Es como un torrente de sentimientos y de sensaciones. Si se torea como se es, Alberto López Simón en una persona y un torero extremadamente pasional, auténtico, sincero, cargado de vida externa e interna. La necesidad vital de torear como motor de sus propios instintos y su propia espiritualidad. Sale reforzado de las grandes ferias tras abrir por cuarta vez en su carrera la puerta grande de Madrid. Y admite su disposición a ratificar su crédito y su cartel en una temporada apasionante en la que pisará con categoría todas las ferias del circuito. Un mensaje cautivador por su verdad. Un afán de superación y de consecución de objetivos. Un torero ambicioso. Y distinto.
- “No persigo ser el mejor para todo el mundo, busco ser el mejor para mí. Crecer y llegar a lo más alto pero siendo feliz”
- “Si me exigen, es bueno para mí como torero, es síntoma de que me consideran”
- “Solo me miro a mí mismo. Es inútil mirar a los lados si tú eres incapaz de trazar tu propio camino. Tu éxito nunca será el fracaso del otro. Y compararte tampoco vale”
- “Hay días que estoy pletórico y me sale todo, fluye el toreo con facilidad y expreso lo mejor de mí. En cambio, hay otros que sin motivo aparente me encuentro bloqueado”
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