacas al toro. No te puedes conformar con todo.

-¿Qué es lo que más disfruta en el campo?

-Disfruto con todo, estar aquí es mi vida. No lo cambio por nada. Me encanta hacer retientas. No me sirve para seleccionar en el sentido de quitarla o dejarla pero me sirve para ver rasgos generales, para entender sus virtudes en las generaciones siguientes.

-Y su familia, ¿cómo lo lleva?

-La familia es un pilar importante, te tienen que entender y te tienen que seguir el ritmo. Esto no es un trabajo, es mi pasión. Lo respetan, me entienden y me apoyan. Tener cerca a mi mujer y a mis hijos es clave.

Los hermanos Adame, los toreros de casa

Joselito Adame siempre encontró en la hospitalidad de Paco Medina el mejor lugar para su desarrollo como torero. Varios toros de esta ganadería le permitieron el triunfo en Madrid. Después llegó Luis David, muy joven, que sigue muy vinculado a la casa y ahora están esperando a Alejandro Adame, que preparará su presentación en Las Ventas en El Montecillo. David explica la buena sintonía con los hermanos mexicanos: “Los Adame siempre han estado muy unidos a esta casa. Cuando Joselito se iba a México y Luis David ya estaba en España, se quedaba por aquí para hacer todas las tapias. Se ha hecho en esta casa. Ahora esperamos a Alejandro. Además, a Joselito le ha ido muy bien con toros de esta casa, en Madrid ha toreado toros importantes para su carrera. Ha cortado varias orejas con nuestros toros. Es una amistad de la que nos sentimos muy orgullosos”.

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