Miguel Ángel Soria, pintor e ilustrador, presentó esta semana en el Museo del Toro de Valladolid su nuevo libro titulado Valladolid, ciudad taurina, "una publicación dedicada a todos los matadores de toros vallisoletanos para que pueda ser disfrutada por los aficionados de la fiesta nacional", según el autor. El libro cuenta con prólogo y textos de apoyo del cronista taurino de Valladolid, José Luis Lera.
A la presentación del libro acudieron Francisco Javier León de la Riva, alcalde de la ciudad, y Mercedes Cantalapiedra, concejala de Cultura, Comercio y Turismo, además de un gran número de autoridades políticas y personalidades del mundo taurino y la literatura. Fernando Merino, el que fuera novillero vallisoletano, recitó con mucho sentimiento "La banderilla", de Manuel Benítez Carrasco.
El ejemplar recoge a través de la inspiración de ilustraciones, dibujos y pinceladas biográficas, la vida y la trayectoria profesional de 24 toreros vallisoletanos de ayer y de hoy. Toreros como Pacomio Peribáñez, Félix Merino, Ramón Fernández Zumel "Habanero", Fernando Domínguez, Manolo Blázquez, Santiago Castro Luguillano, Juan Calleja, Roberto Domínguez, Jorge Manrique, Rodolfo Pascual, David Luguillano, Manolo Sánchez, Leandro Marcos, Mario Campillo, José Miguel Pérez "Joselillo", Juan Carlos Castro "Luguillano Chico", Manolito Sánchez, Antonio de la Cruz "El Pajarito", Agustín Boya "El Cuco", Conrado Muñoz, Roberto Carlos, César Manrique, Raúl Alonso y Roberto Escudero.
En la parte gráfica, el libro recoge los retratos de diestros realizados con técnica de lapicero de color, además de los deslumbrantes lances de la faena realizados en acuarela y tinta, con la intención de dotar a los trabajos gran realismo, fuerza y parecido a los protagonistas y al encuentro entre el toro y el torero para dar una mayor sensación tanto estética como emocional. Con una tirada de mil ejemplares el libro ya puede adquirirse a un precio de 25 euros.
El ejemplar cuenta con más de cien páginas (casi un año de trabajo) que repasan la historia de los espadas de la tierra aderezada con hechos relevantes que recoge José Luis Lera en el prólogo. Un ejemplo de ello es la costumbre de alancear los toros que puede remontarse en Valladolid a inicios del siglo XI, ciudad en la que sí se sabe que se corrieron astados en el año 1152 con motivo de la boda de don Alfonso VII.
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