El expediente de sangre de la ganadería de Ana Romero en sus apenas cincuenta años de historia es digno de notar. Una ganadería de camadas cortas: cuarenta toros al año. Solo dos cornadas: la primera, hace catorce meses en Calahorra. El quinto de corrida hirió a Antonio Ferrera en la cara interna del muslo derecho. Cornada de dos trayectorias pero relativamente afortunada porque no afectó vasos importantes.
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