Lo de Jandilla tampoco. A punto de terminar la Feria de Sevilla, sobran dedos con los de una mano para contar los toros que realmente han salido al albero de la Maestranza con un nivel de casta aceptable. La de Borja Domecq, y mira que siento decirlo porque es un ganadero de raza y un amigo, no ha alcanzado los mínimos de bravura, raza y nobleza que la hicieron a su hierro acreedor de la fama que le precede. Pero es que no es esta ni aquella. Es que este año han petardeado hasta las consideradas sólo aptas para “legionarios”. Y el caso es que los toros lidiados han tenido trapío, estaban bien armados y muchos incluso no carecían de fuerza, pero a casi todos se los han llevado las mulillas al desolladero sin justificarse como toros bravos de verdad. Buenos o malos, pero bravos de verdad. Sólo Manzanares, que está en estado de gracia y le sirve todo, ha logrado pasarse los de su lote por la faja. Y el que me diga que eran mejores que los otros cuatro, que Santa Lucía le conserve la vista. La tarde hubiera sido decepcionante sin las artes de mago del toreo desplegadas por el alicantino, la bragueta de Castella y el espíritu de entrega de un Talavante que sólo ha podido enseñarle a Sevilla su gran voluntad y apuntar el magnífico momento que atraviesa. La plaza hasta la bandera para ver a Manzanares, hoy por hoy el santo laico de Sevilla, que se ha justificado y ha tocado pelo porque ha reinventado el temple y las cercanía de terciopelo sin agobios ni gestos grandilocuentes. Naturalidad, valor del bueno y temple se llama esta figura. Y mañana Dios dirá. Han querido alambicar tanto el toro bravo para hacerlo a gusto de las figuras que lo han dejado vacío de casta. Y esto no es de ayer. Comenzó con Belmonte, siguió con Manolete, El Cordobés y José Tomas, y ahora a ver quién le pone el cascabel al gato. Como lo de la recuperación de la ganadería española no es cosa de un día, presumo que se me acabará el permiso de pernocta sin que los bancos concedan créditos ni los toros salgan encastados. Pero así y todo ¡Viva la Fiesta!
