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Fotos: REBECA HERNANDO
Tras el paseíllo, El Cid fue distinguido por su despedida de la plaza de Íscar. El de Salteras se puso, sin apenas probaturas, por el pitón izquierdo para iniciar su faena ante el primero de la tarde. El toro tuvo nobleza pero no descolgó y siempre tuvo la tendencia de salir de los muletazos con la cara alta. Se agarró mucho al piso y cambió la mano El Cid, pero el de Adolfo tuvo escaso celo y recorrido por ese pitón. Mató de estocada.
El cuarto de la tarde, más agradable por delante, mantuvo el bajo nivel de casta de sus hermanos de camada. El Cid lo recibió con un suave manojo de verónicas. Con la muleta el animal tuvo tanta nobleza como escasez de raza. La faena, de excesivo metraje, tuvo voluntad, buenas formas, pocas apreturas y nula emoción. Mató de estocada que asomó y hubo de usar el descabello.
Manuel Escribano firmó un vibrante aunque desigual tercio de banderillas ante el segundo. El toro llegó a la muleta embistiendo con sosería y sin entrega. Escribano anduvo en profesional aunque con escasas opciones de lucimiento debido a la desrazada condición del adolfo. A la hora de entrar a matar, el toro se puso complicado por desentendido y distraído.
Manuel Escribano tan solo pudo lucir en banderillas ante el quinto de la tarde, en un tercio en el que el de Adolfo le esperó mucho. Con la muleta, el de Gerena no tuvo opción de lucimiento ante un toro manso y descastado, totalmente desentendido de los engaños.
Saludaron tras parear al tercero de la tarde Ángel Otero y Víctor Martínez. El toro apuntó cierta buena condición aunque tuvo la tendencia de echar la cara arriba al final de los muletazos. Rubén Pinar aplicó templanza, consiguiendo momentos de interés sobre la mano zurda y en una tanda final con la diestra ante un astado que se vino a menos y al que le faltó chispa. El fallo con la espada le privó de posible premio.
Rubén Pinar se lució en su recibo con el capote ante el sexto de la tarde y en un posterior quite por chicuelinas. El toro fue el de mejor condición de la tarde, a pesar de no humillar, lo que aprovechó Pinar en una faena de templada base que rubricó de dos pinchazos y una estocada.
Íscar (Valladolid), domingo 4 de agosto de 2019. Toros de Adolfo Martín, desiguales de presentación y bajos de raza en líneas generales. El Cid, silencio y silencio tras aviso; Manuel Escribano, silencio tras aviso y silencio; Rubén Pinar, silencio y oreja. Entrada: Dos tercios de plaza.
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Pinar, solitaria oreja en Íscar
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