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Paquirri, El Juli y Manzanares, una fiesta total

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El Juli ha cortado cuatro orejas y se ha erigido en gran triunfador del festejo celebrado en la localidad abulense de Arévalo, en el que Rivera Ordóñez “Paquirri” ha logrado tres trofeos -dos de ellos de un astado de Garcigrande de vuelta al ruedo- y Manzanares se ha llevado dos en su esportón.

El Juli cortó las dos orejas del primer toro de su lote, un animal que mostró justeza de fuerzas en los primeros tercios pero que se vino arriba en el último para ser cuajado de cabo a rabo por el diestro madrileño, que toreó suave de salida con el capote y con una enorme hondura, profundidad y poderío después con la muleta. El Juli brilló especialmente a diestras ya que por el lado zurdo el de Domingo Hernández se quedaba un poquito más corto. Mató de una gran estocada y desorejó por partida doble a su oponente.

Otros dos trofeos paseó del quinto bis, que saltó al ruedo tras ser devuelto el titular por partirse una mano. El Juli, que se lució en un quite por chicuelinas, puso todo de su parte para agradar ante un toro sosote, al que toreó al principio con series cortas y a media altura para ir haciendo al toro. Le fue exigiendo más conforme fue avanzando la faena y terminó metido entre pitones exprimiendo del todo al ejemplar. Mató de estocada fulminante.

Abrió plaza Paquirri con un toro muy noble y manejable. Lució especialmente el menor de los Rivera Ordóñez en banderillas, con un tercer par al violín que hizo sonar las palmas del público con fuerza. Luego, muleta en mano, aprovechó la calidad del toro por el lado derecho. Con la zocata hubo menos acople y ajuste y abundó. Tiró de toreo accesorio en el epílogo de su labor y, tras media estocada, logró un trofeo.

Recibió al cuarto con una larga cambiada y un templadísimo manojo de verónicas. El de Garcigrande fue bueno en el último tercio, mostrando una gran nobleza y recorrido y Paquirri se explayó por los dos pitones, buscando la conexión popular a través de la variedad y los guiños de cara al tendido. Cortó las dos orejas del gran toro de Justo Hernández, que fue premiado con la vuelta al ruedo.

Manzanares cortó una oreja del tercero, un toro más basto de hechuras y comportamiento. Sobresalió con la diestra, llevando siempre la muleta a media altura, embebiendo siempre la embestida del toro, al que no le quitó nunca la muleta de la cara. No rompió la faena con la zurda. Mató de una gran estocada a volapié, de libro, marca de la casa, y se ganó el referido trofeo.

El sexto embistió rebrincado y sin finales a la muleta del alicantino, que no se cansó nunca y a base de garra y técncia logró el segundo apéndice que le permitía acompañar a sus compañeros por la puerta grande. El toro tuvo nobleza y José Mari, en sazón, le extrajo lo poco que tenía con mucha torería. De nuevo, con la espada anduvo hecho un cañón.

Arévalo, 2 de julio de 2011. Toros de Domingo Hernández y Garcigrande, el 5º como sobrero tras devolverse el titular por partirse una mano. El 4º, de Garcigrande, premiado con la vuelta al ruedo. RIVERA ORDÓÑEZ “PAQUIRRI”: Oreja y dos orejas; EL JULI: Dos orejas en ambos; JOSÉ MARI MANZANARES: Oreja en los dos. Entrada: Lleno de “No hay billetes”.