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El músculo a compás

Carlos Ruiz Villasuso
viernes 19 de junio de 2020

Toda reivindicación que se siente a ser negociada ha de contar con un músculo social que incomode a la otra parte que negocia. El toreo, hasta ahora, había ido a las mesas de negociación política sin otra cosa que su palabra y su derecho. Pero la calle ha sido necesaria, será necesaria siempre. Cuando digo la calle, no hablo de los adoquines que pisamos, que también, sino de las redes sociales, tan en reinos de taifas, dispersas en mensajes y, a veces, mensajes cainitas entre nosotros.

Dar compás y estructura a esa “calle” que es el pueblo, lo social del toreo, y ponerla a caminar como herramienta útil para las negociaciones es nuestra asignatura pendiente. Dar una forma, una estructura campo, la que tiene desde hace tanto tiempo el enemigo. Se pude pensar que el toreo o la tauromaquia no tiene músculo social. Es falso. Tiene el que tiene y tiene mucho más del que se suponía. Sólo de forma manufacturada, sin un euro, se van a movilizar en unas cuarenta ciudades alrededor de 35.000 personas y dentro de un estado de alarma.

Se pude pensar que el toreo o la tauromaquia no tiene músculo social. Es falso. Tiene el que tiene y tiene mucho más del que se suponía

Micro manifestaciones constantes, ordenadas, que, se crea o no, han lanzado un mensaje al que negocia del otro lado, al político de turno. Pero sólo es el principio, porque la Tauromaquia es la prolongación de un lugar social fuerte aún. La de lo rural, la del campo, la de la España Abandonada. Y tengo razones fundadas e información suficiente como para decir que varias administraciones están deseosas de que la unidad social entre campo, ruralidad y tauromaquia, no se lleve a cabo.

Juntos, en una manifestación en Madrid, pondrían a este país a cavilar sobre lo que nos sucede. Juntos y visuales, los españoles se detendrían a pensar qué está pasando. Por qué nos unimos. Quiénes somos. La estructura de la Tauromaquia pasa por estas cuestiones que ya no son humo ni un platónico deseo. Nuevos negociadores, la calle en su aspecto más útil, rápido y moderno, y la unidad con las gentes de lo rural. No trabajar en este sentido de una estructura de músculo social sería otro gran error.

Hace pocos días los cazadores, como colectivo, han iniciado los trámites para que se reformen los códigos Civil y Penal respecto al Delito de Odio. Algo que llevo pidiendo al sector taurino desde hace más de diez años. Y lo han pedido también para incluir a la insultada gente del toreo. Estoy absolutamente convencido de que esta unidad es la que dará fuerza a la Tauromaquia. Tenemos el camino abierto. Fuera egos. Vamos a dejar de mirarnos el ombligo y a tirar para adelante dando valor a todo lo que tenemos, que es mucho.

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