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Padilla, Morante y Talavante, emoción y arte en Zaragoza

El de La Puebla y el extremeño se inspiran en La Misericordia y cuajan sendas faenas de gran belleza

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE ARJONA DEL FESTEJO

Gran tarde la vivida hoy en Zaragoza, repleta de emociones, mucha verdad y toreo del bueno, con la única nota negativa de la falta de sensibilidad del palco, que injustamente le negó la segunda oreja a Padilla.

Comenzó la tarde con un susto. Milagro en La Misericordia. Susto de Padilla a portagayola en el que abrió plaza. El jerezano se fue a la puerta de chiqueros a recibir al primero de la tarde, tras brindar la faena al niño Adrián a través de las cámaras de Toros TV. El toro no lo vio y al saltar por encima, le propinó un pitonazo en el mismo parche del ojo. Pasó a la enfermería.

Se repuso el torero y salió de la enfermería, enmedio de una fuerte ovación para matar al sexto. Emocionante el saludo capotero del "Ciclón", con varias largas de rodillas que pusieron al público en pie. La emoción siguió después en banderillas, con un público muy volcado con su ídolo. Buen toro el de Cuvillo, con movilidad y nobleza. Lo toreó Padilla fiel a su estilo sobre ambas manos, a la altura del animal, conectando en todo momento con los tendidos. Un final más bullicioso fue la guinda perfecta antes de dejar una buena estocada hasta la bola. Oreja con fuerte petición de la segunda, y fuerte bronca al palco.

Talavante paseó la primera oreja de la tarde tras cuajar una muy buena faena al segundo, un buen toro de Cuvillo. El extremeño se mostró con frescura y toreó con mucha personalidad, dejando patente su buen momento. Al natural, dejó pasajes de verdadera belleza. Faena redonda, de mucho temple. Estocada y oreja. El extremeño, volvió a inspirarse en esta plaza.

Talavante se volvió a inspirar frente al cuarto de la tarde. Comenzó la faena Talavante con una arrucina en los medios. Siguió después toreando al natural con largura, dando la distancia justa. Perfección en la colocación y el cite. Sobre la diestra toreó con desmayo. Hubo improvisación y pinturería en los remates. Faena de mucho aplomo, armonía y naturalidad. Mató de media estocada, tardando el toro en caer, dejando el premio en una oreja.

Morante se hizo cargo del toro que hirió a Padilla, un animal que no siempre embistió entregado a la muleta del sevillano. Cuando se estaba acoplando Morante sobre la diestra a base de consentir y tragar, cogió el sevillano la zurda, pitón por donde embistió de manera deslucida. Se vino abajo el trasteo y abrevió Morante.

El tercero fue devuelto y en su lugar salió un toro de Garcigrande. Muy deslucido el toro, al que Morante castigó en varas. Salió el sevillano con el estoque de acero en la faena de muleta y tras unos muletazos de aliño, se tiró a matar entre el enfado del público.

Pero las lanzas se tornaron cañas. Morante cambió la bronca por la ovación al abrirse de capa frente al quinto, al que toreó muy acompasado a la verónica, a pesar de que embistiera el toro rebrincado. Hubo pique después en quites. Talavante quitó por verónicas. La réplica de Morante llegó con dos chicuelinas de gran belleza y una media soberbia. Después con la muleta, toreó con muche temple, belleza y expresión. Muy asentado y torero, extrajo series de enorme mérito ante un toro a menos. Puso de acuerdo a todos. Estoconazo sin puntilla. Oreja.

Los tres toreros abandonaron juntos el coso de Pignatelli, tras una tarde de grandes emociones y toreo caro.

Zaragoza. Sábado, 15 de octubre de 2016. Toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados, de juego desigual; mejores 2º, 4º 5º y el excelente 6º; y un sobrero de Garcigrande, 3º bis, deslucido. Juan José Padilla, herido por su primero y oreja con fuerte petición de la segunda en el 6º, Morante de la Puebla, silencio en el que mató por Padilla, bronca y oreja; y Alejandro Talavante, oreja y oreja. Entrada: Lleno de "No hay billetes".