Nimes. Feria de Pentecostés
(Foto: Mauricio Berho)(Foto: Mauricio Berho)

Éxtasis morantista en el Coliseo de Nimes

Corta dos orejas y rabo en una faena soberbia, torera, original, sorprendente, inspirada... histórica
Redacción APLAUSOS
miércoles 26 de mayo de 2010

Morante de la Puebla ha cuajado una faena memorable en el sexto de la tarde, una labor que ha comenzado y terminado sentado en una silla. Lo ha bordado con el capote y con la muleta ha toreado con sabor, empaque, profundidad, temple… en muletazos eternos y remates cargados de torería. Un éxtasis en el coliseo.

El coliseo de Nimes se ha extasiado de toreo con una faena inolvidable de Morante de la Puebla al sexto. El sevillano ha bordado el toreo de capa, tanto en soberbias verónicas como colocando el toro al caballo con bellísimas chicuelinas al paso. Comenzó el trasteo con la pañosa sentado en una silla para torear un ejemplar de Juan Pedro Domecq enclasado. Los muletazos surgieron a cámara lenta, casi eternos. Faena de mucha calidad. En los remates hubo sabor y muchísima torería. Morante sacó a relucir su tauromaquia en ayudados por alto, molinetes, kikirikí… un faenón que enamoró al Coliseo de Nimes, que llegó al éxtasis con espadazo por arriba y le concedieron los máximos trofeos. Especialmente bella también fue la manera de ver morir el astado, sentado en una silla con la muleta plegada en el brazo. Imagen añeja y torera. La salida a hombros fue impresionante y se lo llevaron a hombros hasta el hotel.

Ya en el primero, ante un toro de Juan Pedro Domecq con calidad pero que duró poco, cortó una oreja. Destacó un extraordinario quite por chicuelinas, ajustado y repleto de torería. En el trasteo con la muleta toreó al ralentí al natural. Muletazos hondos, profundos y encajados. En el cuarto, un toro muy parado, nada pudo hacer.

Por su parte, Javier Conde fue feamente volteado por el tercero de la mañana y fue atendido de un fuerte golpe en la muñeca, aunque en un principio se temió por una cornada en la ingle, afortunadamente el pitón no entró. Después el malagueño se justificó pero sin brillantez. Saludó una cariñosa ovación. Tampoco estuvo acertado en sus otros dos toros. Conde instrumentó dos faenas largas pero que no llegaron a coger vuelo en ningún momento. El sexto lo brindó a su esposa, Estrella Morente, que estaba en el callejón.

Nimes. 23 de mayo. Quinto festejo de la feria de Pentecostés. Toros de Juan Pedro Domecq, desiguales de presentación nobles y con calidad. Los mejores 2º, 5º y 6º. 3º y 4º fueron devueltos por falta de fuerzas. JAVIER CONDE: Silencio tras aviso, ovación y silencio tras aviso; MORANTE DE LA PUEBLA: Oreja, silencio y dos orejas y rabo. Entrada: Tres cuartos

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