No son pocas las ganaderías que tienen una cuota de mercado relevante y consistente en este tipo de festejos, denominados de promoción porque son el hervidero donde debe germinar la Tauromaquia del futuro más inmediato. Una de las divisas más reconocidas en este gremio es la de Toros de Pablo Mayoral, cuya representante, Mara Mayoral, explica que “desde los inicios de la ganadería, en vida de mi padre, la tuvimos enfocada para novilladas sin caballos y festejos menores”. Esta decisión motivó que la familia estuviera vinculada desde hace más de treinta años a distintas escuelas taurinas, una relación que a día de hoy permanece inalterable, tal y como explica la ganadera: “Desde el Levante con la de Castellón, hasta Extremadura con la de Badajoz… en Madrid con los distintos centros docentes, Salamanca… todo esto nos hace conocer a los chavales desde los inicios, y de hecho muchos de ellos vienen al campo y luego matan las novilladas nuestras”, asegura.
Apolinar Soriano: “Los festejos sin picadores son igual o más importantes que los que se consideran mayores, porque los unos no podrían existir sin los otros”
En la misma línea se manifiesta Poli Soriano, representante de la ganadería de Apolinar Soriano Heras, otra de las divisas clásicas en los mal llamados festejos menores “pues son igual o más importantes que los que se consideran mayores, porque los unos no podrían existir sin los otros”, apunta el ganadero de la divisa jienense, para quien hay dos mercados que los sustentan: “Uno es el de los festejos populares, que lo marcan pueblos que por presupuesto dan de modo tradicional varios festejos de este tipo, en el formato de novillada sin caballos o en el de festival sin picadores; tienen una estructura indirecta de costes mucho más liviana y mucho más fácil de sobrellevar para la población en cuestión, que en muchos de los casos es el propio ayuntamiento quien corre con los gastos”. El segundo bloque serían las novilladas sin caballos en las que colaboran o patrocinan las escuelas taurinas, también imprescindibles en este organigrama en opinión de nuestro protagonista: “por ejemplo en Andalucía es muy importante el ciclo de la Federación de Escuelas Taurinas; solamente en ese ciclo son doce los festejos que se organizan, entre las clases preliminares, las semifinales y la gran final”.
Hablando de escuelas, una de las más activas en la actualidad es la de Salamanca, que en el año que ahora concluye ha participado en ciento veinte espectáculos, la mitad novilladas sin caballos y la otra mitad clases prácticas, un número muy importante de ellas en la provincia. Su director, José Ignacio Sánchez, habla también de los bolsines como escaparate indispensable para que los alumnos se fogueen, y además del de Ciudad Rodrigo, quizá el más conocido, apunta a los de Peñaranda de Bracamonte, Ledesma o Alba de Tormes como otros que han cobrado auge en los últimos tiempos.
Mara Mayoral: “Hace unos años, debido al gran excedente existente, los precios del bravo bajaron muchísimo. Esta circunstancia motivó que cualquier pueblo por pequeño que fuera organizara un festejo mayor. La crisis económica vino a poner cada cosa en su sitio”
“A nosotros nos gusta traer a los novilleros de las distintas escuelas al campo para que conozcan cuál es el comportamiento de lo nuestro, que es Santa Coloma, y para los chavales que están empezando suele ser uno de los encastes más desconocidos”, dice Mara Mayoral, para quien el este nicho de mercado dentro de las vacadas de bravo “siempre se ha movido”. “Hace unos años -subraya- debido al gran excedente existente los precios bajaron muchísimo, y esta circunstancia motivó que cualquier pueblo por pequeño que fuera organizara un festejo mayor. La crisis económica que sufrimos hace unos años vino a poner cada cosa en su sitio, y los festejos de promoción recuperaron el lugar que siempre habían ocupado. Actualmente veo un panorama positivo para los espectáculos sin caballos, no tanto para las novilladas con picadores, sobre todo debido al incremento de costes. Esto incide y repercute directamente en los novilleros de este escalafón, que son los que menos pueden torear”.
Poli Soriano coincide con su compañera en esta reflexión y además asegura que “yo no lidio novilladas picadas. Guardo un par de encierros para lidiarlos de cuatreños y el resto lo lidió de erales y añojos. Estoy muy a gusto en este mercado porque tengo fidelizados alrededor de seis o siete clientes, llámese ayuntamientos, llámese empresarios, llámese escuelas taurinas… que me permiten lidiar en torno a 25 erales y 18 ó 20 añojos cada temporada, y esto me viene muy bien para “limpiar” la camada”.
Para los ganaderos supone un banco de pruebas y permite afinar las camadas. Además, se reducen sus costes tanto de alimentación como de manejo, ayundando a la economía de la explotación
En la provincia de Salamanca también hay ganaderías, por cierto de un variado abanico de procedencias, que lidian en estos bolsines, certámenes o ferias de novilladas sin caballos la práctica totalidad de la camada, entre ellas las de la familia López-Chaves (Ignacio, Domingo y Santiago) Valrubio, José Tomás García -sobrino y heredero de Dionisio Rodríguez-, Hermanos Mateos, Manolo Jimeno, Eduardo Cilleros o Rollanejo.
En el manejo y la alimentación hay diferencias y semejanzas con la preparación para la lidia de sus hermanos mayores. “La alimentación siempre ha de ser equilibrada desde que haces el destete hasta el momento de la lidia”, afirma Mara Mayoral, que añade que “todo animal próximo a la lidia tienes que prepararlo, independientemente de la edad. Lógicamente no es la misma sobre todo en cuanto a tiempo la preparación de un eral a un cuatreño pero el manejo sanitario es el mismo, los requisitos son iguales… los erales no los movemos en el campo, sólo los hermanamos con los mansos y los caballos para que se vayan habituando cuando llegue el momento de apartarlos para el embarque”.
Por su parte Poli Soriano apunta que “hay que tener en cuenta que cualquier animal que se lidia tiene que estar comiendo pienso los tres o cuatro últimos meses de su vida, tenga la edad que tenga; lo que no hago, si el campo viene bien, es dar pienso a los animales que voy a lidiar dentro de unos años. Además es mucho más conveniente porque su desarrollo es mejor. Respecto al manejo, es mucho más fácil con este tipo de animales que estamos tratando, porque no hay que ponerles fundas, las peleas no producen bajas…”.
Por esta y otras razones ninguno de los dos se ve cambiando su filosofía ganadera en los próximos años. “Los erales son más fáciles de criar, hay menos bajas, sirven más número de animales por hechuras y tipología…”, explica Poli, para quien se trata de un mercado más consolidado que otros “y que se ha visto menos perjudicado que el resto -matiza-, sobre todo porque es mucho más liviano de costes, por el propio precio de los animales, médicos, permisos veterinarios, seguros, etc”.
Mara Mayoral opina en esa misma sintonía: “Siempre dejamos algo para algún evento de más entidad, bien sean novilladas para una plaza de cierta relevancia, o alguna corrida de toros… pero es muy difícil meter la cabeza en este circuito y más con el encaste que manejamos. Por eso nuestra salida o vía comercial para el animal que queremos criar lo vemos enfocado aquí. Los ingresos son menores, pero los gastos también son menos”, reconoce.
“Considero que la tauromaquia tiene muchos enemigos”, expone, para finalizar, Poli Soriano, “tiene muchas sombras, pero precisamente estos espectáculos son los que se van a mantener, porque están absolutamente consolidados en los pueblos, y es sobre éstos sobre los que se tiene que cimentar la posible recuperación del mercado”.
Festejos sin caballos y clases prácticas
Existe cierta confusión entre la reglamentación de las novilladas sin picadores y de las clases prácticas de tauromaquia, dos festejos que aunque tienen algunas connotaciones similares no son lo mismo ni computan igual en los pliegos para licitar a los concursos de las distintas plazas de toros. La profusión de reglamentos tampoco ayuda a arrojar luz sobre el asunto, pues en cada Comunidad la legislación dice una cosa distinta. No obstante, José Ignacio Sánchez, director de la Escuela de Salamanca, explica los rasgos característicos fundamentales en cada uno de estos espectáculos:
“La diferencia principal estriba en que las clases prácticas no son festejos taurinos sino actividades docentes, y como tales la entrada tiene que ser gratuita”, cuenta el matador salmantino, que además explica que este espectáculo tiene unos costes de organización más llevaderos al no tratarse de un festejo formal.
Respecto a la edad de los animales hay Comunidades en las que las clases prácticas solo pueden realizarse con animales que no hayan cumplido los dos años. “Pero en Castilla y León, por ejemplo, se pueden celebrar clases prácticas con añojos y con erales”, puntualiza José Ignacio.
Este es uno de los distintos matices de las clases prácticas, que por ejemplo en Andalucía sí computan como novilladas sin picadores, por eso se permite a los novilleros vestir de luces, a diferencia de Comunidades como Madrid, Castilla-La Mancha, Valencia o Castilla y León, donde las clases prácticas se celebran de corto. En lo que coinciden todos los reglamentos es en el número de novilladas sin picadores necesarias para debutar con los montados, un total de diez, si bien no especifican el número de reses que hay que lidiar en cada una de ellas.