La tarde del Domingo de Resurrección en Sevilla dejó pinceladas del mejor Morante, que regresó a su plaza y cuajó una buena faena al natural en su primero, de recibo ya se había gustado con el capote. Daniel Luque dio una imagen sólida y poderosa, impuso su mando a sus dos toros y acabó paseando un trofeo en su primero.