No desfallecen, artísticamente se alimentan de triunfos constantes, de verse evolucionar delante de cada toro y cada tarde. Unos están a un paso de poder entrar donde siempre soñaron. Otros esperan la ocasión de entrar en un cartel en Madrid y dar un golpe de timón a su trayectoria. Tienen un mérito infinito. El mérito de no aburrirse, de perseguir el salto hacia las ferias que han soñado una y mil veces. Les respalda su evolución y sus números. Ahí está Esaú Fernández, Juan Leal, Emilio Huertas o el salmantino Damián Castaño. Y también Juan Ortega, Alberto Lamelas o incluso Miguel Tendero. Todos viven con la esperanza de ser ellos, ese torero ‘tapado’ que cada año sale del anonimato y su nombre se posiciona en el gran circuito.
Esaú Fernández: “Se me escapó por la espada la Puerta del Príncipe y eso me ha hecho sufrir mucho por dentro, pero ya llegará”
Emilio Huertas: “Me preocupa mantener una regularidad de triunfos pero también una regularidad artística. Ahí radica la dificultad”
Juan Leal: “Es falso que cuando se torea en los terrenos del toro se agobia al animal. Eso es un tópico. Mi concepto es posible”
Damián Castaño: “Mi toreo no tiene nada que ver con el que hacía de novillero, pero no me dejan mostrarlo en las plazas grandes”
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