Desde el palco

Otra arbitrariedad intolerable

Rafael Comino Delgado
lunes 30 de septiembre de 2013

Este año ya llevamos vistas muchas arbitrariedades de los presidentes causadas por un desconocimiento casi total de lo que es el Toreo, junto a un alto grado de autoritarismo y el deseo de tener su minuto de gloria…

A medida que pasa el tiempo más convencido estoy de que la decisión del presidente en Lucena fue una arbitrariedad intolerable, especialmente tras volver a ver varias faenas de indultos que tengo grabadas, la última de Talavante en Mérida, la tarde del cante flamenco.

Estos fueron los hechos. Lucena, domingo 8 de septiembre de 2013. Se anuncia, para las 7 de la tarde, una novillada de Fuente Ymbro con tres jóvenes novilleros, cargados de afición e ilusión, en el cartel. La novillada  estuvo muy bien presentada y salió bastante buena en general. Pero yo me voy a referir al novillo que salió en quinto lugar, y que correspondió a Antonio Puerta, que tenía trapío, incluso superior al exigido para esa plaza, con su  cara, muy bien hecho, en tipo. Sólo recibió un puyazo pero apretó con los riñones, y luego en la muleta mostró todo lo que ganaderos y toreros suelen pedir: fiereza, fijeza, nobleza, prontitud, humillación y recorrido. A todo ello debemos añadir que obedecía muy bien a los toques y que tuvo gran duración. ¿Se puede pedir más? Antonio Puerta estuvo extraordinario, a la altura, lo que no era fácil. Bueno pues como es lógico el público pidió, por unanimidad  e insistentemente, el indulto, con lo cual estaban de acuerdo cuantos profesionales había por allí, también el torero; el ganadero decía que se lo echaría a las vacas. Sin embargo y en contra de todo sentido común el señor presidente, no se sabe por qué, se negó a indultarle.

Me gustaría conocer las razones que el usía aporta para negar el perdón de la vida al toro, pero me temo que no las tiene, o las que tenga sólo las vio él, sólo estaban en su mente pero no son realidad. Es cierto que en los primeros muletazos se metía ligeramente por dentro, por el pitón derecho, pero eso dejó de hacerlo muy pronto al avanzar la faena.

Este año ya llevamos vistas muchas arbitrariedades de los presidentes negando orejas, más que merecidas, o como en este caso oponiéndose a un indulto. Creo que dichas arbitrariedades están causadas por un desconocimiento casi total de lo que es el Toreo, junto a un alto grado de autoritarismo y el deseo de tener su minuto de gloria en el palco.

A los presidentes que así actúan, y en especial al de Lucena, yo les pediría que busquen en el interior de su ego, que reflexionen sobre su actitud, a ver si logran comprender que no es correcta, no es justa, y o la cambian o no suben  más al palco para presidir un festejo taurino y adulterar el resultado, aunque en verdad el Toreo es tan grande que esas arbitrariedades no van a cambiar su curso, pero daño le hacen y no deberían existir.

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