HISTORIA DE LA FERIA DE ABRIL (I)

Los acontecimientos del siglo XX

Repasamos los hechos que han marcado la feria sevillana durante el siglo pasado
Carlos Crivell
domingo 19 de abril de 2020

Fotos: ARJONA

La propuesta de dos ediles que no eran sevillanos, José María Ybarra y Narciso Bonaplata, para recuperar las antiguas fiestas mercantiles de Sevilla, algo que llevaron a un pleno celebrado el 25 de agosto de 1846, encontró un eco positivo, de forma que el año siguiente se programó la Feria de Abril, que ha tenido continuidad hasta nuestros días. Aunque las fechas iniciales eran las del 19, 20 y 21 de abril de 1847, se adelantó al día 18 para que no coincidiera con el inicio de la de Carmona. De esta forma, el 18 de abril de 1847 se inauguró en El Prado de San Sebastián la Primera Feria de Abril de la era moderna, que como no podía ser de otra forma se acompañó de festejos taurinos en la plaza de toros de la Real Maestranza. Ese primer año se celebró una corrida el día 17, víspera de la fiesta, con la actuación principal de dos toreros gaditanos, Juan Lucas Blanco y Lavi. La plaza no estaba aún cerrada del todo, la Giralda era un tendido de los sastres desde el que se contemplaba la lidia y aún eran tiempos de dominio de los picadores.

En los años siguientes, la Feria ganó categoría en el Prado y en la Maestranza. En 1850 toreó el famoso Cúchares en las corridas organizadas los días 17 y 21 de abril. En la plaza, los festejos siguieron creciendo en calidad y cantidad. Por Sevilla pasaron El Tato, El Chiclanero, Cara Ancha, Chicorro, Lagartijo, Frascuelo, Emilio Bomba y su hermano Ricardo, Mazzantini, Fuentes, Montes, Machaquito y Guerrita, entre otros.

La época dorada de la Feria se desarrolló en el siglo XX. Para entender mejor lo que pasó en el coso del Arenal, presentamos un estudio de los acontecimientos más relevantes de esta famosa feria taurina.

1901-1910: En los primeros años se celebraban sólo tres corridas de toros, de tal forma que siempre había festejo el 18 de abril. Ya entonces era de obligada presencia la corrida de Miura, que mataban espadas como Bombita y Fuentes. En 1904 se celebraron cuatro corridas de toros y aparecen Machaquito, El Gallo y Antonio Montes. Ya en 1907 toreó Pepete. Fue curiosa la corrida del 20 de abril de 1909, fecha en la que los toros de Miura mandaron a la enfermería no sólo a Pepete, Moreno de Alcalá y Francisco Martín Vázquez, los tres espadas anunciados, sino que también cayó el picador Malasangre y un espontáneo. La corrida se suspendió en el quinto por falta de lidiadores.

Joselito “El Gallo”.

1911-1920: En los albores de la edad de oro del toreo, en Sevilla torearon grandes toreros. Vicente Pastor actuó las tres tardes del año 1911, mientras que El Gallo se anunció en las cuatro que se ofrecieron en 1912. En 1913 irrumpió en la Feria de Abril José Gómez “Gallito”, reconocido como Joselito el Gallo, probablemente el lidiador más completo de la historia del toreo. En el año 1913 lidiaron la de Miura los diestros Bombita, Rafael El Gallo y Joselito. Otra corrida para la historia es la del 21 de abril de 1914: Juan Belmonte, el Pasmo de Triana, lidió su primera corrida en la Feria. Venía lesionado de Murcia, muchos dudaban de su capacidad, pero se presentó en Sevilla. El cartel lo compusieron toros de Miura para Rodolfo Gaona, Joselito y Juan Belmonte. El año 1915 se celebraron cinco corridas de toros. Joselito y Belmonte, en el apogeo de su competencia, lidiaron dos corridas en mano a mano. El año 1916, Joselito y Juan Belmonte torearon en las cinco corridas de la Feria. En el año 19, las torea todas Belmonte y Joselito ninguna. Se había inaugurado ya la Monumental. Joselito volvió a torear en la Maestranza en plena Feria en 1920, en concreto el día 19 de abril.

Chicuelo.

1921-1930: En el año 1921, Chicuelo y Granero dominaron los carteles de Sevilla. En la feria de 1922, un toro de Guadalest hirió de extrema gravedad a Valerito, que murió pocos días después. En los años 23 y 24, muerto Joselito, Belmonte no torea en Sevilla. Destacaron los espadas Marcial Lalanda, El Algabeño y Antonio Posada. En la feria del 25, Ignacio Sánchez Mejías, que estaba en el tendido, bajó a banderillear un toro. En el 1926 es Chicuelo quien lidió las cuatro corridas. Toreó El Niño de la Palma en la feria del año 1927. En la feria del 29 abundaron los toreros de arte, como Cagancho, Gitanillo de Triana y Félix Rodríguez.

1931-1940: Fue una década complicada para la fiesta de los toros. La Feria de Sevilla se conformaba de tres o cuatro corridas de toros. Aparecen nombres ilustres como el de Domingo Ortega, Manolo Bienvenida y Fuentes Bejarano. Seguían en su puesto de privilegio otros como Chicuelo y Marcial. El torero de Borox, Domingo Ortega, y Manolo Bienvenida cortaron un rabo en la feria del 36. No hubo toros en la Feria de 1937 y sólo dos corridas en 1938. De nuevo no se anunciaron corridas en la de 1939. La feria del año 1940 fue la de la llegada de Manolete, que toreó las tres tardes.

Pepe Luis Vázquez.

1941-1950: Etapa muy importante para la fiesta de los toros. Manolete se convirtió en el torero más carismático de la época y triunfó a lo grande en Sevilla. Pero no es sólo el torero de Córdoba el que llena de pasiones el tendido. Sevilla aportó su torero en la figura de Pepe Luis Vázquez. En la feria del 41, ambos son los grandes triunfadores. Pepe Luis cortó tres orejas y Manolete, tres y un rabo. El rubio torero sevillano actuó en las cuatro corridas del año 42. Le acompañaron diestros tan buenos como El Andaluz, que triunfó por todo lo alto en la del 43. Cinco corridas se anunciaron en 1944 con la presencia de todas las figuras, igual que en 1945, el año en el que Manolete arrasó en la plaza a todos sus rivales, aunque uno de ellos, Pepín Martín Vázquez, se convirtió en la nueva ilusión de los sevillanos. Pepín logró grandes éxitos en1947. La feria del 48 llegó a un número inesperado de siete festejos. En esa feria hicieron el paseíllo Pepe Luis, Antonio Bienvenida, Luis Miguel, Parrita, El Choni y El Andaluz. En la Feria de 1949 se anunció en Sevilla Manolo González. En la misma, toreó a caballo un joven llamado Ángel Peralta.

Antonio Ordóñez.

1951-1960: Los tiempos cambian. A comienzos de los cincuenta, la Feria se estiró hasta las ocho corridas de toros. Toreó muchas tardes en 1951, aunque no triunfó, Luis Miguel Dominguín. Antonio Ordóñez hizo acto de presencia en 1952, lo mismo que Manolo Vázquez. El año 1954 es también inolvidable por la hazaña del venezolano César Girón, que cortó dos días seguidos las orejas y el rabo a sendos toros. El año 1956 es la feria de un toreo de la Isla de San Fernando llamado Rafael Ortega. En 1958 seguía en triunfo Antonio Ordóñez y apareció Jaime Ostos. En la feria del 59 torea por primera vez en la Feria de Abril de Sevilla un muchacho de Camas llamado Curro Romero. Ortega y Ordóñez seguían siendo los toreros favoritos de Sevilla. En 1960, un joven espada del barrio de San Bernardo, Diego Puerta, escribió una gesta ante ‘Escobero’, un toro fiero de Miura.

El Cordobés.

1961-1970: Es la década del cambio. Se afianzó Diego Puerta; Curro conquistó para siempre el corazón de los sevillanos; hay entusiasmo por el valor de Jaime Ostos, la personalidad de Mondeño, el alarde continuo de Limeño ante la corrida de Miura y los detalles sublimes de Paco Camino. Pero hay más, Manuel Benítez ‘El Cordobés’ cortó un rabo en 1964; un torero de Salamanca, El Viti, inmortalizó a un toro de Samuel Flores en 1966 y en 1967 toreó en la Feria el joven Francisco Rivera ‘Paquirri’, llamado a escribir gestas grandes en las páginas invisibles de la historia.

Curro Romero.

1971-1980: En 1971, la Feria se compuso de 12 corridas. Canorea incrementaba cada año el número de festejos. Curro Romero seguía como ídolo de Sevilla. En la de 1971 se cortaron dos rabos, uno por parte del caballero Ángel Peralta; otro por Ruiz Miguel a un toro de Miura en su primera feria sevillana. La del 1973 fue la última de Luis Miguel, que otorgó la alternativa a José Antonio Campuzano. Se sucedieron los años de éxitos de Diego Puerta, Paco Camino, Curro Romero y Paquirri. En el 75 aparecieron nombres nuevos, tales como Ángel Teruel, Niño de la Capea y José María Manzanares. El torero de Barbate fue el triunfador del 77, pero Romero seguía siendo el rey de Sevilla. La década acabó con Paquirri en la cumbre. Curro ya era entonces un mito por encima del bien y del mal.

Espartaco.

1981-1990: Fueron años de plenitud en número de festejos y de triunfos. Se incorporaron a los carteles nombres como el de Emilio Muñoz, José Luis Galloso, Manili y Espartaco. En esta década, Espartaco logró cinco salidas por la Puerta del Príncipe. En 1981 reapareció Manolo Vázquez para dar la alternativa a su sobrino Pepe Luis. Hasta su retirada en 1983, Manolo escribió páginas de gloria para el toreo sevillano. Entró en el escenario un torero que revolucionó la fiesta: Paco Ojeda. Abrió la Puerta del Príncipe en 1983. Antes, el mayor de los Campuzano cuajó un lote de Pedrajas y se lanzó al estrellato. Su hermano Tomás dejó siempre la impronta de su honestidad torera. En 1985, Espartaco comenzó su reinado en todo el orbe taurino tras el éxito ante ‘Facultades’, el toro colorao de Manolo González. Mató en solitario seis de Miura en 1987 con eficacia y poderío. En el 89, fue Julio Robles el que conoció el sabor del reconocimiento de la afición de Sevilla.

El Juli.

1991-2000: Espartaco cedió su sitio. Curro siguió dejando sus destellos irrepetibles, ahora incluso con mayor frecuencia. Emilio Muñoz demostró su tremenda profundidad trianera, Ortega Cano lo bordó con el jandilla Pantalán, Joselito se consagró en la plaza sevillana, y, por fin, Sevilla se estremeció porque había encontrado al sucesor para el mito. Nacido en La Puebla del Río, se llamaba José Antonio Morante. Dos ferias seguidas, la del 98 y la del 99, le colocaron en el sitio más alto de la cotización. Sevilla seguía exportando buen gusto torero. Otros espadas alcanzaron su cenit en la Maestranza, como El Tato y Pepín Liria, dos ejemplos de matadores de la máxima honestidad. Un rejoneador navarro logró cortar un rabo en Sevilla. Hermoso de Mendoza cogió el testigo de Javier Buendía y de Ángel Peralta en la Maestranza. En la feria de 1999 explotó la traca de un niño-torero, de nombre El Juli, que abrió la Puerta del Príncipe y se la cerró con la sangre de una cornada. Fue ese 1999, el de la única salida por la puerta soñada por Morante de la Puebla. En la feria de 2000, el 2 de mayo, toreó por última vez Curro Romero, aunque entonces nadie lo sabía. El adiós llegó en octubre después de un festival en La Algaba. Triunfaron Manuel Caballero, El Juli, Finito de Córdoba, Dávila Miura y Morante, que fue cogido de gravedad.

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