La Pincelada del Director

Cayetano ante la turba anti

José Luis Benlloch
martes 28 de abril de 2020

A Cayetano le han crucificado en esa noche de los cristales rotos en la que han convertido las redes. Lo han hecho la turba anti y el sistema, egoísta y despersonalizado -seguramente una máquina-, que entiende el respeto a su manera y en una sola dirección. El alboroto surgió por defender el toreo y por decir lo que piensa educadamente, sin exabruptos. Podría estar equivocado en su reflexión, que no lo está, pero tiene derecho a pensar y a expresarse. Otros diría yo que no necesitan de ese derecho, directamente no piensan -¿con qué lo iban a hacer?…- pero Cayetano sí, piensa y se expresa, con educación y respeto insisto, que es detalle clave para la convivencia y para poder decir lo que se piensa; en su caso piensa y defiende su cultura abiertamente ante la dejación de muchos que prefieren taparse en el burladero de la comodidad.

Ante tan delirante avalancha de descalificaciones e insultos recibida, la reacción -digamos el quite- de sus compañeros, ganaderos, aficionados e instituciones ha sido tardía y escasa con encomiables excepciones. Es lo que pienso. Algunos incluso han ido más lejos y desde el propio mundo del toro han llegado a cuestionarle por haber salido a decir públicamente lo que cualquier aficionado de bien sentimos… Tendría que haberse callado, dicen. El detalle te hunde en el pesimismo. Dónde nos hemos metido, dónde estamos, dónde está la solidaridad gremial, te tienes que preguntar. Diría más, que la mayoría se calle en lugar de salir a respaldarle no mejora mucho. Por la dejadez también se llega al cainismo.

Dónde nos hemos metido, dónde estamos, dónde está la solidaridad gremial, te tienes que preguntar. Diría más, que la mayoría se calle en lugar de salir a respaldarle no mejora mucho. Por la dejadez también se llega al cainismo

Y más allá de esa sensación general de disgusto quiero romper una lanza por el carácter de Cayetano, el tipo tiene ideas y respeto a la profesión, cualidad que merece, obliga mejor, a tenerle respeto a él y, visto el cuadro general, admiración más allá de que te guste o no te guste su estilo como torero. A mí me gusta: sus agallas, sus arranques, su tufo de torero bravo, su no rendirse, su capacidad de apuesta en la plaza como en la vida… Y me gusta sobremanera su constante disposición a defender el toreo y su gente. Alguno más debería tomar nota.

Todo ello a pesar de que el alarde de ira atrabiliaria que una vez más exhibieron los anti ya ni siquiera es noticia.

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