El pasado 24 de diciembre, el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza sufrió quemaduras de segundo grado en el costado derecho, con una extensión de 40 centímetros, debido a que se le reventó la bolsa de agua caliente que se le estaba aplicando como tratamiento por la lumbalgia que padece.
El día 25 toreó en Apicazo y en la ambulancia de la plaza le hicieron las primeras curas. No ha sido hasta el día 8 de enero, que en manos del doctor Roberto Matabuena se le ha visto que las curas estaban realizadas de forma incorrecta. Pese a ello, el rejoneador navarro sigue toreando como si nada y cumpliendo con sus compromisos en esta gira de despedida de México.

