Enrique Ponce eligió para su adiós a los ruedos en España un terno especial, un blanco y plata con los cabos negros. El torero de Chiva ha encargado a su sastre de siempre, Santos, que le confeccionara un vestido igual que el de su debut como novillero con picadores en la Magdalena de Castellón de 1988. Así ha querido acabar, como empezó todo. El terno lleva el bordado de jarrones, diseño que prácticamente ha acompañado al torero durante toda su carrera y con el que más se ha identificado.
Ponce ha querido hacer su último paseíllo en España con un capote de paseo muy especial, con un bordado de la Virgen de los Desamparados, patrona de los valencianos a la que como es habitual en él cada vez que torea en Valencia, visitó veinticuatro horas antes de hacer el paseíllo.