OSUNA (SEVILLA)

Enrique Ponce y Diego Ventura, ejemplos de maestría, brillan en Osuna

Se reparten dos y tres orejas respectivamente, en una noche en la que Javier Conde no encontró la inspiración
Redacción APLAUSOS
sábado 01 de agosto de 2020

Fotos: Eduardo Porcuna y Prensa Diego Ventura

Diego Ventura brindó la primera faena de la tarde a Antonio Osuna, empresario del coso. Clavó el primer y único rejón de castigo de salida, sin antes encelar al animal. Con Bronce colocó la primera banderilla y se ajustó con el animal en el galope a dos pistas. Templó con la grupa con gusto y torería. Bronce se metió muy en terrenos del toro. Con Lio quebró en una distancia cortísimia, saliendo con limpieza de manera inverosímil. Fueron dos quiebros perfectos. Salió Dólar y tras quitarle la cabezada, clavó un meritorio par de banderillas con el toro ya muy parado. Tres rosas epilogaron la labor, que remató de un certero rejonazo. Cortó dos orejas asegurándose la puerta grande.

Osuna vibró y se emocionó con la entrega y variedad de Diego Ventura frente al cuarto de la tarde. Con Sueño se templó y se dejó llegar al toro muy cerca. La faena fue a más y subió la temperatura con Capote, un nuevo caballo al que también le quitó la cabezada y con el que sorprendió toreando sin la misma y batiendo al pitón contrario, con una doma impecable y un control absoluto por parte del rejoneador. Abrochó con tres cortas al violín a lomos de Remate. Mató de un rejonazo y un buen golpe de descabello. Oreja.

Enrique Ponce dejó momentos de una gran belleza y solo al alcance de una figura de su categoría. Se sobrepuso primero a las condiciones del animal, limó asperezas y corrigió algunos defectos para después, sacar a relucir el temple y la sensibilidad. Al natural, muy erguido y abandonado, hubo pasajes de gran calidad y despaciosidad. Pinchó antes de dejar una media estocada, que le valió para pasear un trofeo.

Osuna se puso en pie ante el magisterio de un Enrique Ponce pletórico. No pasan los años para el valenciano, que desplegó toda su tauromaquia frente al quinto, un animal al que acabó sometiendo en los vuelos de su poderosa muleta. Encomiable su actitud. Faena inspirada, en la que toreó muy despacio. Preciosos los remates. Abrochó con una estocada hasta la bola pero el descabello limitó el premio a una oreja.

Javier Conde no acabó de confiarse con el tercero de la tarde, que si bien tuvo un arranque de embestida explosivo, no llegó a romper adelante con esa misma intensidad. Toro con fondo, para estar entregado y potenciar sus virtudes, pero no lo vio claro el malagueño. Mató con habilidad al segundo encuentro.

El sexto fue devuelto por un problema de visión tras estallarse contra un burladero. Se alargó en demasía su vuelta a los corrales y al final fue Diego Ventura quien lo descabelló desde el callejón, llevándose una gran ovación.

Salió Javier Conde dispuesto frente al sobrero del hierro titular, que salió con muchos pies mostrando ya su buena condición. algo que aprovechó el malagueño para dejar un buen ramillete de verónicas. Pero todo quedó ahí. Conde volvió a salir desconfiado en la muleta y de disiparon las ilusiones del inicio de faena, siendo pitado por el público. Llegó a escuchar los tres avisos.

Osuna (Sevilla). Sábado, 1 de agosto de 2020. Toros de Diego Ventura para rejones, a menos; y Julio de La Puerta para la lidia a pie, desiguales de presentación y juego. Diego Ventura, dos orejas y oreja; Enrique Ponce, oreja y oreja; Javier Conde, silencio y pitos tras tres avisos. Entrada: Buena entrada, casi lleno aparente.

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