Nos consumimos por dentro, nos achicamos, nos empobrecemos. Menos ganaderías, muchos menos espectáculos, más toreros en el paro, un muro de sueños inaccesibles para los novilleros… Falta toro, falta emoción, variedad, planteamiento de futuro, demasiadas cosas. Y lo triste es qué mimbres hay. Incluso por abajo. No recuerdo una época peor para los chavales que empiezan y sin embargo hay una docena de novilleros, con y sin caballos, que podrían tener un futuro espléndido.
Algo horrible. Veo los sueldos de los novilleros y sus cuadrillas en una plaza de segunda. Y resulta que el matador cobra 749 euros y su picador o su banderillero 714. En total la cuadrilla y su miserable sueldo suman 4.774 euros de gasto regulado. Vamos a ver, ¿cómo puede tirar para adelante ese novillero que cobra casi lo mismo que uno de sus peones y que encima ha de pagar el transporte, las comidas y los hoteles? Es otro contrasentido. Y aun así hay una cantera ilusionante.
