Con más de media plaza y un calor pegajoso, comenzó la Semana Grande de San Sebastián. La primera ovación fue para el orfeón donostiarra que homenajeó a Pablo Hermoso de Mendoza con la melodía Festara, tradicional en estas fiestas. Recibió el rejoneador navarro el homenaje en el ruedo junto a sus compañeros de cartel. El primero, con el hierro de Carmen Lorenzo, soso y distraído, impidió el lucimiento del estellés, que dejó una excelente doma como es habitual pero a la actuación le faltó emoción. Mató de un rejón de muerte y tres descabellos.
Dos lances a la verónica marca de la casa fueron lo único rescatable y para llevarse de recuerdo de la actuación de Morante de la Puebla a su primero de Juan Pedro Domecq. Fue éste un torazo cornalón que no gustó ya por sus pocas fuerzas en el caballo. En la muleta quedó totalmente parado. A Morante nadie le discutirá la voluntad en este turno. Estocada y ovación.
El descabello privó de cortar una oreja a Marco Pérez, que estuvo alegre y bullidor pero también torero en la lidia de un buen novillo de Núñez del Cuvillo que hizo tercero, noble y con un buen pitón izquierdo. Los naturales del salmantino fueron lo mejor de la faena. Estocada casi entera tendida y contraria y tres descabellos.
La primera oreja de la tarde fue a parar a manos de Pablo Hermoso de Mendoza. Fue un trofeo muy trabajado y merecido ante un noble y repetidor murube de El Capea. Clavó con presteza y en todo lo alto el rejoneador navarra, destacando en banderillas con un gran Berlín. Un rejón de muerte bastó para rematar la obra con la que decía adiós a Illumbe. Emocionante resultó la despedida con el Orfeón donostiarra interpretando el Agur Jaunak, el mayor canto de respeto y bienvenida que se puede tributar, con Pablo Hermoso de Mendoza en el centro del ruedo y el público en pie.
Una serie de ayudados a dos manos para sacarse al juampedro, noblote pero pegajoso y sin humillar, y tres series en redondo en las que no pudo acoplarse del toro. Lo dicho, pegajoso y salía con la cara alta el toro. Hasta ahí llegó la faena de Morante de la Puebla, sin más probaturas. Mató de estocada y descabello.
Una oreja que pudieron ser dos de no haber sido por un pinchazo antes de la estocada fue el premio para Marco Pérez en el sexto. Valiente y variado el joven salmantino con el capote, que le recetó dos largas cambiadas, lances y un quite por chicuelinas antes de una faena basada en el pitón derecho sabiendo buscar la distancia firmar pases largos y templados. Un breve arrimón y luquecinas finales redondear la actuación.
San Sebastián, jueves 15 de agosto de 2024. Toros de Carmen Lorenzo (1º) y El Capea (4º), para rejones, de Juan Pedro Domecq (2º y 5º) y dos novillos de Núñez del Cuvillo (3º y 6º). Pablo Hermoso de Mendoza, silencio y oreja; Morante de la Puebla, ovación con saludos en ambos; Marco Pérez, ovación con saludos y oreja. Entrada: Más de media plaza.