Todo lo que el toreo tiene de enciclopedia lo condensó y desarrolló Ortega Cano con el cuarto toro que se llamó Marquito, y que se ganó el perdón de su vida. Faena con una duración de 22 minutos que hizo posible la gran faena del de Cartagena.
“Orgullosa puede estar la ganadera doña Ana Romero de Carrasco, por haber criado un toro que se enamoró del arte del toreo encarnado en Ortega Cano. Feliz este gran torero porque con esta cárdeno sublime, logró que todos comprendiéramos cuanto de insuperable grandeza atesora la fiesta de España, que es fabulosa en arte, historia y sentimiento popular”, narraba nuestro compañero Filiberto Mira para Aplausos.
No es que haya sido sólo la faena de la vida de Ortega Cano, es que hemos disfrutado de una faena cumbre que le ha dado vida gloriosa al toreo por los siglos de los siglos. Con el capote también insuperable el arte del cartagenero. Ha sido un no cabe más en un toro y en un torero. Para el maestro los máximos trofeos y para el santocolomino Marquito el indulto. Repito que esto ha sido el no cabe más. Por otro lado, la vivacidad del primer toro que sacó la listeza de los santacolomas, a pesar de lucir bien con el capote Ortega Cano, en la faena de muleta el temperamento de la res desbordó al torero que fue pitado en su labor.
Miguel Báez “El Litri” puso ganas el quedado segundo de la tarde y a base de ganas arrancó la oreja. Con el quinto alcanzó la meta de cuanto de valor tiene el torear con energía y agallas. Si hubiera Miguel acertado a la primera con la espada, habría conquistado en vez de una, las dos orejas.Por su parte, “derroche de temple (sí de temple con garra) a cargo de Jesulín que justifica con un ligar asombroso, el porqué es el ídolo de las muchedumbres en 1994. Maravillosa la rivalidad en quites entre la magistral serenidad de Ortega Cano y los tremendos impulsos vitales del joven Jesús Janeiro. Seguro que de haber estoqueado a la primera, en vez de a la tercera, hubiese logrado Jesús bastante más que una sola oreja.”
Si el cuarto fue un toro sublime, el sexto resultó fascinante. Al toro se le premió merecidamente con la vuelta al ruedo. Con Hornacero, así se llamó el burel, ha estado cumbre el de Ubrique, tanto con la capa, como con la muleta. Plena identificación entre el valor consciente de un hombre con impacto tremendo en las masas, y un toro bravo con clase. Auténtica comunión en el mismo ideal del torero y el irracional. Faena de purísimo estilo ubriqueño, que exaltó al gentío. Mató de una corta y Jesulín cortó las dos orejas. Los tres espadas en hombros con el mayoral de la triunfante ganadería de doña Ana Romero.
Marquito volvió a la finca Las Cobatillas en Alcalá de los Gazules donde padreó hasta bien cumplidos los dieciocho años, dejando importantes productos, así como su simiente cruzó el Atlántico cubriendo gran cantidad de hembras, como por ejemplo del ganadero mexicano José Chafick.
Lleno total en la cuarta corrida de abono de la Feria del Corpus de Granada. Se lidiaron seis toros de Ana Romero de Carrasco, bien presentados y de buen juego, todos aclamados en el arrastre, destacando el indultado cuarto y el sexto que fue premiado con la vuelta al ruedo. Ortega Cano (pitos y dos orejas y rabo simbólicos), Miguel Báez “Litri” (oreja y oreja con petición de la segunda) y Jesulín de Ubrique (oreja y dos orejas). Los tres diestros junto al mayoral de la ganadería de Ana Romero salieron en hombros por la Puerta Grande.