Juan José Padilla, a la muerte del que abrió plaza, dijo a los micrófonos de Canal Plus Toro: "Tenía muy pocas opciones y las pocas que tenía había que aguantarle las tarascadas. Era rajado, arrollaba... No lo he visto de ninguna manera, hay que hacer el esfuerzo con algo que te rentabilice. Además ha estado sin picar, no he pedido el cambio... cuando vea al picador le voy a pegar yo un puyazo. Espero que con el segundo pueda convencer de nuevo y disfrutarlo y convencerme a mí mismo". Para el jerezazo, el cuarto ha sido "más de lo mismo, sobre todo por lo molesto que era el toro, se cruzaba, tiraba derrotes al aire, ha sido muy deslucido y sin opciones. El esfuerzo era en vano". Antonio Ferrera aseguró tras matar al que hizo segundo: "Ante todo pido disculpas por lo de la espada. No era mi intención matarlo así. Mi actitud ha sido la de querer estar por encima de él aunque en ocasiones uno siente que se juega la vida delante de un toro sin ningún resultado". Luego, tras finiquitar al otro, comentó: "Le ha faltado raza. Lo de los calambres en las patas habría sido lo de menos si el toro hubiera tenido raza. Lo hemos cuidado muy bien y mi actitud y firmeza han sido buenas. El tercio de banderillas lo he sentido mucho, ha sido muy de verdad, muy entregado y arriesgando mucho. Ver a la plaza de Madrid entera de pie reconforta aunque me habría gustado ponerla también en pie con la muleta". Por su parte, César Jiménez, afirmó tras matar al tercero: "Se ha parado un poquito pero ha sido bueno. Con esos dos pitones que tenía a ver cómo entraba a matar. Lo fácil era entrar pero lo difícil es salir. Por lo menos me ha dejado pegarle varios muletazos a gusto y cuando he notado el eco de la plaza me he motivado". Luego, decepcionado a la muerte del sexto, expresó: "Te arrollaba, era muy difícil, imposible. Mi primero sí que ha valido pero este ha sido muy complicado, se ha parado y no ha valido nada".
DESDE EL ARENAL
