Ponce y Castella, a hombros en la reinauguración

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Villena se ha volcado en la jornada de reapertura de su plaza de toros -han pasado 27 años desde que acogió su último festejo taurino- y ha llenado el coso en su totalidad al reclamo de un cartel de toreros -Ponce, Castella y Talavante- que, hasta el quinto, está respondiendo a las expectativas.

El toro que rompió plaza, de Alcurrucén, como toda la corrida, fue manso y rajado. Enseguida se refugió en tablas desde los primeros tercios pero la sabia muleta de Ponce acabó sujetando la embestida del burel en los medios. El de Chiva se lució especialmente sobre la diestra y, aunque a la faena le faltó chispa por la sosa condición del toro, fue premiada con una oreja después de que Ponce matara de media estocada y un golpe de descabello.

El cuarto fue un ejemplar deslucido y de poca entrega. Ponce brindó a la alcaldesa Celia Lledó y trató de meter en el canasto al desrazado animal, algo que consiguió por momentos a pesar de que aquello pareciera imposible. Tras pinchazo y estocada caída sumó una nueva oreja y se aseguró la salida a hombros. El segundo fue un toro noble, con clase por el pitón izquierdo aunque carente de raza y emoción. Castella, que arrancó con pases cambiados por la espalda la faena de muleta, se lució sobre todo al natural, toreando con temple y buenas maneras. Mató con acierto y efectividad y paseó el doble trofeo.

El quinto no tuvo clase pero Castella, que quitó por ceñidas chicuelinas, no se arrugó y se impuso en todo momento a la pobre condición del de Alcurrucén, que le volteó sin consecuencias y terminó orientándose. Mató de estocada desprendida y un golpe de descabello y paseó su tercera oreja de la tarde.

Alejandro Talavante se lució de capa frente al chorreado y lucero que hizo tercero. Toreó con mucha despaciosidad a la verónica, rematando el saludo con una buena media, y después ceñido por gaoneras. Inició por estatuarios su labor muleteril y exigió después al toro provocando quizá que éste se viniera abajo enseguida. Cerró por manoletinas, mató de media y descabello y arrancó un trofeo. Bonito fue el comienzo ante el sexto con varios pases por la espalda. El de Alcurrucén siguió la tónica de los anteriores y acabó por terminarse demasiado pronto. El extremeño realizó una labor muy entregada en terrenos de cercanías. Tras dos pinchazos, hubo petición de oreja que no fue concedida.

Villena (Alicante), 10 de abril de 2011. Toros de Alcurrucén, bien presentados y de juego desigual. ENRIQUE PONCE: Oreja en ambos; SEBASTIÁN CASTELLA: Dos orejas y oreja tras aviso; y ALEJANDRO TALAVANTE: Oreja tras aviso y ovación tras aviso. Entrada: Lleno de “No hay Billetes”. “Berenjeno”, número 315, de pelo colorado bragado y con el hierro de Alcurrucén, fue el primer toro que pisó el albero de la remodelada plaza de toros de Villena.

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