Por dignidad, y por el sentido de la responsabilidad que tiene contraída con el público como el torero de época que es, Enrique Ponce parece que se dispone a celebrar su XXV aniversario de alternativa actuando en todas las plazas a las que algunos, que se creen figuras sin serlo, rehúyen con pretextos que no se aguantan ni por los pelos. En una entrevista de Benlloch publicada en Las Provincias de Valencia, el de Chiva ha dejado bien claro su manual de obligaciones consigo mismo y con el público que lleva veinticinco años aplaudiéndole. Y es que los sentimientos de dignidad y responsabilidad son algo muy personal, y ocurre con ellos como con el duelo por la pérdida de un ser querido. Ya dice la coplilla que “el luto cuando es sentío se lleva en el corazón y no en el color del vestío”. Alardear de dignidad, además de no ser de buena crianza, significa falsear el concepto, y las manifestaciones públicas de duelo frivolizar el dolor.
