La Revolera

Tenemos novilleros

Paco Mora
martes 31 de mayo de 2011

Los novillos de El Ventorrillo, excepto el lidiado en sexto lugar, no han tenido nada que ver con lo que era esa ganadería cuando la llevaba Paco Medina. El alumno de Ortega Cano, Rafael Cerro, que sorteó el mejor lote, es un novillero prometedor…

Los novillos de El Ventorrillo, excepto el lidiado en sexto lugar, no han tenido nada que ver con lo que era esa ganadería cuando la llevaba Paco Medina. El alumno de Ortega Cano, Rafael Cerro, que sorteó el mejor lote, es un novillero prometedor. Tiene buen gusto, es valiente, se coloca muy bien y los engancha con la muleta por el hocico y les da fiesta abundante sin afligirse, y se tira a matar por derecho con distinta suerte, pero se tira. Todo eso con un temple prodigioso para un muchacho con el escaso bagaje de cuatro o cinco novilladas con picadores. Con el capote es variado y brillante. No obstante alguien debería decirle enseguida que hoy no se puede torear descargando la suerte, que ese es un alivio que pocas plazas admiten y mucho menos la de Las Ventas. Sin ese defecto ahora se estaría hablando de Rafaelito Cerro por las calles de Madrid. Barrio, sin enemigos de fuste esta tarde, bastante hizo con no devolver el cheque de crédito que en sus anteriores comparecencias le extendió la afición madrileña.

Diego Silvetti, hijo de “El Rey David", nieto del Juanito Silvetti de mi primera juventud y biznieto de aquel “tigre de Guanajuato” que tenía bemoles para batirse en duelo a pistola por la mañana, matar seis toros por la tarde y fugarse a caballo con la primera actriz del Teatro Mexicano a la grupa por la noche, demostró en su debut en la plaza de la Calle de Alcalá que de casta el viene al galgo. Otro mejicano con riñones, pundonor y lo que hay que tener para abrirse paso en el intrincado bosque que actualmente es el toreo en España.

Corolario: De toros andamos regular, pero de novilleros como hace muchos años que no habíamos estado. Estos de ahora no siguen los pasos de los “chiripitifláuticos” salidos de las escuelas taurinas como pollos de granja, sin personalidad ni espíritu de sacrificio, pero con un “ponedor” y una furgoneta con sus nombres de  guerra en los laterales. Ahora están saliendo a la plaza, a la de Madrid oigan, pegando bocados.

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando