El pueblo fronterizo con el querido Portugal volverá a ser un hervidero de aficionados que se desplazan desde todos los puntos del orbe taurino. La inyección económica para Olivenza es incalculable.
Se va a celebrar la Feria de Olivenza en los días próximos. Esa Feria, que tiene en Pepe Cutiño su gran creador, es un ejemplo de cómo la Fiesta de los toros puede modificar la vida de una población, pero más que nada es un caso evidente de los beneficios que ha conseguido el bello pueblo extremeño con su tradicional feria de marzo. Se cumplen veintiséis años consecutivos de esta cita que es el verdadero pistoletazo de salida de la temporada.
Tengo el privilegio de haber podido asistir a las corridas de Olivenza desde que comenzaron, cuando unos pocos periodistas le dimos un voto de confianza a lo que podía parecer una locura. Con el paso de los años, Olivenza se puso de moda y todo el que era algo en el mundo de los toros viajaba para ver sus corridas. Esa moda se avaló en unos carteles bien pensados, un ganado que casi nunca fallaba y unos espectáculos gratos para comenzar el año. Para colmo, en su preciosa plaza de toros se vivieron acontecimientos especiales, como reapariciones sonadas de toreros famosos. Aquello lo titulé en su día como ‘Los milagros de Olivenza’.
Ya no es un milagro lo que sucede en un ciclo que consta de tres corridas de toros y dos novilladas. Es decir, que supera a ferias de postín en cuanto al contenido, carteles y números de festejos programados. El pueblo fronterizo con el querido Portugal volverá a ser un hervidero de aficionados que se desplazan desde todos los puntos del orbe taurino. La inyección económica para Olivenza es incalculable.
No sé, ni me interesa, saber el color político del Ayuntamiento oliventino en estos momentos. De lo que estoy seguro, sea quien sea quien lleve el mando de la nave municipal, es que no será tan osado de intentar ponerle ninguna traba a lo que supone para un pueblo uno de sus sellos de distinción más significados, que al mismo tiempo suponen la entrada de una cantidad de dinero que revitaliza a todos los sectores de la población. Para que luego vengan cuatro indocumentados a intentar convencernos de que la Fiesta hay que suprimirla. Lo que hacen falta son muchas ciudades como Olivenza.
