Otoño suena a final, a despedida, a adiós a las tardes de toros, a media verónica de cierre, y sabor a nostalgia. Un día se inventaron en Madrid la Feria de Otoño. Y fue un buen invento porque siempre tuvo Madrid toreros a los que acompañar en ese último ciclo del año. Antoñete fue un clásico. Le gustaba hacer el paseíllo en esos otoños unas veces plácidos, cálidos y menos ventosos que la primavera, aunque también hubo ocasiones en que vestirse de luces en esas calendas y en Madrid era una heroicidad.
Lea el artículo completo en su Revista APLAUSOS
Acceda a la versión completa del contenido
Otoño dorado en Madrid
En un nuevo gesto de solidaridad y compromiso social, el Ayuntamiento de Villaseca de la…
El hierro que perteneció a Francisco Rivera “Paquirri”, con el que el llorado diestro inició…
Se dio la corrida Villista de la Revolución en la plaza de toros “Alberto Balderas”…
La terna, por encima de los toros de Villa Carmela que ayudaron bien poco a…
Los mozos de espada de la Comunidad de Madrid han celebrado este sábado en la…
Pasadas las dos de la tarde, en un frío y escueto comunicado, la Real Maestranza…