Al trabajo impetuoso y constante de los ganaderos de bravo en busca de un animal con mayores virtudes, se ha sumado en los últimos tiempos, la preocupación por sortear los efectos de la crisis y de la inflación que sufre el sector. Las soluciones no son sencillas, cada uno busca su propia estrategia de mercado. La reducción de vacas madre, la variación de los canales tradicionales de comercialización, la rentabilidad global de cada explotación o la venta de animales para otros espectáculos, son las medidas más generalizadas para un colectivo que busca un fin común: Disminuir costes.
Isabel Carpio: “Los ganaderos han cambiado sus miras a la hora de vender. Ahora nadie renuncia a lidiar en pueblos ni a vender erales”
Martín Losada: “Si reduces ganado para lidiar una o dos corridas, no es rentable y ser ganadero se convertiría en un capricho deficitario”
Rakagorri: “He reducido el 30% de los animales. A 30 vacas les he hechado un toro manso para vender al matadero en un año”
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