Una grave cornada sufrida en la Feria de Pascua de Arles marcó la temporada de Ángel Teruel. Con una extensión de veinte centímetros la parte derecha de su rostro quedó desfigurada y todavía hoy sigue recuperándose de las secuelas que le ha dejado. Sin embargo, tres meses después del percance, el madrileño volvió a enfundarse el traje de luces para demostrar, por si existía alguna duda, que no está aquí “para pasar el rato”. Su compromiso es máximo.
- “No quiero dejar el mundo del toro con la duda de si podía haber llegado a lo alto o no”
- “Las cornadas de espejo te marcan mucho a nivel emocional y, aunque eso está ya superado, la física todavía sigue dando la lata”
Para Recordar: “Superar un trance tan duro como el de la cornada”
Para Olvidar: “La falta de atención de ciertas personas que han estado cercanas a mí y que no se han vuelto a acordar de mí”
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