Paco Ureña sufrió en el primer toro de la tarde de este domingo en Madrid dos tremendas cogidas de las que salió con sendas severas palizas. Nada para lo que pudo ser. El toro de Victorino Martín se quedaba muy corto, cada vez más orientado. Una de las veces consiguió derribar al murciano, que se quedó aprisionado demasiado tiempo entre las manos del toro, que lo presionaba y lo buscaba con saña contra el suelo. Del trance salió con una fuerte paliza y una brecha en la cara.
El torero de Lorca se volvió a poner, le plantó cara y al coger la espada no se lo pensó: estocada contraria, atravesada, atracándose de toro y resultando prendido por el pecho. El pitón viajó de abajo arriba, atravesándole la chaquetilla. Un milagro.