He de reconocer que me ha causado cierta sorpresa la noticia de que el maestro Enrique Ponce sea el nuevo apoderado de David de Miranda, un buen torero que la temporada 2025 ha hecho méritos más que sobrados para estar en muchos buenos carteles. Se lo ha ganado a pulso tras varios años toreando poco, aunque triunfando prácticamente siempre que se ha vestido de luces, pero el sistema está como está y le han dado pocas opciones de demostrar su valía.
Sin embargo, inmediatamente pensé: "Es una decisión acertada por ambas partes". La realidad es que David de Miranda habiendo triunfado en plazas importantes (Madrid, Sevilla, Málaga, entre otras), incluso ha abierto la puerta grande de Las Ventas cortándole dos orejas a un toro, no es todavía una figura del toreo y eso es lo que me ha llamado más la atención. Ponce ha apostado por un buen torero para ponerlo en figura y a su vez convertirse él en maestro del apoderamiento. Ponce ha sido una gran figura del toreo, sin duda la figura más destacada de Valencia en toda su historia, un triunfador, y estará para siempre entre los grandes del toreo, por lo que no me hubiese extrañado que una figura le eligiese como apoderado, pero ha sido De Miranda, que seguro que va a responder a las exigencias del sistema y a las que le pida el maestro de Chiva.
Ponce tiene una cabeza muy bien amueblada y toda su sabiduría la pondrá al servicio de ese apoderamiento para que su poderdante también triunfe. Con que David de Miranda sea capaz, y creo que lo será, de asimilar y desarrollar en la plaza la mitad de lo que Ponce pueda enseñarle, será suficiente para que al final de la temporada 2026 esté en figura del toreo. Ponce es de esas personas que hagan lo que hagan lo harán bien, y como apoderado, lo hará muy bien, no me cabe la más mínima duda, y tampoco tengo dudas respecto a la respuesta de David, por lo que auguro un triunfo sonado a los dos, uno como torero y el otro como apoderado. El año próximo, si Dios quiere, cuando finalice la temporada, volveremos a hablar del tema.

