Javier Antón paseó un trofeo en un festejo en el que Rafael Cerro perdió el triunfo con los aceros.
FOTOS DE MAURICE BERHO DEL FESTEJO
Posada de Maravillas se ha convertido en el primer gran triunfador de la Feria de San Fermín en Pamplona tras cortar las dos orejas del último novillo de El Parralejo, que lidió un encierro de alta nota, y abrir la puerta grande de la Monumental pamplonesa. El éxito llegó con el sexto tras una faena que siempre fue a más. Animoso, natural y conectando con facilidad con el público, Posada brilló sobremanera al natural, matando de estocada entera y paseando el doble trofeo. Antes, pechó con el único utrero deslucido del festejo. El animal tuvo una embestida descompuesta que acabó convirtiéndose en mortecina antes de pararse definitivamente. Labor sin eco la del extremeño, que mató, eso sí, de un soberbio volapié.
Rafael Cerro perdió el triunfo con los aceros tras lidiar a los dos novillos de su lote. Su segundo, de buen comportamiento, permitió al torero expresarse con un toreo reposado, pausado y profundo. Hubo gusto y encaje, reunión y temple con el de El Parralejo, pero malogró todo en la suerte suprema. Aun así, ha dejado una muy buena tarjeta de visita, de novillero con grandes condiciones, mucha seguridad y proyección. A pesar de que sonaron dos avisos y se rozó el tercero, el público obligó a saludar al torero. Ya había causado una gran impresión con el novillo de su debut, al que recibió con un farol de rodillas, buenas verónicas y una bonita larga a una mano de remate. Toreó después con la muleta con despaciosidad y gusto, especialmente por el pitón izquierdo, por donde dejó varias series de profundos y templados naturales. El precioso burraco embistió con nobleza pero le faltó un punto más de transmisión en el último tercio. Cerro remató con un final de cercanías y mató de estocada delantera y hubo de utilizar el descabello, perdiendo el premio de la oreja y dando una vuelta al ruedo.
Javier Antón logró un trofeo del cuarto, un utrero de feas hechuras aunque manejable con el que anduvo voluntarioso el de Murchante. Volvió a dejar alguna muestra de su buen concepto y personalidad, sobre todo al natural, matando de una efectiva estocada que desató la petición del público. Lidió en primer lugar un gran novillo, que saltó al callejón de salida pero humilló y tuvo ritmo y calidad en sus templadas embestidas. Antón anduvo correcto con él, dejando muletazos sueltos de buen trazo toreando por los dos pitones, pero el conjunto, mal coronado con la espada, no terminó de calar en el público.
Pamplona, 5 de julio de 2013. Novillos de El Parralejo, de buen juego salvo el parado tercero, para Javier Antón: Silencio y oreja; Rafael Cerro: Vuelta al ruedo tras petición y aviso y ovación con saludos tras dos avisos; y Posada de Maravillas: Silencio y dos orejas. Entrada: Casi lleno.
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Posada de Maravillas, primer nombre propio en Pamplona
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