Adobero e Inopinado, dos nombres que Pepe Moral no olvidará. Ambos fueron los toros que formaron el lote de Miura correspondido en suerte el pasado 11 de mayo en Sevilla al diestro de Los Palacios. A los dos toros, Pepe Moral les arrancó una oreja y volvió a poner en solfa su nombre en el escalafón.
"Para mí la tarde de los miura era muy importante, ya no por anunciarme en Sevilla, viene de mucho atrás. Hace tiempo cambié mi vida para mejorar como persona y como torero, y ahí empecé a mentalizarme, sin saber lo que me venía por delante. Después llegó Sevilla y me cogió con los deberes hechos", comenta Pepe Moral de primeras sobre cómo afrontaba esa tarde. "Salí a la plaza a hacer lo que más me gusta en la vida, que es torear. Salí feliz, tenía muchas cosas dentro de mí que quería expresar. Y disfruté del toreo, de todas las cosas que no puedo hacer cuando no toreo. Me tomé la tarde con mucha responsabilidad pero a su vez con paz", relata Moral, que sorprendió a la parroquia tras estar a una gran altura ante una corrida nada fácil de Miura.
Al de Los Palacios se le vio fresco, resolutivo y además toreando con gusto -sobre todo al natural-, algo que puede resultar complicado sabiendo que Moral solo se enfundó el chispeante en 2024 para torear una tarde en Madrid. "He tenido momentos en mi vida en los que he toreado más y otros en los que he toreado menos, así que es complicado responder a cómo se logra eso tras torear tan poco en los últimos tiempos. En estos dos últimos años mi vida ha cambiado, he madurado y he cambiado mi forma de pensar. Mucha gente me lo ha dicho, que se me vio tranquilo y fresco, ¿cómo se consigue eso?, pues la verdad que no lo sé. Yo he hecho todos los días lo que el toreo necesita; he comprometido mi vida con mi profesión, tener sano el cuerpo y la mente, y yo creo que todo eso, si tú lo trabajas, lo peleas y lo sufres, tiene su recompensa en la plaza", comenta el diestro.
Ya metidos en la tarde del 11 de mayo, la que cerraba la Feria de Abril en Sevilla, Moral relata cómo fue su lote de Miura: "Fueron toros diferentes pero a su vez parecidos. El primer toro soltaba mucho la cara, pero no se salía de los chismes, a veces por su falta de fuerza, pero a su vez tenía algo dentro que me transmitía bondad. Intenté tratarlo con suavidad y con mimo, si yo fuera él cómo me gustaría que me trataran a mí. El segundo fue un toro que tuvo más recorrido pero que se rebrincaba y soltaba la cara. Traté de enseñarle los caminos, hacer lo que he aprendido desde pequeño, no quise meterme en buscar el aplauso fácil, toreé para mí para poder sacarle lo que tenía".
Moral comenta cómo fueron esos dos toros de Miura, y lo cierto es que con ese picante que siempre tiene lo de Zahariche, ese soltar la cara que impone tanto, revolverse casi sin terminar el muletazo... el sevillano dejó pasajes en los que parecía que no miraba el hierro que llevaban los toros. "La verdad que por la izquierda limpié los muletazos bien, yo disfruté toda la tarde, estuve a gusto con los dos, y por los dos pitones. Aunque ellos soltaban la cara pude sacarles algún muletazo que para mí se quedan, y la gente lo percibió", afirma el de Los Palacios.
Sorprendió también las dos soberbias estocadas que les propinó a los astados, eso suerte no fue. Me quedaba la duda si era carretón, toros en el campo o fe ciega en uno mismo. Moral me despejó la incógnita: "Si te digo la verdad no soy de entrar muchas veces al carretón. Suelo hacerlo cada día o cada dos, pero pocas repeticiones. Y toros en el campo... solo he matado dos este invierno, y los dos los pinché. Así que por eso no fue. Yo creo que es el convencimiento de cada uno, el momento en el que te encuentras delante del toro hace que entres con más o menos fe. Yo entré con mucha, y con el corazón por delante, que creo que es como se matan los toros. Tuve la mente muy fresca toda la tarde, cuando cogí la espada en ambos toros sabía que no podía permitirme no tirarme con fe, aunque los pinchara, pero que por mí no quedara, sino me hubiera arrepentido toda la vida", apostilla Moral.
-Los deberes hechos, los titulares de las crónicas con su nombre de portada, la imagen dada queda en la retina de los aficionados... ¿Y ahora qué?
-He recibido muchas llamadas de amigos y aficionados para darme la enhorabuena, de apoderados, gente del toro... y también ha sonado mi nombre para corridas y apoderamientos. Pero estoy tomándomelo con calma, quiero pensar las cosas. Estoy intentado torear todo lo que pueda este año, y si los empresarios se acuerdan de mí, poder hacer una temporada bonita. Pero con tranquilidad, y siempre mirando por cómo soy, mirar por la verdad y por el toreo como lo siento.
-Muchos nos quedamos con ganas de verle más.
-Mucha gente llevaba tiempo sin verme, y es bonito que los aficionados quieran volver a verte y sentir tu toreo. Muchos me han dicho en estos días: te he visto tan bien que eres tú pero no eres tú, eres un Pepe Moral renovado. Eso hace que la gente tenga inquietud por verte, y yo encantado. Esperemos que los empresarios tengan sensibilidad y cuenten conmigo, es lo primero para poder torear de nuevo.