Las dos últimas corridas del abono de otoño en Madrid no fueron lo que entre ganaderos y toreros se llaman “corridas buenas”. Una de Gavira y otra de Adolfo Martín. La de Gavira no pudo lidiarse completa por culpa de un accidente. El primero de los seis se estrelló contra el peto del caballo, descabalgó al picador pero no llegó a derribar y en ese ten con ten se tronchó un cuerno por la cepa; una segunda entrada al caballo y ya salió del peto con el cuerno bailando.
Lea el artículo completo en su revista APLAUSOS